Valentina Galeana
Los cambios en Chile a partir de la gran movilización nacional de 2019 tienen una gran influencia de la movilización estudiantil de 2011 en la que a nivel nacional los estudiantes universitarios y de secundaria de Chile se pusieron en pie. Siendo considerada como las movilizaciones más importantes de los últimos años. Estas movilizaciones surgieron de parte de estudiantes que rechazan el sistema educacional chileno, que provee una amplia participación del sector privado.
En el año 2011 solo el 25 % del sistema educativo era financiado por el Estado, mientras que los estudiantes aportaban un 75% este sistema fue creado durante la dictadura de Augusto Pinochet, la promulgación de la ley orgánica dejo al Estado en un rol regulador dejando al sector privado la enseñanza, tras una movilización en el año 2006 esta ley fue reemplazada por la Ley General de Educación sin cambios significativos.
Las movilizaciones inician por el centro de estudiantes de la Universidad Central de Chile, tras el anuncio de la venta de una parte de la propiedad de la Universidad Central de Chile, a un conglomerado económico siendo estas movilizaciones apoyadas por la confederación de estudiantes de chile (Confech) organismo que agrupa a las federaciones de estudiantes de las universidades que integran el consejo de rectores que integran las universidades chilenas conocidas como tradicionales.
Los estudiantes convocaron a sucesivas marchas en las principales Ciudades de Chile con gran convocatoria y demandando reformas al sistema educacional chileno que fortalecieran el rol del estado en la educación.
Después de un mes de paralizaciones el gobierno presentó su primera propuesta, estableciendo un fondo para la educación y facilitando el acceso a créditos universitarios. Las principales organizaciones rechazaron la propuesta demandando medidas más de fondo sucesivas propuestas del gobierno abrieron la posibilidad de reformas al sistema, como la desmunicipalización de la educación secundaria o un cambio constitucional que asegure la calidad en la educación, no se consideraron suficientes para los estudiantes.
Los principales voceros del movimiento universitario fueron los presidentes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) Camila Vallejo, y de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile (FEUC) Giorgio Jackson entre otros paulatinamente estudiantes secundarios se sumaron a las movilizaciones y realizaron tomas en sus colegios.
El movimiento fue considerado como uno de los más fuertes y en conjunto con otras manifestaciones ocurridas durante el segundo año del gobierno de Sebastián Piñera, fueron interpretadas como parte de un movimiento social mayor, que demanda reformas sustanciales al modelo económico y político establecido durante la dictadura militar que gobernó Chile entre 1973 y 1990, tras dos meses de paralizaciones, una reconocida encuesta de opinión pública cuantificó el respaldo que la movilización estudiantil suscitó en la ciudadanía, estableciendo la existencia de un fuerte apoyo de la ciudadanía a las principales demandas del movimiento. El gobierno, en tanto entró en una crisis, derivó en una caída histórica en la aprobación presidencial y la realización de sucesivos cambios de gabinete.
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