SPUTNIK 1 de marzo de 2022
China cuestionó las sanciones unilaterales de Occidente contra Rusia, entre ellas su exclusión del SWIFT, que no tiene base en el derecho internacional. Según 'Financial Times', Pekín podría reducir la presión de las sanciones reforzando la cooperación ruso-china beneficiosa en la agricultura, tecnología, banca, energía y otros sectores económicos.
"Los lazos entre China y Rusia se están fortaleciendo constantemente durante los últimos 10 años en todos los sectores. Así que estos acontecimientos en torno a Ucrania, que en realidad es la agitación del sistema de EEUU y la OTAN contra Rusia, seguramente acelerará la cooperación adicional entre Pekín y Moscú", explicó el experto en economía política Fabio Massimo Parenti.
El 23 de febrero, la Administración General de Aduanas de China confirmó que eliminaría las restricciones a la importación de trigo procedente de Rusia. El 4 de febrero Reuters había adelantado que Pekín había levantado las prohibiciones a la importación de trigo y cebada rusos como parte de una serie más amplia de nuevos acuerdos bilaterales. El paquete también incluía los suministros de petróleo y gas a largo plazo de Rusia hacia China por un valor de 117 mil 500 millones de dólares.
En su opinión, el acuerdo energético ruso-chino, que apunta al petróleo y el gas de Rusia, son cruciales para la creciente la demanda de China teniendo en cuenta unos cálculos que señalan que este país consumirá hasta 526 mil millones de metros cúbicos en el 2030 y aproximadamente 620 millones de metros cúbicos en el 2040.
Según expertos económicos citados por CNN, es probable que los productos básicos y las materias primas rusas se reorienten hacia China si la demanda del resto del mundo disminuye significativamente en un contexto de tensiones geopolíticas. En tanto, Financial Times señala que Pekín tiene un historial de apoyo económico a Moscú durante los ocho años de sanciones que Occidente ha impuesto a Rusia desde la reunificación de Crimea en el 2014.
"Esta es la cuestión clave sobre el proceso de un cambio global, la reconfiguración del orden global que se ha producido durante las últimas décadas. En los años noventa, en realidad, el sistema EEUU-OTAN impuso y consolidó un orden mundial unilateral, un orden mundial unipolar en su configuración de poder. Pero a finales de los noventa, vimos un nuevo crecimiento y desarrollo desde China y tras el acercamiento de la cooperación y las relaciones entre China y Rusia, el mundo y el sistema mundial empezaron a cambiar rápidamente", indicó Parenti.
La economía a favor de los países en desarrollo
De acuerdo con Parenti, la economía mundial ya ha cambiado radicalmente y en términos materiales a favor de los países emergentes, mientras que EE. UU. y sus aliados se esforzaban por contener este ascenso cortando los vínculos económicos, sobre todo entre la Unión Europea y otros socios euroasiáticos.
"El movimiento unilateral de expansión de EE. UU. ha creado un proceso de desestabilización constante desde las guerras en la antigua Yugoslavia, sobre todo desde la guerra contra Serbia hasta la guerra de Siria, el sistema de EE. UU. ha creado un arco de desestabilización, apoyando a los yihadistas y apoyando las actividades terroristas para crear problemas en Asia Central, para crear problemas en China, para crear problemas en Europa del Este. En Ucrania, conocemos el golpe de Estado durante el 2014 y el primer intento en el 2005 de la Revolución Naranja para desestabilizar y anexionar la tierra y el espacio ucraniano dentro y bajo el control del sistema de EE. UU. y la OTAN", recordó Parenti.
Según él, las acciones asertivas de Washington facilitaron el acercamiento entre Moscú y Pekín, ya que este último entiende que los intentos estadounidenses de separar a Rusia de Europa son "la condición previa para trabajar mejor en Asia-Pacífico contra China, provocando a Taiwán, provocando a Hong Kong, provocando las cuestiones del mar de China Meridional, etc.
" Añadió que China sabe que apoyar a Rusia es una necesidad existencial también para ella, no solo por la amistad, sino sobre todo por su propia amenaza existencial que viven igualmente en el enfrentamiento con las fuerzas de la OTAN impulsadas exclusivamente de forma predominante por EE. UU. y su propio proyecto de dominación. De ahí la posición bien articulada de Pekín contra el último paquete de sanciones impuestas por la UE, el Reino Unido, EE. UU. y Canadá contra Rusia.
Hace unos días, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, dijo que "desde el 2011, EE. UU. ha impuesto más de 100 sanciones a Rusia", pero estas restricciones no habían hecho nada para disipar las tensiones en Europa. Hua culpó a Washington por la crisis de Ucrania por aumentar las tensiones, crear pánico e incluso exagerar la posibilidad de una guerra.
Un bloque contra la hegemonía
"Tenemos que ver la aplicación real y efectiva de estas sanciones anunciadas, como la de mantener a Rusia fuera del sistema SWIFT", señaló Parenti a tiempo de recordar que China y Rusia tienen su propio sistema de pagos transfronterizos utilizando monedas alternativas desde el 2014 y el 2015.
Explicó que ambos países mantienen desde hace años proyectos económicos conjuntos que probablemente suavicen o contrarresten las consecuencias negativas de las sanciones occidentales. Además, Moscú y Pekín tienen intereses comunes en varias partes del mundo, como América Latina, Oriente Medio y África.
Parenti también puso como ejemplo a Irán, que el 27 de marzo del 2021 alcanzó un acuerdo de cooperación de 25 años con China, que alcanzó una con Rusia y China dando lugar a un bloque contra la hegemonía, aunque no era la intención de estas tres potencias.
El experto considera que las repercusiones de las sanciones de Occidente no solo afectarán a Rusia, sino que se extenderán por todo el mundo, con la diferencia de que Moscú y Pekín construyeron lazos de beneficio mutuo en los últimos 20 años. El experto no descarta que los esfuerzos ruso-chinos para garantizar la seguridad en el nuevo mundo multipolar se traduzcan en una alianza militar para hacer frente a la creciente presión de la OTAN que está impulsando a los países a reforzar sus defensas y a revisar sus estrategias de seguridad.
"Rusia optó ahora por el apalancamiento militar debido a esta presión que iba en aumento, no solo por el apoyo de las fuerzas reaccionarias de Kiev, sino también por parte de la OTAN, que se volvió muy peligrosa, que ya mató y dividió al país durante los últimos 10 años. La amenaza de tener armas nucleares y la instalación de la OTAN directamente en las fronteras con Rusia fue una línea roja cruzada en este juego sucio de EE. UU. que entiendo estaban estudiando este hecho durante mucho tiempo...", concluyó Parenti
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