TML Daily. Núm 11 . 9 de diciembre
Respeto a los derechos humanos -- El punto de partida de cualquier sociedad apto para llamarse demócrata
Canadá afirma ser un modelo de igualdad y respeto de los derechos humanos a pesar de su abuso cada vez más flagrante de los seres humanos dentro del país y a nivel internacional. Sus prácticas no sólo son perjudiciales para los directamente afectados, sino que reflexionan sobre la conciencia de la sociedad en su conjunto. Tomemos, por ejemplo, el tratamiento de los trabajadores durante la pandemia, así como de las personas de la tercera edad en hogares de cuidados a largo plazo que son tratados como prescindibles, de personas sin hogar donde la policía puede allanar sus tiendas de campaña y refugios improvisados y quemar sus posesiones con impunidad como ocurrió en Montreal esta semana, después de que lo mismo fue condenado en Vancouver este verano. Muestran el verdadero desconocimiento de los gobernantes que ponen excusas para la situación actual y se desasocia alegando que es otro departamento que no les concierne. Las declaraciones sobre la provisión de agua potable y de viviendas seguras de las Primeras Naciones son vacías y no jugosas. Estos derechos no se reconocen. A nivel internacional, la aplicación de los regímenes de sanciones imperialistas de Estados Unidos son actos de guerra que conducen a consecuencias humanitarias devastadoras por las que el gobierno no asume responsabilidad alguna.
A medida que la ofensiva antisocial continúa sin cesar, se aprueba una gran cantidad de legislación que viola los derechos humanos básicos. Uno no oye al gobierno elevar un tono y llorar por esto - ni siquiera lo reconoce.
Por el contrario, su enfoque de todo lo que hace es pagar a los ricos. Considera que todos los que son víctimas de una política como algo menos que humano. Una vez que este es el caso, hablar de los derechos de igualdad, los derechos de las minorías, los derechos indígenas, los derechos de las mujeres, los derechos del niño o de los derechos de edad avanzada o ciudadanía, los derechos de privacidad y todos los demás derechos, es sólo ruido. Ningún sector de la población puede ser tratado por igual cuando la regla es la discriminación en virtud de la realidad concreta de todos.
Lo más importante es que el derecho a la conciencia, reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, es pisoteado en el barro cuando los seres humanos no son puestos en el centro de la consideración de un gobierno. Las élites gobernantes al servicio de intereses privados estrechos hacen todo tipo de cosas criminales en nombre de los derechos: "unidad nacional", libertad de opinión política, derecho de las naciones a ejercer su soberanía, paz, democracia, derechos humanos. Se habla de todo tipo de baladronadas para poner de cabeza la verdad. Esta es una parte integral de la crisis de credibilidad y legitimidad en la que están sumidos los llamados gobiernos democráticos.
La ofensiva neoliberal antisocial ha llevado a la sociedad en una dirección opuesta a la requerida, que reconoce los derechos humanos de todas las personas. Su premisa es que, como norma, sólo las reclamaciones de la pequeña élite financiera tienen legitimidad.
Sin abordar este problema, la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos no contribuirá a la causa de los seres humanos, y mucho menos a sus derechos.