Gustavo Veiga. PÁGINA 12 9 de febrero de 2022
Según el Pew Research Center, 2020 marcó el pico máximo de asesinatos y suicidios desde 1968 en Estados Unidos, cifra por encima de cualquier otro país en el mundo. Morir asesinado en una calle, hogar o escuela de Estados Unidos es un hecho habitual. No hace falta una declaración de guerra. Estadísticas recientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) – así se llama a la Agencia federal de Salud Pública en EEUU – confirman que 2020 fue el año con más muertes provocadas por armas de fuego entre todos los que se tengan registro. Un trabajo publicado el 3 de febrero pasado por el Pew Research Center, basado en aquellas fuentes oficiales, señala que 45.222 personas murieron por disparos. Según el centro de estudios “esa cifra incluye asesinatos y suicidios con armas, junto con otros tres tipos menos comunes de muertes relacionadas con armas rastreadas por los CDC: las que no fueron intencionales, las que involucraron a la policía y aquellas cuyas circunstancias no se pudieron determinar”. Del número récord de hace dos años, se desprende otro de pavorosa comprobación: el 54 % de todas las muertes relacionadas con armas en Estados Unidos se debieron a suicidios (24.292), mientras que el 43% fueron asesinatos (19.384), según los CDC. Un porcentaje menor está contenido en otros ítems.
El año del asesinato de Floyd
Las 45.222 víctimas de 2020 – el año en que el afroamericano George Floyd fue asesinado por la Policía y derivó en un espiral sangriento – representaron un aumento del 14% respecto a 2019. Pero además, si la comparación se hace con cinco años antes sube al 25% y si las estadísticas que se analizan son de 2010 se escala hasta un 43%. El autor de la investigación, John Gramlich, escribió: “Casi ocho de cada diez asesinatos en EE.UU (79%) durante 2020 involucraron un arma de fuego. Eso marcó el porcentaje más alto desde al menos 1968, el primer año del que los CDC tienen registros en línea”.
De la sede de los CDC ubicada en el estado de Georgia también surge otro dato. Aún con el porcentaje de 13,6 muertes por armas de fuego por cada 100 mil personas en 2020 – la tasa más alta desde mediados de la década del ’90 -, la estadística sigue por debajo del pico de 16,3 fallecidos por cada 100 mil habitantes producido en 1974.
El Pew Research Center que dice apoyarse en estadísticas de los CDC y el FBI, entre otras fuentes, destaca que el número de suicidios con armas de fuego también aumentó en los años recientes. Un 10% en el último lustro y un 25% si se toma la década. Se acercó a su punto más alto registrado en 2018, cuando hubo 24.432, un número ligeramente superior a los 24.292 de 2020.
Estas comprobaciones llevan a otro campo de estudio, el de cómo percibe la propia sociedad el contexto violento que la rodea. Cerca de la mitad de los estadounidenses (el 48 %) considera que la violencia con armas de fuego es una cuestión muy grave en la actualidad. Dentro de ese porcentaje, en la comunidad negra – ocho de cada diez integrantes, un 82 % – dice que es muy grande el problema. Esa percepción entre los adultos hispanos baja al 58 % y al 39 % en los blancos.
En EEUU el 53 por ciento de la población se inclina por leyes más restrictivas para el uso de armas. Pero la influyente Asociación Nacional del Rifle, la organización más antigua del país fundada en 1871 y con gran poder de lobby, impidió hasta ahora cualquier movimiento brusco contra sus intereses.
Pese a estas evidencias, el centro de investigación Pew describe que “las tasas de homicidios y suicidios con armas de fuego en EE.UU se mantienen por debajo de sus niveles máximos. Hubo 6,2 asesinatos con armas por cada 100 mil personas en 2020, por debajo de la tasa de 7,2 registrada en 1974. Y hubo 7,0 suicidios con armas por cada 100 mil personas en 2020, por debajo de la tasa de 7,7 medida en 1977”.
Si se toman las cifras por cada estado de EEUU, los principales afectados por crímenes con armas de fuego son: Mississippi (28,6 por cada 100 mil personas), Luisiana (26,3), Wyoming (25,9), Missouri (23,9) y Alabama (23,6). Los que tienen las tasas más bajas incluyen a Nueva York (5,3), Rhode Island (5,1), Nueva Jersey (5,0), Massachusetts (3,7) y Hawái (3,4). New York, New York
Las estadísticas que se atribuyen al estado de Nueva York en 2020, todo indica que se dispararon este año por la violencia en alza en la ciudad homónima y más poblada del país. Según el Archivo de Violencia con Armas (GVA, por sus siglas en inglés), en lo que va de 2022 casi tres docenas de policías recibieron disparos en todo EEUU. Seis de ellos, según esa fuente, trabajan en Nueva York. Protestas organizadas por efectivos neoyorquinos llevaron a que interviniera hasta el presidente Joe Biden. Participó de una reunión de la Asociación de Estrategias contra la Violencia con Armas en la sede de la policía de Nueva York el 3 de febrero. El alcalde de la ciudad, Eric Adams, dijo que tiene un plan: “Debemos contratar más policías e invertir en programas de prevención en las comunidades”. Nada nuevo bajo el sol.
Pew Research Center argumenta que “la tasa de mortalidad por armas de fuego en los EEUU es mucho más alta que en la mayoría de las otras naciones, particularmente en las desarrolladas. Pero todavía está muy por debajo de las tasas que sufren varios países de América Latina, según un estudio de 2018 sobre 195 naciones realizado por investigadores del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington”. Canadá (2,1 por 100 mil) y Australia (1,0), así como Francia (2,7), Alemania (0,9) y España (0,6) en Europa, muestran estadísticas menos problemáticas que Estados Unidos. Pero países mucho más pobres como El Salvador (39,2 por cada 100 mil habitantes), Venezuela (38,7), Guatemala (32,3), Colombia (25,9) y Honduras (22,5) tienen porcentajes elevadísimos.
Tiroteos masivos
Un rubro que complica el análisis más allá de lo que señalan las noticias, es el de los tiroteos masivos que a menudo han tenido como víctimas a estudiantes y docentes en centros de estudio de diferentes niveles de enseñanza. El Pew informa que el FBI recopila datos sobre «incidentes de tiradores activos», que define como «una o más personas involucradas activamente en matar o intentar matar personas en un área poblada”.
El GVA, la base de datos en línea que clasifica hechos de violencia armada en Estados Unidos, “define a los tiroteos masivos como incidentes en los que se dispara a cuatro o más personas, incluso si nadie muere (excluyendo a los tiradores). Usando esta definición, 513 personas murieron en estos incidentes en 2020” publicó el Pew Research Center a principios de este mes.
La violencia con armas de fuego en Estados Unidos es una secuencia dinámica. Aunque 2020 fue el año con más víctimas fatales desde 1968, dos tercios de las ciudades más pobladas del país registraron más homicidios en 2021 que el año anterior. Una búsqueda en google sobre muertes con armas de fuego en EEUU arroja 9,5 millones de resultados. Ni un país en guerra se acerca a esa cifra.
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