Pauline Easton. TML Monthly. No 6. 28 de febrero de 2021
Debate sobre asuntos de interés para la política
El 21 de febrero, el Partido Comunista de Canadá (marxista-leninista) organizó una reunión de Zoom para discutir las nuevas leyes y regulaciones que pretenden oponerse a la propaganda de odio y la promoción de la violencia por parte de "entidades extremistas". En opinión del CPC(M-L), se trata de un debate importante. La cuestión no es si el Estado está detrás de la violencia terrorista, el racismo o el anticomunismo o si su definición de extremismo es per se egoísta. Lo son. Estados como el del Canadá, creados según la tesis del Pacto hobbesiano, están gobernados por poderes policiales, lo que quiere decir, por poderes discrecionales arbitrarios en manos del poder ejecutivo y judicial, así como de las agencias de inteligencia, la policía y las fuerzas armadas y especiales. No sólo eso, estas entidades juran lealtad a la persona de Estado, una ficción creada con el propósito de proporcionar una razón de Estado. Esta persona ficticia de Estado empuña una espada en una mano, representando el poder sobre todos los asuntos que tienen que ver con la guerra y la paz, y el cayado o bastón de un obispo en la otra, representando todos los asuntos que tienen que ver con los valores aceptados, el crimen y el castigo. Desde la creación de este modelo de estado-nación después de la Guerra Civil Inglesa en la década de 1660, estos valores han sido los de la clase dominante cuyos intereses y reglas apropiadas defiende.
Bajo este modelo, se crearon legislaturas que se decía que representaban la soberanía del pueblo, a pesar de que todos los representantes juran lealtad no al pueblo, sino al soberano. En Canadá, la "soberana" es la Reina de Inglaterra declarada también reina de Canadá. A pesar de que sólo se dice que se trata de una posición ceremonial, el soberano ejerce poderes que no son en absoluto ceremoniales, poderes prerrogativos, que aplica directamente y a través de los ministerios, el poder judicial, los altos funcionarios y todos aquellos cuya misión principal es perpetuar el gobierno del soberano. Aquí es donde la policía política también desempeña una función encubierta clave para eliminar cualquier amenaza a esta regla utilizando cualquier medio sucio o limpio. Independientemente de las reformas que se lleven a cabo, están fundamentalmente imbuidos de ideología anti-obrera, anti-pueblo y racista como una cosa normal y, desde el inicio de la Guerra Fría en el siglo XX, con el anticomunismo también.
Reconocer el papel del Estado, constituido para establecer el tipo de norma que existe todavía actualmente, es de lo más importante en tiempos en que es central la lucha del pueblo por la garantía de sus derechos, y toma más protagonismo. Canadá forma parte del sistema imperialista de estados con Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y sus partes integrantes como lo es Canadá son los principales maestros por ejemplo negativo. Están inmersos en crisis y los tiempos exigen igualdad y que se garanticen los derechos de todos y todas.
Los tiempos también exigen que los problemas dentro de un país y entre países se resuelvan pacíficamente, y honorablemente, de una manera que beneficie a los pueblos del mundo. Lejos de guiarse por los intereses de los pueblos, los países que se basan en servir a los intereses imperialistas están utilizando todas las herramientas de su arsenal para establecer su propia hegemonía sobre los poderes rivales. Incluso es tabú cuestionar a quién sirven. Todo esto inflama las pasiones e incluso la rabia, razón por la cual esos tabúes deben ser cuestionados y tales asuntos de preocupación no deben mantenerse fuera del ámbito del pensamiento y el habla.
Todo esto es para asegurarse de que hoy la lucha de lo Nuevo contra lo Viejo se descarrila en ataques contra individuos, y la criminalización de la opinión, de expresarse, del pensamiento y la conciencia, así como la organización. Según ellos el reclamo de los gobernantes no debe ser impugnado: pueden decidir tanto el crimen como el castigo. En nombre de la seguridad y el interés nacionales, los criterios utilizados para determinar quién es "legítimo" y quién es "ilegítimo", qué pensamiento es "legítimo" y qué pensamiento es "ilegítimo", son secretos, arbitrarios y egoístas. Incluso cuestionar a quién sirven es tabú. Son precisamente esos tabúes los que deben ser cuestionados y no permitir que se mantengan fuera del ámbito del pensamiento y el habla. Si lo que dicen ser límites razonables a los derechos, no se ven como razonables, la comunidad política está en problemas. La unidad sólo puede construirse sobre la base de una opinión pública informada, no desinformando a la opinión pública para asegurarse de que ninguna oposición pueda impugnar el gobierno antinacional y anti-pueblo que se está estableciendo a un ritmo cada vez más rápido.
Todo esto está teniendo lugar en un momento en que las consecuencias de la agenda antisocial neoliberal han demostrado ser desastrosas dado que aumenta la pobreza, el hambre, las enfermedades, la sequía y el daño al medio natural y social. Cuando vemos dentro del propio Senado de Estados Unidos acusaciones y contra-acusaciones de sedición, traición y sobre quién es y quién no es un patriota, el efecto es proporcionar a los poderes policiacos una justificación para que se hagan cargo, como ocurrió cuando el Pentágono se hizo cargo del Capitolio para la toma de posesión de Joe Biden en Washington, DC en enero. Esto era tanto una amenaza para Biden como siguiendo la línea para cualquier otra persona.
Y ahora vemos la respuesta de la policía federal con motivo del juicio del asesino de George Floyd que tendrá lugar el 8 de marzo. Minneapolis se ha convertido en una fortaleza armada incluso mayor que la establecida para la toma de posesión de Biden. Esta es la respuesta al movimiento popular en los Estados Unidos por la equidad y para poner fin a la impunidad policial y para desfinanciar a la policía. Se supone que enviará un mensaje claro a aquellos que exigen responsabilidades policiales y que termine el uso de la violencia contra el pueblo, a los trabajadores que luchan por sus derechos, y a las personas que luchan por una atención médica adecuada, empleos, alimentos y vivienda que deben apoyar a Biden, "porque si no". Y, por supuesto, la oposición a la impunidad es blanco de ataques con el pretexto de que representa una amenaza para la seguridad y el interés nacionales. Todo ello se justifica por la necesidad de proteger el orden constitucional, y es esta la razón por la cual el pueblo insiste en desarrollar una discusión política sobre cómo se pueden tratar los asuntos de una manera que se dé alcancen sus objetivos, no los de los gobernantes.
No hay duda de que, en los Estados Unidos, como en todos los países del mundo donde el régimen no está constituido por el pueblo, la clase trabajadora y las personas de todos los orígenes junto con las naciones indígenas aprenderán a lidiar con las nuevas situaciones que enfrentan mientras persisten en su lucha por la equidad y una forma de gobierno que garantice que prevalezca la justicia para el pueblo.
La respuesta sólo puede ser luchar de una manera que permita el surgimiento de una personalidad política moderna que tome la forma de acuerdos políticos que involucren a la gente en la toma de las decisiones que afectan sus propias vidas. La verdadera cuestión es reconocer la igualdad conferida por ser miembros de la sociedad y afirmar el derecho de expresión, conciencia y organización para resolver juntos, en su significado actual, cuáles son las medidas a tomar para defender los intereses del pueblo.
El CPC (M-L) está participando en este debate para involucrar a todos en la elaboración de lo que significa ser político dentro de la situación prevaleciente mediante el análisis de cómo se plantea esta cuestión que llaman terrorismo interno, junto con el extremismo ideológico y sobre la cuestión de quién decide. Seguimos la discusión sobre la importancia de los cargos de impeachment contra Trump, cuando la probabilidad de perder estaba siempre presente, ¿de qué se trató todo eso? Nuestro enfoque se basa en la cuestión fundamental que plantea este tema, qué es cómo participar y afirmar el derecho humano a hablar y el derecho a organizarse en las circunstancias actuales de una manera que defienda los derechos del pueblo y sus reivindicaciones hacia la sociedad, demandas que tienen derecho a levantar en virtud de ser humanos.
Queremos empezar reiterando claramente que el CPC(M-L) hoy y siempre se ha opuesto a los ataques terroristas en todas sus formas, ya sean individuales o colectivos. El Partido se ha opuesto con éxito a todos los intentos en el pasado de eliminar el CPC (M-L) alegando que era violento o que aboga por la violencia o que no es una fuerza política legítima. El encarcelamiento de sus activistas y la difamación de sus líderes para aislar al Partido y derrotarlo, todo fracasó y no lograron su objetivo porque el CPC(M-L) es una entidad política que responde a las necesidades de los tiempos. Bajo todas las condiciones y circunstancias, los miembros del CPC (M-L) se organizan para impulsar el esfuerzo del pueblo por su empoderamiento, con energía y convicción. El objetivo de derrotar al CPC (M-L) era y siempre ha sido asegurarse de que el pueblo no se politice por sí mismo.
También hoy seguiremos desarrollando la defensa de los derechos de los trabajadores, las mujeres, los jóvenes, las minorías nacionales, los pueblos indígenas y Quebec, y de los pueblos combatientes del mundo y su derecho a ser Estados-nación soberanos. Los ataques contra ellos basados en declararlos ilegítimos, patrocinadores del terrorismo de Estado, y el genocidio y no aptos para vivir si se niegan a ser esclavizados y apostarles a las élites gobernantes, no pasarán. Tratar de rescatar lo que se llama las instituciones democráticas liberales retrocediendo en métodos que siempre se ha demostrado que recurren a crímenes de diversa índole llevados a cabo por la policía política y los poderes de prerrogativa no es lo que la gente espera de una democracia moderna. El pueblo rechaza la creación por parte de los gobernantes en todos los niveles de espectros de peligros para perseguirlos. Se enfrentan a suficientes peligros reales. Hace mucho tiempo, Karl Marx y Frederick Engels proclamaron al mundo -- ¡vamos a poner el espectro del comunismo usado por la burguesía upara atormentar a Europa a descansar con un Manifiesto propio -- ¡Los trabajadores de todos los países únanse!
El movimiento político del pueblo por lo Nuevo es la antítesis misma de lo que constituye una conspiración o teorías conspirativas. ¡Un programa político no es una conspiración! No se somete a la imposición de limitaciones egoístas que la clase dominante considera aptas para limitar el derecho de expresión, conciencia y la acción en nombre del interés de la seguridad nacional. Expresarse es un derecho humano, necesario para humanizar el medio ambiente natural y social. El CPC(M-L) hace un llamamiento a todos para que se pronuncie sobre este asunto que preocupa seriamente a la polís.
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