Leona Guerrero
Millones de personas en todo el mundo se encuentran en sus casas, haciendo cuarentena para prevenir el brote de COVID-19. Sin embargo, para muchas personas su propio hogar no es seguro.
Este confinamiento también está dejando en evidencia otra realidad: la de las mujeres que sufren violencia de género y durante estos días tienen que estar encerradas con su agresor.
Lamentablemente, las estadísticas no han disminuido ya que la mayor parte de los abusos sexuales se concretan en casa por sus propios padres, hermanos o tíos.
Por eso, muchos gobiernos están tomando medidas al respecto, sobre todo reforzando las líneas de ayuda telefónica a mujeres que se puedan encontrar en una situación de malos tratos. En el caso de México, Nadine Gasman Zylbermann, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), explico “Por otro lado, las mujeres son, por este rol social, predominantemente las cuidadoras, entonces cuando nosotros le decimos a toda la población 'quédate en casa', tenemos que ver qué impacto tiene eso en la carga de trabajo de las mujeres, porque la mayoría se va a su casa a seguir trabajando de una manera remota, virtual, etcétera; también está el cuidado de la carga normal del cuidado de la familia, de los niños y las niñas, de los adultos mayores que hay, en este momento especial, cuidarlos todavía más”.
Es por eso, que en la CDMX ponen a disposición un programa contra la violencia familiar “No estás sola” para recibir denuncias durante la cuarentena por el virus el programa consta de varias acciones que buscan "facilitar la denuncia", a través del número 55 5533-5533, las cuales son: Chat de confianza, en el cual se podrá compartir video, fotos y texto de manera discreta; Asistencia en videoconferencia; Canalización a los centros Lunas, para casos de medio y alto riesgo, así como a las 24 agencias con el servicio de abogadas mujeres; Se colaborará con la Línea Mujeres a través del 5658-1111, la cual dará acompañamiento ciudadano, además de que cuenta con 89 psicólogos y 130 abogados.
En esta crisis sanitaria es el momento de analizar el papel del hombre en la familia e impulsar un nuevo pacto social. Del mismo modo replantearnos el cambio del sistema económico ya que este se encuentra regido por el patriarcado y el sometimiento hacia las mujeres.
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