Valentina Galeana
Abandonado por sus seguidores y repudiado por el pueblo de México, Agustín de Iturbide, quien se había proclamado “Emperador”, partió desterrado hacia Liorna, Italia, el 30 de marzo de 1823 de donde se trasladó a Florencia y a Londres. El congreso no admitió su abdicación porque lo consideró improcedente, dada que su elección había sido nula, “viciada desde su origen” lo condenó al destierro.
Agustín de Iturbide se negó a unirse a los insurgentes y participó en la derrota de Hidalgo en Puente Calderón el 16 de enero de 1911 que lo llevó posteriormente a ser fusilado. Dirigió la batalla de Valladolid en diciembre de 1814 que significó el inicio del fin de Morelos. Durante las primeras cuatro etapas de la guerra de la independencia de México, además de asesino fue muy corrupto por lo que fue retirado del cargo por el Virrey durante un período. Iturbide militó en el ejército realista en contra de los insurgentes en el marco del trienio liberal en España combatiendo a Vicente Guerrero en la sierra madre del sur. En 1821, se unió a los insurgentes con el abrazo de Acatempan proclamando el plan de iguala y ambos bandos se unían para formar el ejército Trigarante a la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, se consumó la independencia.
Presidió la regencia del primer gobierno provisional mexicano el 18 de mayo de 1822, al día siguiente proclamado emperador en las calles de la capital y coronado por el presidente del congreso Rafael Mangino. En diciembre de 1822, Antonio López de Santa Anna proclamó el plan de Veracruz provocando que los insurgentes se levantaran en armas en contra del régimen imperial
En febrero de 1823, el plan de Casa Mata, como resultado los borbonistas y republicanos se unieron para apoyar el derrocamiento de Iturbide
Enterado de los planes de nuevamente invadir México por los españoles, y mal aconsejado por sus partidarios, Iturbide decidió volver al país partiendo de Londres.
Agustín de Iturbide desconocía que el congreso había promulgado un decreto en el que se le declaraba traidor y en caso de presentarse en territorio mexicano, bajo cualquier argumento, sería considerado enemigo del estado.
Por lo anterior con toda la frialdad lo capturó, el general Felipe de la Garza una vez desembarcado en Soto la Marina Tamaulipas, Agustín de Iturbide que tiempos atrás le quitó la vida a insurgentes, mandando fusilar mujeres y jóvenes, y remitido a la capital tamaulipeca. El congreso de esa provincia lo juzgó y sentenció a muerte, como traidor a la patria el 19 de julio de 1824.