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¿Y si el sistema ferroviario volviera a ser de la nación?

Izcuauhtli Paz


El ferrocarril llegó a ser el medio de transporte más popular en nuestro país, no sólo para el comercio sino para la sociedad, mercancías, noticias, pasajeros comenzaron a viajar con mayor rapidez a los cuatro puntos cardinales.



Además, su huella de contaminación atmosférica es menor a la de un automóvil o un avión siendo este último uno de los focos más importantes de contaminación atmosférica.

En la actualidad este sistema de transporte es exclusivo y sirve a grandes empresas, los mexicanos están lejos de disponer del servicio de trenes a menos que el estado haga algo para revertir esta situación.


El servicio ferroviario jugó un papel muy importante para la economía local y promovía el desarrollo de los pueblos un ejemplo de ello, el norte de Veracruz donde los pobladores transportaban carne, pollos, queso, borregos, frutas y hortalizas para vender, fue un sistema eficiente en el país.


La primera línea fue la del Ferrocarril Mexicano, de capital inglés, de la Ciudad de México a Veracruz, vía Orizaba y con un ramal de Apizaco a Puebla. La inauguro el presidente Sebastián Lerdo de Tejada, en 1873 para el 1876, las líneas férreas llegaban a 679.8 km.

Durante el porfiriato se consolidó la expansión ferroviaria y con facilidades a la inversión extranjera, la red alcanzó más de 19 mil km de vías, hasta 1910. Siempre conectando con EU y no con el mercado interno, que es lo más importante.


En los treintas, el país contaba con 23,345 km de vías, con la llegada del presidente Lázaro Cárdenas en 1934, inicia una nueva etapa de participación del Estado en el desarrollo ferroviario, que incluyó la creación en ese mismo año de la empresa Líneas Férreas.

En 1936 se crea la Dirección General de Construcción de Ferrocarriles, encargada de establecer nuevas líneas férreas, y en 1937 se expropian los Ferrocarriles Nacionales de México por considerarlos empresa de utilidad pública, sirviendo así a la nación.


Así como Cárdenas que hizo grandes aportaciones a la nación, han pasado por la presidencia aquellos que han querido hundir a nuestro país, en 1995 el presidente Ernesto Zedillo sentó las bases para permitir la privatización del servicio ferroviario para el 1997, las compañías Kansas City, Southern Industries y Transportación Ferroviaria Mexicana se hicieron dueñas de la zona Noroeste, con 3.960 km de vías. Grupo México y Union Pacific adquirieron la línea del Pacífico Norte y más tarde el gobierno formalizó la venta de Ferrocarril del Sureste, con 2.200 km de vías, lo que se sumó a otras de menor tamaño como Ferrosur, Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, Ferrovalle, Coahuila-Durango y Ferrocarriles Suburbanos. Las ventas millonarias y las concesiones acabaron privatizado el sistema ferroviario.


Zedillo participó en el Consejo de Administración de Union Pacific, miembro del Grupo Ferroviario Mexicano (GFM), formado también por Grupo México e Ingenieros Civiles Asociados (ICA), a quien le dio una concesión en 1997 para operar el Ferrocarril Pacífico Norte, después de chingarse al país, se va con aquella corporación a la que beneficio y no sólo eso  Zedillo también fue accionista y represento los intereses de la empresa Kansas City Southern, de esas y más  participaciones se ha beneficiado el ex mandatario.


Las líneas concesionadas cubrieron 22 mil 130 km de vía, el 84 % de la red ferroviaria y el 95 % del sistema ferroviario nacional a finales de la década de los 90.


Con Zedillo, los ferrocarriles y miles de millones fueron para Peñoles, Grupo México y Tribasa.  Si Grupo México, quien se define como la empresa de transporte ferroviario más grande, más rentable y de mayor cobertura en México, pero el pueblo la definimos como aquella corporación responsable de grandes derrames y contaminación del agua, quien sobre explota y exporta minerales, y como olvidar la muerte de 36 mineros por la negligencia ocurrida en Pasta de Conchos. El estado tiene frenar estos crímenes a la nación por parte de corporaciones que benefician sólo a un pequeño monopolio.


Después de la devaluación, robos, privatización, endeudamiento, rescate a instituciones privadas, salva bancos, beneficiando a pocos millonarios y haciendo pagar a los mexicanos y a nuestros nietos, si el estado no pone freno, reaparece Ernesto Zedillo en este 2020 con la pandemia por el Covid-19,  junto con otros ex mandatarios latinoamericanos, se atreve a solicitar que se incremente la deuda en México mediante una carta ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), solicitando que apoye al país y a otros territorios de Latinoamérica. Aseguran que solamente el FMI puede salvarlos de una crisis financiera. Para estos políticos, la deuda es la única forma de salir adelante, una idea que ya había lanzado Felipe Calderón, mismo que endeudó al país en 2009, durante la pandemia del virus H1N1.


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