Mouris Salloum George. Voces del Periodista 13 de mayo.
Más de 300 líderes del mundo, entre ellos el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado mexicano, Ricardo Monreal Ávila, en nombre de México como Estado solidario, firmaron y dirigieron al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional un memorial por el que demandan condonaciones de deuda, extensivas a países en que el azote del Covid-19 ha profundizado la crisis económica interna.
Acto sin precedente en la era neoliberal, el requerimiento se origina en la Asociación Internacional de Fomento y contiene firmas de apoyo de prominentes dirigentes estadunidenses.
El Covid-19 -que generó respuestas de contingencia en todo el planeta- cimbró las de por si tambaleantes estructuras de la economía internacional y proyectó sus brutales remesones sobre las debilitadas economía periféricas.
El Estado mexicano tiene voz y voto en financieras multinacionales
El Senado de la República posee facultades exclusivas como coadyuvante de la Política Exterior y voz autorizada en la materia, el presidente de la JCP, Monreal Ávila, emitió testimonio de apoyo a la gestión ante el BM y el FMI, órganos de la ONU, que operan como agencias financieras multinacionales; esto es, bajo criterios de los Estados parte.
Esas facultades las ejerció la Cámara alta, verbigracia, hace precisamente ocho años (15 de mayo) en que, a solicitud del Ejecutivo, incrementó a más de ocho mil millones los Derechos Especiales de Giro (DEG), equivalentes a 14 mil 37 millones de dólares, la cuota al FMI y, adicionalmente, a cuatro mil 838 millones de dólares la cuota al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El Senado, pues, es instancia constitucional para intervenir en situaciones de emergencia, según lo exigen ahora los impactos económicos de la pandemia.
La expresión de solidaridad del senador Monreal Ávila invoca el imperativo humanitario que la situación reclama en favor de los pueblos cuyas economías permanecen postradas desde la crisis financiera internacional 2008-2009.
México actúa como Estado que ha vivido crisis en carne propia
México ha padecido en carne propia esos fenómenos desencadenados por los ciclos económicos asociados, en determinadas circunstancias, a las condiciones políticas internas.
En el reciente siglo, en los años 1914, 1928 (explosión de La Gran Depresión) y 1982, el Estado mexicano se vio empujado a declarar la moratoria de la deuda externa. Durante la gestión de Miguel de la Madrid, esa declaración permaneció larvada y relativamente sorda, pero a mitad del sexenio el FMI acudió en auxilio atendiendo requerimientos financieros extraordinarios.
En el logo de la cuarta transformación aparece la imagen de don Benito Juárez. El 17 de julio de 1861, el Benemérito dictó la Ley de Suspensión de Pagos en respuesta a las acechanzas de los acreedores extranjeros.
A las grandes crisis, grandes soluciones. Saludamos sinceramente iniciativas como la citada, con la que se ha solidarizado el Senado mexicano. Aunque parezca pasado de moda, un principio se impone: La unión hace la fuerza. Vale.
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