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Calor extremo y sequía aguda ya son asuntos de seguridad nacional.

El estadunidense Center for Climate and Security (Centro para el Clima y la Seguridad) advierte que varias zonas de México se verán afectadas por olas de calor extremo y sequías agudas. Se trata –según un informe elaborado por el panel de seguridad nacional, militar y cambio climático del Council on Strategic Risk (Consejo de Riesgos Estratégicos)–, de un asunto que evolucionará de amenaza “media” y “alta” a “muy alta” y “catastrófica”.

Bajo el título A security threat assessment of global climate change. How likely warming scenarios indicate a catastrophic security future (Evaluación de la amenaza de seguridad del cambio climático global. Cómo los probables escenarios de calentamiento indican un futuro de seguridad catastrófico), el documento evalúa los impactos del calentamiento global en todo el mundo.



México comparte con Estados Unidos y Canadá una región ya afectada por el calor extremo y la sequía. El escenario presentado en el documento es que tal afectación, lejos de reducirse, se profundizará.El estudio, liberado la semana pasada, analiza los impactos de dos escenarios inminentes. El primero, de corto plazo, con un aumento de las temperaturas de entre 1 y 2 grados centígrados. El segundo, de mediano plazo, con un aumento de entre 2 y 4 grados centígrados. De los escenarios señalados se derivan niveles de afectación para las sociedades y sistemas de seguridad de todo el mundo. Los analistas de inteligencia civil y militar estadunidense que participaron en el estudio establecieron cinco niveles de riesgo. Bajo: “cierto riesgo material”. Medio: “de consecuencias”. Alto: “riesgo severo”. Muy alto: “riesgo severo y sistémico”. Y catastrófico: “riesgo desastroso e irreversible”.El noroccidente de México –junto con el occidente de Estados Unidos y Canadá– ya presenta riesgo medio. En el corto plazo llegará al “muy alto”. En el de mediano plazo arribaría al peor: el “catastrófico”, con daños sociales, materiales y económicos permanentes y definitivos.


De hecho, en toda la región de América del Norte –que incluye a México, Estados Unidos y Canadá– el cambio climático ya genera calor “extremo” en algunas épocas del año, especialmente en periodos de primavera y verano. Tal aumento de la temperatura genera en algunas áreas intensas precipitaciones fluviales; en otras, sequías; en zonas costeras, aumento en los niveles del mar, y en otras más, incendios forestales y tormentas.En el informe se destaca que, en realidad, pocas zonas de la región son las que no se ven afectadas por el calentamiento. Y en todas ya se padecen costos económicos y sociales debido a los desastres ambientales.Además, desde el suroeste de Estados Unidos y hasta el bajío mexicano se presenta ya escasez de agua. Lo anterior debido a la combinación de tres fenómenos: aumento de las temperaturas, evaporación de los cuerpos de agua y disminución de las lluvias.“En las proyecciones a corto plazo, estas condiciones se deteriorarán a medida que el estrés hídrico y la sequía se agudicen en las regiones áridas del oeste de Estados Unidos, Canadá y México, con implicaciones negativas para el riego de cultivos en estas regiones.”El peor escenario social es para las comunidades mexicanas y estadunidenses asentadas en la frontera entre los dos países. Enfrentan “condiciones de sequía particularmente graves, reportadas como las más extremas que la región ha experimentado desde el siglo pasado, junto con temperaturas consistentemente altas”.


Adicionalmente, las proyecciones de calor extremo son cada vez más peligrosas para la región. El informe advierte que la intensidad y la duración de las olas de calor significarán graves riesgos para la salud humana.A mediados de este siglo “las temperaturas extremas pondrán a las poblaciones en riesgo de estrés por calor en todo el Continente, con riesgos particulares en áreas del norte poco adaptadas. En todo México y el oeste y sureste de Estados Unidos, el calor extremo definirá la mayoría de los veranos y las condiciones de sequía disminuirán severamente la disponibilidad de agua”.El documento, finalmente de seguridad nacional de Estados Unidos, divide al mundo según los comandos miliares de las Fuerzas Armadas estadunidenses: Africom, para África; Centcom, para Asia central y Oriente Medio; Eucom, para Europa y Rusia; Indopacom, para la región del pacífico indoasiático; Northcom, para América del Norte y las regiones polares, y Southcom, para Centroamérica, Suramérica y el Caribe.Sobre el Northcom, en el que incluye a México, consigna que en el corto plazo –con el aumento de temperaturas de entre 1 y 2 grados centígrados–, se esperan “eventos extremos más intensos como tormentas e incendios forestales, con impactos significativos en la vida y la propiedad. Estos efectos reducirán la disponibilidad de la infraestructura de seguridad y socavarán las instituciones democráticas e internacionales de las que dependen las principales relaciones de seguridad”.Con respecto del escenario de mediano plazo –con el aumento de las temperaturas de entre 2 y 4 grados centígrados– la región señalada como “área de responsabilidad del Northcom”, experimentará “calor extremo, aumento del nivel del mar y eventos de desastres que impactarán severamente la infraestructura crítica”. Además, generará “mayores divisiones dentro de la sociedad, incluidas las crecientes opiniones etno-nacionalistas, antidemocráticas y aislacionistas”.


En esta fase, el cambio climático podría fracturar acuerdos de seguridad históricos, y acelerará la gran competencia entre las potencias por los recursos del derretido Ártico. En la región de América de Norte –anticipa el documento– aumentarán los flujos migratorios provenientes de Centro y Suramérica con rumbo a Estados Unidos. Las personas se desplazarán huyendo ahora por razones ambientales.“Interceptar y procesar a estos migrantes se convertirá en una carga adicional para los servicios de seguridad. Fronteras más fuertemente militarizadas, leyes de asilo restrictivas y malas condiciones en los centros de detención de migrantes en la Frontera se convertirán en la norma, en la medida en que los impactos climáticos extremos desplacen a poblaciones de sus hogares.”


¿Está contemplada esta situación en la política de seguridad nacional de México? ¿Cómo responderá el Estado mexicano al futuro que nos ha alcanzado? Si las agencias de inteligencia mexicanas ya no andan en el espionaje político y ahora sí se dedican a defender a la nación –como asegura el presidente–, seguro en el Centro Nacional de Inteligencia, en la Sección Segunda del Estado Mayor de la Defensa Nacional y en la Unidad de Inteligencia Naval tienen un plan para prevenir y reaccionar ante estos fenómenos. No es ironía. ¿O en qué andan nuestros muchachos?


Zósimo Camacho

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