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Derecho a la vivienda digna…

Leona Guerrero

El bienestar social se expresa en diferentes aspectos de la vida de la población: en el acceso a la educación, la salud, la alimentación, la vivienda o los bienes de consumo, entre otras cosas.



Según el Artículo 4° constitucional todos los mexicanos tienen derecho a una vivienda digna, y para alcanzar tal objetivo, la Constitución ordena establecer los instrumentos y apoyos necesarios.


En los hechos, la situación resulta cada vez más difícil gozar de un techo ya que la accesibilidad a la vivienda es desigual. En México, representa un riesgo importante para el desarrollo pleno de la población. Los más pobres tienen menores posibilidades de habitar un hogar digno, debido a los frenos económicos por sus bajos ingresos y la dificultad para acceder a servicios financieros.


Más de la mitad de los mexicanos (50.6%) se encuentra por debajo de la línea de la pobreza por ingresos. El problema del acceso a la vivienda digna se refleja en estas cifras debido a que implican que 5 de cada 10 habitantes no pueden cubrir sus necesidades básicas, incluyendo las relacionadas con el hogar digno, aun cuando destinaran todos sus recursos a ellas.


Para que una vivienda se califique como digna es importante considerar la disponibilidad y accesibilidad a servicios básicos para mantenimiento, como el agua, la luz, la electricidad y el gas. En México 2 de cada 10 habitantes (19.3%) presenta carencia de acceso a este tipo de servicios, de acuerdo con cifras para el 2017 del Coneval.


Una parte significativa de las viviendas no tienen acceso a servicios:

11.7% de los mexicanos utiliza leña o carbón para cocinar y no tienen chimenea

10.5% de los mexicanos no cuentan con estufa de gas o eléctrica

7.6% de los mexicanos no cuenta con agua entubada en sus viviendas

7.3% de los hogares no cuentan con sanitario en la casa

6.8% de los mexicanos no cuenta con servicio de drenaje sanitario

0.4% de los mexicanos no tienen luz en el hogar

En el contexto del Covid-19 esto ha puesto en entredicho las dos principales recomendaciones, “quédate en casa” y “lávate las manos” pues están relacionadas con la habitabilidad de los hogares.


En la CDMX existen problemas de vivienda, en edificios precarios en renta, ubicados en la zona centro que miden entre 30 y 60 metros cuadrados. Y habitan entre 4, 5 o más personas por vivienda.


Hoy lo preocupante es que no existan desalojos por la falta de pago en consecuencia del confinamiento por la disminución de ingresos en las familias, ahora la prioridad debe ser una política habitacional que apoye el mejoramiento de las viviendas precarias, así como préstamos para vivienda popular y no la vivienda nueva de grandes inmobiliarias con créditos impagables de por vida.


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