Pablo Moctezuma Barragan
A doscientos años de la Doctrina Monroe que fue el banderazo para impulsar el dominio de Estados Unidos en nuestro continente, la política intervencionista en el continente americano se agudiza. Desde la primera etapa se buscó imponer sus intereses, en una primera etapa a través de su expansión territorial luego de invadir a México y arrebatarle más de la mitad de su territorio, de colonizar a Puerto Rico y ocupar Guantanamo.
La intervención directa no ha dejado de escenificarse recordemos como el 25 de octubre de 1983 EU ordenó la invasión militar de la isla de Granada, en la operación Furia Urgente, previamente organizaron el Golpe de Estado y la muerte el 19 de octubre contra Maurice Bishop gobernante progresista que impulsó la alfabetización, la educación gratuita y la soberanía nacional. En Granada se habían iniciado transformaciones económicas y sociales en beneficio de la población, lo que provocó el ataque de Washington para derrocar a su gobierno. Posteriormente el 20 de diciembre de 1989, invadieron Panamá con 20 mil efectivos y bombardearon el país, incluso zonas populares como “El Chorrillo” causando miles de muertos. las fuerzas invasoras usaron el bombardero F- 117A, invisible a los radares, así como helicópteros Apache, de los más modernos que tenían si se estuviera enfrentando al ejército de una gran potencia. Pero también han desarrollado estrategias neocoloniales más sutiles, a través de controlar a los gobiernos y las oligarquías locales para sus intereses.
Las consecuencias de las políticas que ha impuesto Washington se dejan sentir más que nunca. La violencia y el empobrecimiento que genera el Imperio Yanqui provoca la migración masiva de millones de personas que llegan a suelo americano como personas sin papeles, y por lo tanto sin derechos, como migrantes que sufren allá la esclavitud moderna, trabajando todo el día y sin poder protestar ni organizarse porque son expulsados por la migra. Millones de migrantes sostienen allá la economía, pero en lugar de ser reconocidos se les estigmatiza y persigue. En todo el continente promueven el sueño del modo de vida americano que para millones de personas se convierte en muerte y pesadilla. La guerra contra el desarrollo de los carteles de la droga y grupos criminales que ellos promueven y la migración que provocan es el mejor pretexto para la intervención del Imperio Yanqui.
Todo se originó hace 200 años, en 1823, Estados Unidos anunció la Doctrina Monroe que decía abiertamente “América para los americanos”. Esta frase forma parte de un discurso leído por James Monroe, presidente estadunidense entre 1817 y 1825, ante el Congreso del Estado de la Unión, el 2 de diciembre de 1823. Desde entonces, ese país actúa para lograr el dominio de todo el Continente. Además de colonizar Puerto Rico y emplearlo como bastión militar, Estados Unidos tiene instaladas, 2 siglos después: 12 bases militares en Panamá, 12 en Puerto Rico, nueve en Colombia, ocho en Perú, tres en Honduras, dos en Paraguay, así mismo hay bases en Aruba, Costa Rica, El Salvador, Guantánamo, en Cuba, y Perú, entre otros países, al mismo tiempo en que pugna por abarcar la total superficie terrestre y marítima de la región.
En las aguas territoriales argentinas y en las Islas Malvinas, usurpadas por el Reino Unido, está presente la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Hacia el norte tenemos a Canadá, miembro activo de la OTAN y compañera de cualquier aventura belicista que se le ocurra a Washington, subordinado militarmente al grado de que el Pentágono puede movilizar las Fuerzas Armadas canadienses aún sin conocimiento del primer ministro de Canadá. Quieren el dominio continental y por supuesto buscan el control de México, su vecino.
Para lograr su hegemonía, acuden a la intervención militar y a los golpes de Estado en el Continente Americano. Military Intervention Project (MIP) de la Universidad Tufts rememora que 34 por ciento de las casi 400 intervenciones militares por parte de Estados Unidos desde 1776, fueron contra países de América Latina y el Caribe. De todas las intervenciones, la mitad fueron entre 1950 y 2019 y más de un cuarto del total desde el fin de la Guerra Fría. Una investigación del Cline Center de la Universidad de Illinois señaló que desde 1982 hasta 2019, Estados Unidos participó en 350 intentos de golpe de Estado, de los cuales 150 fueron exitosos, gran parte en el continente americano, al que consideran su traspatio. Hoy practican el golpe blando como hicieron en Perú contra Pedro Castillo. Esta nueva modalidad de golpe – que quiere vestirse de visos de legalidad – ha sido aplicada ya en múltiples países en Honduras en 2009, en Paraguay en 2012, en Honduras en 2012, en Brasil en 2016, en Bolivia en 2019, en Perú en 2002, solo en Venezuela la estrategia golpista para imponer a Juan Guaidó fracasó por completo. Usan el sistema de partidos para poner en jaque a los gobiernos progresistas desde el Congreso y la Suprema Corte de Justicia. En México en los últimos meses es clara la estrategia de la Suprema Corte y de los jueces, para impedir las medidas del gobierno de Lopez Obrador que afectan a las corporaciones, e incluso para entorpecer la lucha contra los grupos criminales que golpean la paz en México.
Pero buscan justificarse, por ejemplo, en octubre de 2021, la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, resaltó el papel “protector” que va a ejercer ese país sobre la región porque ser buenos vecinos pasa por “cuidar el uno al otro” lo cual “obliga” a Washington a hacerse cargo de luchar contra las redes de delincuencia organizada que se dedican a la trata de personas.
Usan el pretexto de ayudar para intervenir y controlar. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, sostuvo el 17 de octubre pasado que seguirá trabajando “con el gobierno federal y los estados. Trabajando juntos, no de manera independiente con las entidades”. Sostuvo que “trabajamos con los estados, lo hacemos a la luz, no tenemos secretos”. Agregó que el gobierno federal sabe y “les informamos de lo que hacemos en Zacatecas y todos los estados”. ¿Y qué tiene que hacer Estados Unidos en Zacatecas?
Tratan de involucrar a los países latinoamericanos en la OTAN. Chile, Argentina, Brasil y Estados Unidos llevaron a cabo un ejercicio aéreo multinacional en América del Sur “bajo regulaciones y metodología de la OTAN”. Los simulacros Salitre 2022 del 17 al 21 de octubre pasado se desarrollaron en Chile, la actividad contó con la participación de México, Canadá y Perú en calidad de “observadores”.
Desde hace años distintos funcionarios del gobierno y congresistas de Estados Unidos hablan de intervenir en México para “ayudar” a combatir el narcotráfico y grupos criminales, en junio pasado tropas de EE. UU. llegan a Perú para ejercicios conjuntos cuando se retoman las protestas contra Boluarte. Hace dos semanas se autoriza en Ecuador la entrada de fuerzas militares terrestres Guillermo Lasso. En Panamá obreros y maestros desarrollan una gran movilización contra el gobierno de Laurentino Cortizo por sus concesiones a corporaciones mineras norteamericanas.
El expresidente hondureño Manuel Zelaya asegura que han sido desmontados más de siete intentos de golpe de Estado en los últimos 21 meses contra la presidenta, Xiomara Castro en Honduras. Las medidas contra Cuba se endurecen.
En Haití, país que invadieron en 2004: con la ayuda de Francia, y Reino Unido, para deponer al presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide del poder en el marco de la operación MINUSTAH. Desde hace meses están impulsando una nueva intervención cobijada por la ONU.
El bloqueo estadounidense contra Cuba, iniciado hace más de sesenta años, se recrudeció “en extremo a niveles sin precedentes” desde 2019 y durante la pandemia. “A 30 años de la primera resolución de esta Asamblea contra el bloqueo el gobierno de Estados Unidos continúa ignorando la demanda casi unánime para que cese esta acto de agresión contra Cuba. Hoy en la Isla se sufre por falta de materia prima para medicamentos, escasez de combustible, de equipos y refacciones, obstáculos para la importación de alimentos. Lo que significa una verdadera guerra económica contra esta nación. Además de todo EU desata la guerra informativa, financiando grupos que se dan a la tarea en las redes sociales de distorsionar completamente los hechos y la misma historia.
Y si en el colonialismo para justificar todos sus crímenes, imponer sus ideas y los puntos de vista del Imperio Español usaban de la Inquisición, sus tribunales y castigos, en el neocolonialismo usan los grandes medios de desinformación para engañar y adoctrinar a la población, satanizar a quienes luchan por derecho y soberanía, quemar en la hoguera los gobiernos populares calificándolos de dictaduras, engañar, distraer y justificar las agresiones del Imperio Yanqui. El monopolio de medios es un arma formidable para mantener engañados a cientos de millones de habitantes de las Américas. Los pueblos de América de sur a norte aspiran a conquistar la soberanía y a destruir al neocolonialismo, América será para los pueblos americanos, para cada pueblo y nación soberano. En México nos oponemos a la integración a la región norteamericana, y a ser objeto de la división del mundo en bloques, en los que por geografía nos correspondería ser sujetos de los estados unidos de las corporaciones norteamericanas, estamos contra el unipolarismo, pero queremos ser soberanos, independientes, con un desarrollo propio, por lo tanto no queremos un multipolarismo en los que siendo subordinados a uno de los polos se nos niegue la autodeterminación y la autosuficiencia y la facultad para relacionarnos con todos los pueblos y naciones del mundo en pie de igualdad desde nuestra propia soberanía que la geopolítica no debe condicionar de forma alguna. Mil millones de habitantes de nuestra América deben de ser soberanos en lo personal, local, regional y nacional. Es la hora de la soberanía de los pueblos y de independizarnos de Washington.
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