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Renacionalización del petróleo

PROMOTORA NACIONAL POR LA SUSPENSIÓN DEL PAGO DE LA DEUDA PÚBLICA. 18 DE MARZO 2021

La renacionalización del petróleo y la soberanía energética sólo serán posibles si se suspende el pago de la deuda de PEMEX y se renegocia en mejores condiciones. El último informe de la situación financiera de PEMEX durante 2020 revela que PEMEX es una de las empresas petroleras más endeudadas del mundo.


PEMEX es la empresa más grande de México por su volumen de ventas, pero arrastra una gran deuda que en el sexenio de EPN pasó de 50 mil millones de dólares en 2012 a 106 mil millones de dólares en 2018.

La deuda financiera en diciembre del año pasado ascendió a 2.3 billones de pesos o 113.2 mil millones dólares. Esta deuda de PEMEX creció en 13% con respecto a 2019, cuando en dicho año hubo desendeudamiento, y representa el 10% del PIB.

La crisis económica agravada por la pandemia y la depreciación del peso (la deuda externa de PEMEX representa el 87% de su deuda total) hicieron que la deuda de PEMEX alcanzara cifras históricas. Durante 2020 PEMEX experimentó una drástica caída de sus ventas lo cual se reflejó en menores ingresos que se redujeron en 32% y condujo a operar con pérdidas después del pago de impuestos. El 2020 es uno de los peores años de PEMEX desde 1938 cuando se expropió el petróleo. No obstante que el actual gobierno ha reducido las aportaciones de PEMEX a los ingresos federales, la empresa opera con graves problemas tanto de producción como financieros, y específicamente de deuda. La empresa es rentable puesto que sus ingresos antes de impuestos son positivos.


La gran deuda de PEMEX es tal que su costo financiero externo o el pago de sus intereses en 2020 alcanzó la cifra de 114 mil millones de pesos, y representa el 12% de los ingresos totales de PEMEX, según el Banco de México. Tanto por el pago de intereses de la grandiosa deuda contraída por los gobiernos neoliberales y por las contribuciones de PEMEX al erario federal, la mayor empresa de México afronta grandes problemas. Hoy ante la conmemoración de la expropiación de la industria petrolera, la lucha por su renacionalización debe ir acompañada por la suspensión y renegociación de la deuda de PEMEX, así como una verdadera auditoría ciudadana y pública. Los trabajadores petroleros deben contar con un sindicato democrático y autónomo que defienda sus intereses, pero también que rescate a PEMEX, lo fortalezca, democratice y evite la sangría de sus recursos necesarios para su modernización.





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