TML Weekly No 33. 5 de septiembre de 2020
Las remesas -- los miles de millones de dólares enviados por los trabajadores migrantes a sus países de origen- conforman un segmento único del sistema financiero mundial. Este segmento representa más del cinco por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de al menos 60 países de ingresos bajos y medianos, más que el total de inversión extranjera directa o asistencia oficial para el desarrollo entregada por los gobiernos del llamado mundo desarrollado. En 2019, las remesas a estos países alcanzaron un récord de 554 mil millones de dólares, según el Banco Mundial, con 200 millones de trabajadores migrantes en 40 países, como Canadá, enviando fondos para el hogar para apoyar a 800 millones de familiares en más de 125 naciones en desarrollo.
La mitad de las familias receptoras viven en zonas rurales donde las remesas cuentan, dijo Gilbert F. Houngbo, Presidente del organismo especializado de las Naciones Unidas llamado Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA). Houngbo es un ex Primer Ministro de Togo que ha dirigido el FIDA desde 2017. Dijo a ONU News que con el inicio de la pandemia COVID-19, el Banco Mundial proyecta que las remesas transfronterizas caerán un 20%, o 110.000 millones de dólares, a 445.000 millones de dólares, "potencialmente arrastrando a decenas de millones por debajo del umbral de pobreza, al tiempo que socavará los progresos hacia el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible".
Sin una recuperación prevista para 2020, se prevé que el ahorro se agotará y las condiciones locales empeorarán. No se espera que las remesas vuelvan a los niveles de pre-pandemia durante algún tiempo, dijo Houngbo a ONU Noticias por correo electrónico. "Aunque la reducción de las remesas no recaerá uniformemente en todas las familias, ni en todos los continentes, los impactos sociales serán sustanciales y sostenidos", explicó.
En respuesta, Suiza y el Reino Unido -- junto con varios otros Estados Miembros de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y otros organismos e industriales de las Naciones Unidas- emitieron un "llamado a la acción" mundial el 22 de mayo para garantizar que los trabajadores migrantes y las comunidades de la diáspora puedan seguir devolviendo dinero de manera que también puedan mejorar el sistema de remesas. El informe del organismo de la ONU dice: "El llamamiento insta a los responsables políticos no sólo a declarar la provisión de remesas como un servicio público esencial, sino también a apoyar el desarrollo de canales de remesas digitales más eficientes. A los reguladores, les pide que proporcionen orientación para los requisitos de "conocer a su cliente", que son fundamentales para ampliar los servicios financieros digitales, en particular para los indocumentados sin acceso a una cuenta bancaria.
"Y alienta a los proveedores de servicios de remesas a explorar maneras de aliviar la carga para sus clientes migrantes reduciendo las tasas de transacción, que ahora promedian un 6,8 por ciento en todo el mundo, más de [dos veces] la meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, según el informe de migración y desarrollo más reciente del Banco Mundial".
"Las remesas son un salvavidas en el mundo en desarrollo, especialmente ahora", dijo el 19 de marzo el Secretario General de los Estados Unidos, António Guterres. "Los países ya se han comprometido a reducir las tasas de remesas al tres por ciento. La crisis requiere que vayamos más allá, acercándonos lo más posible a cero".
Por su parte, el FIDA dice que se asocia con empresas de tecnología financiera, operadores móviles, bancos comerciales y redes postales, para integrar soluciones digitales para mejorar las transferencias de remesas a las zonas rurales. Además de su iniciativa de instalaciones financieras para las remesas, está fortaleciendo la capacidad de las familias rurales para capear tiempos difíciles a través de programas de alfabetización financiera y planificación, entre otros esfuerzos de creación de capacidad. Durante los últimos 15 años, la atención internacional a las remesas ha estado en el "lado del envio", en particular los elevados costos de transacción.
"Sin embargo, debemos hacer hincapié en que el impacto de las remesas en el desarrollo está realmente en el extremo receptor, donde, en este momento, las familias están luchando con la repentina interrupción de sus líneas de vida económicas", dijo Houngbo.
Las comisiones que los bancos y las instituciones financieras cobran por enviarles las remesas, un negocio enormemente rentable. Fue para asegurarse de que esta pequeña fortuna se canalizaría a través de City Bank que después del 11 de septiembre los Estados Unidos aprobaron la legislación de financiamiento antiterrorista que apuntaba a los sistemas de transferencia de dinero basados en la comunidad llamándolos organizaciones terroristas. Las instituciones financieras cobran estas tasas en nombre de los altos ideales como una de las formas de beneficiarse de la esclavitud de los países oprimidos de Asia, África, América Latina y el Caribe y de perpetrar su esclavitud.
Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aproximadamente el tres por ciento de la población mundial residía fuera de su país de origen en el año 2000. "Un mundo más integrado y globalizado ha permitido que el movimiento laboral entre los países se vuelva más fluido, con más y más trabajadores que se trasladan al extranjero para buscar maneras de proveer a sus familias. Por lo tanto, los inmigrantes que buscan devolver las remesas se han convertido en una parte integrada de la economía", escribe la OCDE.
El 16 de junio ha sido apodado Día Internacional de las Remesas Familiares por la ONU. El objetivo no es poner fin a la esclavitud de los países enteros por parte de las instituciones financieras internacionales, sino pedir a esas instituciones que no asesiné al envío de remesas o que la reduzcan a no más del tres por ciento.
(Noticias de las Naciones Unidas, Banco Mundial, PNUD y OCDE. Fotos: Migrante, Bulatlat.)
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