Diente de león - Taraxacum officinale
Por Sonia González
La medicina tradicional de las plantas representa un recurso valioso para la Ciudad de México, dentro de la medicina moderna, muchas de esas plantas se emplean como materia prima para la fabricación de medicamentos, aunque su uso se asocia principalmente con comunidades indígenas, que radican en zonas rurales, en nuestra ciudad seguimos recurriendo a estas plantas para el alivio del algún dolor, malestar o padecimiento, son parte de la gran diversidad biológica y cultural de nuestra ciudad.
Para la Organización Mundial de la Salud, el uso de la medicina tradicional a un está en desarrollo, en México donde es legal la medicina tradicional, prevista en el artículo 2 de la Constitución, así como en la Ley Federal de Salud. Milenariamente está práctica ha tenido un rol fundamental en las culturas originarias, actuando como vehículo de sanación y desarrollo místico.
Alrededor del 20% de los capitalinos utilizamos plantas medicinales para tratar algún padecimiento, en nuestro país se tienen identificadas más de cuatro mil especies de plantas con uso medicinal, la mayor parte de ellas recolectadas de forma silvestre de las cuales casi 370 se cultivan en huertos familiares o para su comercio.
En la Ciudad de México la biodiversidad vegetal es impresionante, existe una gran variedad de especies vegetales: hierbas, arbustos, enredaderas y árboles que surgen por donde quiera, en banquetas, camellones, parques públicos, jardines particulares, junto a caminos, baldíos, pastos secos e inesperados rincones. Entre esa gran diversidad destacan las plantas con usos medicinales. Se han reportado más de 130 especies en banquetas de la ciudad, como el maíz, ololiuhqui, maguey, toloache, epazote zorrillo, cempasúchil, cuachalalate, estafiate, buganvilia, floripondio, diente de león.
El diente de león, es una planta silvestre, su nombre científico es Taraxacum officinale, conocida como diente de león, achicoria amarga, amargón, almirón, chipule, botón de oro, el nombre de diente de león con el que popularmente se conoce en toda la ciudad, se debe a la forma de sus hojas recortadas, de forma parecida a dientes agudos y curvos, Taraxacum que es el género en castellano taraxacón quiere decir remover, hace alusión a sus propiedades laxantes.
Es una planta herbácea perene, de la familia de las asteráceas, llega a medir hasta 50 cm, sus hojas arrosetadas pueden crecer hasta 40 cm. Tiene una inflorescencia muy característica, en una cabezuela solitaria, flores de 80 a 250 por planta de color amarillo. Frutos en aquenio, esférico, plumoso, a muchos de niños nos gustaba sopar las cabezuelas secas y las semillas salían volando, era muy divertido.
Se puede encontrar en todo el mundo, en México crece en 25 estados reportados; Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
El diente de león no solo es una hierba en la banqueta, posee un gran número de propiedades medicinales, también es utilizada como planta ornamental debido a sus flores, se come en ensaladas frescas, se añade a sopas vinos e infusiones, la raíz tostada se utiliza como un sustituto del café. Representada de manera frecuente en toda la ciudad.
En la Ciudad de México, se utiliza para el dolor de estómago, dolor de muela, granos en la piel, problemas del hígado, problemas en vesícula biliar, salpullido.
La planta tiene un alto contenido de carbohidratos, helenina, arabinosa, levulina, sacarosa, en la raíz se encuentran, vitaminas del grupo B (especialmente ácido fólico), vitamina C, rica en inulina, en las hojas un alto contenido en beta carotenos (supera incluso a las zanahorias). Con respecto a los minerales, tiene alto contenido en potasio (4.5% en hojas y 2.5% en la raíz), hierro, calcio, magnesio y silicio. Su sabor es margo, contiene eudesmanólidos, triterpenos, flavonoides, xantófilos, carotinoides, ácidos chicórico, clorogénico y taraxínico, fitol y tetracosanol.
Se considera que es una planta que limpia la sangre, estimuladora del metabolismo en casos de insuficiencia hepática, cálculos biliares y niveles de colesterol elevados. Se utiliza para tratar la gota y las enfermedades de tipo reumático, los eczemas y otras patologías cutáneas, y como ingrediente que aumenta la producción de orina. Coadyuva en el control de los niveles de azúcar, estimula la secreción de insulina, regula los niveles de glucosa, reduce la absorción de las grasas, favorece el control del colesterol. Cuenta con capacidad de regenerar el hígado, lo protege de tóxicos y exceso de grasa, estimula la función hepática. Laxante suave favorece la evacuación de los intestinos. Propiedades antimicrobianas, antivirales y antiinflamatorias. Las hojas y flores protegen la piel frente al daño causado por las radiaciones solares, el envejecimiento y el acné. Potencian la generación de nuevas células, reduce la inflamación y la irritación de la piel, al tiempo que aumenta la hidratación y la producción de colágeno.
El diente de león tiene baja toxicidad, puede causar reacciones alérgicas como cualquier otro alimento.
Su uso terapéutico es muy amplio por lo que además de encontrarlo de manera silvestre, se comercializa en tiendas dietéticas, herbolarios, herboristerías e incluso supermercados, en diversas presentaciones tanto fresco, deshidratado, comprimidos, en cremas, pomadas, ungüentos.
El conocimiento de las propiedades de las plantas medicinales se ha mantenido a través de milenios entre la gran diversidad de pueblos. Este conocimiento se complementa con los análisis de los principios activos investigados en las plantas. Para mantener los beneficios del conocimiento tradicional y del conocimiento científico, es indispensable hacer un manejo sustentable de las plantas medicinales y de los ecosistemas en donde se desarrollan.