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LLEGÓ EL MOMENTO

Ana Arenas.

Llegó el momento en el que el mundo va a cambiar, el capitalismo caduco, el globalismo decadente han sido puestos a prueba por la pandemia del siglo, y han fracasado. La crisis de salud, la crisis económica, la crisis humanitaria ha condenado al capitalismo a muerte. Hoy se tienen pensamientos catastrofistas, cunde el pesimismo y la decepción, es lo que conviene a los opresores que no ven salida. Muchos se deprimen y propagan pensamientos negativos. Se olvidan de un detalle, desconocen que la humanidad es sobreviviente por naturaleza, desde hace cientos de miles de años. Hoy es tiempo que la clase obrera, el pueblo, retomen la iniciativa, definan su nuevo proyecto y luchan hasta llevarlo a la victoria.


No todos somos iguales. Hay quienes pensamos en el futuro y buscamos siempre lo nuevo, las salidas y gracias a eso encontramos alternativas al desastre actual. Y la fuerza de las soluciones es inconmensurables. No es que hayamos encontrado la alternativa, solamente hemos rescatado la teoría y la práctica desarrollada por múltiples luchas que antes en el siglo XIX y XX han demostrado ser eficaces. Y que sostenían que hay una salida a los problemas actuales. En el siglo XIX y XX se lograron grandes éxitos, grandes victorias en la práctica, que fueron parciales, incompletas y temporales. Pero ¡Tan valiosas! sumamente escarificadoras. Ahora contando con tales armas, debemos buscar el resultado final que es la liberación nacional y social. Es el momento en que no queremos ni debemos fracasar, y no vamos a fracasar, porque México y el mundo están en un punto tal, en el que si fracasamos. La vida humana, la viabilidad de una vida humana plena y un bienestar social sería impensable. Y por eso NO debemos fracasar y NO vamos a fracasar.

Tenemos un proyecto de Nación y un proyecto de salvación no sólo para México, sino para cada nación en este mundo nuestro y lo vamos a aplicar, así como lo están haciendo, hoy, ahora en muchos lugares del mundo. Determinados, firmes, precisos, lo vamos a aplicar. Nos dicen despiadados, tercos, anticuados, pero como tenemos todo en contra es preciso sacar adelante el proyecto de salvación nacional y de una alternativa humana.

Necesitamos salir adelante, necesitamos ganar y estamos dispuestos a hacerlo. Se piensa que nuestra fuerza es mínima, pero de la pequeña semilla surgen los grandes frutos. De la chispa surge el incendio, del primer paso se llega al gran recorrido. La humanidad. Nuestro pueblo. Como parte de ella, tiene que vencer. No hay otra alternativa ante el desastre actual. Miseria, explotación, migración forzada, dependencia, hambre, desempleo, abuso…todo está aplastando a la gente. Entonces, es preciso salir adelante, hay soluciones y existe el proyecto y es necesario aplicar ese proyecto para lograr el éxito, el bienestar de la humanidad y por supuesto de los mexicanos y claro, de cada uno de nosotros.

El proyecto existe y desgraciadamente, lo comprendemos y lo manejamos unas cuantas gentes, una decena de personas, que pronto se convertirán en decenas de millones de personas, decenas de miles, millones, porque cuando existe una solución. La humanidad tiene que conquistarla, habiendo una meta se llegará a ella.

Decía Lenin, “solo los grandes objetivos, despiertan grandes energías”. Sabemos que en un inicio será solo el paso en una nación y luego se logrará por una decena de naciones, una centena. Hasta que el mundo cambie. No por capricho. Por estricta sobrevivencia de la especie humana. Somos humanos somos una especie que logró salir adelante gracias al apoyo colectivo y queremos el bien de todo, de todas y todos. Todas y todos hablamos de la superación de la pobreza en el mundo, pero hay que apostar todo, todas y todos, para que en realidad esto sea un hecho para cada ser humano. Para que cada uno tenga garantizados sus derechos, que, si bien en el capitalismo caduco se han reconocidos desde 1848, en la realidad se niegan. Pero no es sólo superar la pobreza, es ante todo que los pueblos decidan, que los pueblos manden, que triunfe una democracia verdadera. Que se logre el bienestar material y espiritual en un futuro verdaderamente humano. Esa es nuestra lucha compañeras, compañeros.

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