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18 de marzo de 1871, la Comuna de París.

Adrián Juárez


La Comuna de París es el primer ejemplo de que los trabajadores tienen su propia agenda y que deben tomar el poder estatal para transformar a la sociedad. La clase obrera reaccionó con independencia y firmeza frente a la traición de la burguesía que claudicó ante la invasión de Prusia e hizo lo que nunca antes se había vivido: construyó su propio gobierno.



El 18 de marzo de 1871 surge en Francia la Comuna de París. Es la primera vez en el mundo que la clase trabajadora toma el poder político en sus propias manos. Por cierto, la lucha del pueblo de México contribuyó al triunfo de las fuerzas Republicanas en Francia, por la derrota que le propinamos en 1867 al Imperio Francés que encabezaba Napoleón III, debilitándolo mucho. La heroica lucha del pueblo de México, encabezado por Benito Juárez jugó un papel, no solo a nivel nacional, sino también en el internacional que contribuyó a la caída de Napoleón III y posteriormente al triunfo de esos. Trabajadores revolucionarios franceses que lucharon en las barricadas para defender la Comuna de París en un 18 de marzo de 1871.


En efecto el 18 de marzo de 1871, la clase obrera de París se levantó contra la burguesía francesa y en los días posteriores se proclamó la Comuna de París. Esto marcó la primera toma revolucionaria del poder del Estado por parte del proletariado y una de las páginas más gloriosas en la historia de la clase obrera internacional, ya que defendió su propia agenda y decidieron su papel en la sociedad sin ir como siempre había sido a la cola de la burguesía.

La Comuna se constituyó a sí misma en el gobierno y se sostuvo dos meses promulgando decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, la creación de guarderías para los hijos de las obreras, la laicidad del Estado, la obligación de las iglesias de acoger las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, la remisión de los alquileres impagados y la abolición de los intereses de las deudas, la abolición del trabajo nocturno en las cientos de panaderías de París; la abolición de la guillotina.


El Consejo de la Comuna, terminó con el alistamiento y reemplazó el ejército convencional con una Guardia Nacional de todos los ciudadanos que podían portar armas. Decretó la concesión de pensiones para las viudas de los miembros de la Guardia Nacional muertos en servicio, así también como para sus hijos; la devolución gratuita de todas las herramientas de los trabajadores, a través de las casas de empeño estatales; se pospusieron las obligaciones de deudas y se abolieron los intereses en las deudas. Otra legislación proyectada trataba de reformas educativas que permitirían que la educación y la práctica técnica fueran disponibles para todo el mundo.


Se nombró este Consejo que no era de representantes, sino de delegados que podían ser depuestos y realizaban funciones tanto legislativas como ejecutivas. Esto es importante pues unía la responsabilidad de elaborar normas y responsabilizarse de implementarlas, rompiendo con la vieja separación de poderes propia del liberalismo. Además se organizaron a los pobladores en sus barrios para satisfacer necesidades sociales. Se daba material escolar gratuito y se estableció un orfanatorio.


Había asambleas locales bajo la dirección de los trabajadores que tomaban decisiones sobre toda la problemática que los afectaba y el control de la vida social por parte de ellos mismos. Una cuestión fundamental fue la amplia unidad en el movimiento obrero y popular. El pueblo sencillo tomó el control del gobierno haciendo a un lado a los grandes “especialistas” que huyeron.


Hoy que las grandes corporaciones se enfrentan en todos los terrenos y quieren arrastrar a los pueblos en sus luchas Inter imperialistas, la Comuna de Paris es un ejemplo de que la clase obrera debe defender sus intereses y los del pueblo de manera independiente y fue la prueba de la justeza de la teoría del socialismo científico que defendieron Carlos Marx y Federico Engels.


Otras medidas revolucionarias tomadas por la Comuna para desmantelar el viejo aparato estatal y establecer el nuevo incluyeron: la elección de funcionarios públicos como jueces, sujetos a destitución en cualquier momento; la separación de la iglesia del estado; determinando que la cuestión de la religión es una cuestión íntima, privada.

La Comuna surge de la guerra entre burguesías de distintos países europeos, ya que Napoleón agredió en 1870 a Prusia, fue derrotado y en medio del sitio sobre París fue que cayó su gobierno el 4 de septiembre de 1870. Tras la derrota del Segundo Imperio se declaró la Republica. El nuevo gobierno francés capituló frente al ejército prusiano enemigo y colaboró con ellos para desarmar a los trabajadores quienes resistieron y derrotaron al gobierno burgués atrincherado en Versalles. Así fue como los trabajadores implantaron su propio gobierno y el 26 de marzo se eligió la Comuna de Paris la que fue proclamada dos días después.


La Comuna de París, fue aplastada por el ejército francés en cooperación con el prusiano, demostrando como a final de cuentas se une la burguesía cuando ve en peligro sus intereses. La represión fue absolutamente brutal, siendo asesinados miles y miles, no solo de comuneros sino de pobladores de París. Aquí se demostró claramente el salvajismo al que llega la burguesía y la necesidad de un poder proletario que defienda el poder alcanzado y lo garantice imponiendo su dictadura. Demostró que no es solo llegar al gobierno, sino transformar al Estado para garantizar los derechos del proletariado y el pueblo frente a los intereses de los explotadores. Que la lucha requiere de un partido político que sea el guía para conducir las fuerzas populares a través de obstáculos, trampas y reveses, así como, que sea un partido fuerte y unido de la clase obrera, que desarrolle la lucha de clases hasta la victoria, que una a obreros, campesinos, intelectuales y pueblo en general.


El mundo viejo tiene que ser derrotado y sobre sus cimientos se ha de construir la nueva sociedad. La Comuna de París abrió la puerta a una sociedad nueva y a la destrucción del viejo aparato estatal que garantiza la explotación y la opresión. Por eso su semilla pervive, ha dado frutos, como fue el triunfo de los obreros y campesinos en la URSS y posteriormente en el campo socialista y esos frutos los seguirá dando, conforme la clase obrera adquiere unidad y experiencia. Ante los problemas actuales el ejemplo de la Comuna de París cobre cada vez mayor vigencia.


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