Pablo Moctezuma Barragán
Virgilio fue un hombre de gran personalidad, muy respetuoso, amable y comprometido profundamente con México. Su palabra era una espada afilada que defendía la verdad. Si tuviera que sintetizar su quehacer en tres palabras diría: defendió la Soberanía. En lo público tenía gran autoridad moral, en lo privado era un verdadero ser humano, afectuoso, y valiente. Con sus compañeros era profundamente solidario. Fuera de serie.
Alrededor de Azcapotzalco se centró en los últimos años de su vida. Esa fue su trinchera para la Titánica lucha de derrotar a la dictadura de la alianza PRI-PAN-PRD. A pesar de sus limitaciones físicas. Tenía dolores insoportables en la planta de los pies que le impedían caminar mucho, realizó una gran campaña sobre el terreno y logró el triunfo de Morena en 2015 y 2018. En esas jornadas su palabra resonó como nunca. Lejos de todo oportunismo fue valiente, de los primeros mexicanos que le apostó todo al triunfo de López Obrador, cuando teníamos todo en contra y ninguna ventaja. Logró hacer campaña y triunfar sin dinero, tan solo con su autenticidad y trabajo tesonero.
Escucharlo hablar era sentir su gran compromiso y preocupación con el país y causaba tal impresión que llevaba a otros a comprometerse con las mejores causas. Su presencia de inmediato iluminaba los espacios que ocupaba.
Virgilio fue toda su vida un maestro, un guía. En momentos muy oscuros él supo ser un faro que iluminaba el camino. De convicciones profundas, valiente como pocos, inteligente en verdad, enamorado de México y de su pueblo dedicó su vida a la difusión de la información, de las ideas y gran defensor de la Soberanía.
Su innegable talento y calidad profesional lo podían colocar en el nivel más alto, ganar “fama y gloria”. Pero los medios en México estaban al servicio del poder, de las corporaciones, de la desinformación. Por eso el optó por seguir una línea recta: la defensa del derecho a la información y la libertad de expresión. Siguiendo ese camino logró el respeto y admiración de la sociedad.
Además, fue un maestro egresado de la escuela Normal de Maestros y dio clases en la Universidad Autónoma Metropolitana y en la escuela de periodismo Carlos Septién. Gran afecto le tienen hasta la fecha sus innumerables amigos y amigas.
Su vida fue el periodismo de más alta calidad por lo que hizo escuela y es admirado por sus colegas periodistas. Desde la tierna edad de los seis años comenzó a trabajar en la radio y conducía ya un segmento del programa radiofónico “La lección del amanecer” en XEB. Su opción fue siempre muy clara, él trabajó siempre en el servicio público, y donde quiera que estuvo no se autocensuró, ni se dejó censurar, Lo corrieron de Notimex, de Canal Once, del Imevisión (hoy Tv Azteca) y del Canal del Congreso. Lo despidieron por ser auténtico y no someterse a los límites que imponían los grandes intereses creados. Concibió que los medios del gobierno eran públicos no gubernamentales y menos que se usarán los medios para beneficio de tal o cual funcionario, sino medios al servicio de la sociedad.
Tuvo una visión nacional, aunque llegó muy pequeño de Tamaulipas para asentarse con su familia en Azcapotzalco busco que el ámbito de su trabajo fuera no solo en el centro del país, sino que abarcó de norte a sur, trabajó desde Sonora hasta Quintana Roo, pasando por Oaxaca. Sin dejar de mencionar que fue declarado Hijo Predilecto de Tampico.
Se desarrolló en medio de un ambiente político, cerrado y autoritario que buscaba mantener a la sociedad aterrorizada, silenciar a la sociedad, promover la autocensura, amenazar con el despido y la muerte civil o física al que se pasara de la raya. Virgilio no se amilanó nunca, trabajo de cerca con Manuel Buendía, su asesinato lo vivió de cerca, constató que Buendía sabía que lo iban a matar, pero no por eso dejaba de hacer denuncias riesgosas como la de dar a conocer los nombres de los agentes de la CIA en México.
La actividad extraordinaria de Caballero y un intenso compromiso con su profesión, lo llevó a impulsar canal Once, canal Trece, la Radio y Televisión de Sonora, el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social, el Instituto Oaxaqueño de Radio y Televisión, Canal 40, Canal del Congreso, Canal de la Universidad de Guadalajara, Radio UAM, Capital 21. Trabajó tanto y tan bien, que no se puede entender la importancia de los medios de comunicación públicos en México sin sus grandes aportaciones.
Fue un luchador social toda la vida. Lo movía la justicia y la defensa de los derechos y su pensamiento fue universal, por eso no solo se limitó a México fue asesor de la UNESCO en temas de radio y televisión en América Latina. Era gran amigo de Cuba y presidente de la Asociación de Amistad con el pueblo saharaui. El 29 de noviembre de 2018 recibió en México al presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) Brahim Ghali y denunció una vez más la invasión del gobierno marroquí sobre el territorio saharaui. Virgilio defendió la soberanía de cada nación, de cada pueblo y siempre denunció al imperialismo yanki y a sus socios “sin pelos en la lengua”, de manera clara y siempre con argumentos de peso.
Y como dijimos antes, en primer lugar fue un gran defensor de la Soberanía de nuestro país: En 2015 en entrevista con ExpressArte Internacional afirmó con claridad y contundencia lo siguiente: “El más grave de todos los problemas es la entrega de México a Estados Unidos, sostuvo que a partir de las reformas, sobre todo con la reforma energética y la de telecomunicaciones que fueron aprobadas sin discutir por la LXII legislatura, el territorio nacional, nuestro suelo ya es territorio norteamericano el plan es que México sea un anexo de Norteamérica , incluso jurídicamente hablando, el gran riesgo de haber renunciado a la soberanía territorial sobre nuestro país implica la próxima entrada a nuestro territorio de los militares norteamericanos si así lo consideraran indispensable, ya aprobaron que 25 mil policías norteamericanos que hay en México anden armados y que trabajen por los lugares donde transitan los migrantes, el aeropuerto, Chiapas el sur y, desde luego la frontera norte pueden actuar como en su casa eso se llama entrega del país y hay que echarlo para atrás yo no quiero ser norteamericano ni que mi nieto sea norteamericano militares de Estados Unidos armados en México, por ejemplo en el aeropuerto, en Chiapas y en el sur anden como perros por su casa hay que echarlo para atrás no quiero ser norteamericano ni que mi nieto lo sea.” Su voz sigue hoy resonando.
Como Diputado federal defendió la confidencialidad periodística, la certeza laboral para los periodistas y su libertad de investigar sin “línea” informática. Y condenó toda violencia y agresión a la libertad de expresión, propuso la fiscalía especializada en la defensa de los periodistas, una ley federal del trabajo que los defienda de despidos, el derecho a vivir, a existir del gremio. Como parte de su labor legislativa lo último que hizo como diputado local al Congreso de la CDMX fue dejar la iniciativa de la Ley para la protección integral de las personas defensoras de derechos humanos y periodistas en esta capital. En el Congreso como director del canal del congreso, informó abierta y transparentemente todos los acontecimientos, además cuidó la calidad de las transmisiones, introdujo tecnologías digitales.
Virgilio siempre amable, reconociendo el trabajo de los demás, de actuar muy profesional, elocuente, trabajador y defensor de los más desprotegido. Fue congruente hasta el último día de su vida. Su obra impresionante, su ejemplo, su grandeza brillará por siempre entre nosotros.