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LÁZARO CÁRDENAS EN LUCHA POR LA SOBERANÍA

Pablo Moctezuma Barragán


Lázaro Cárdenas, nació en Jiquilpan, Michoacán el 21 de mayo de 1995. Su papá Damaso hacía rebozos y luego tuvo una tiendita. Su abuelo Francisco era mulato, había combatido la invasión francesa y lo llevaba al campo a sembrar y a cuidar animales.  


Su mamá Felicitas del Río fue una mujer muy esforzada y sabía, Cárdenas vivió cobijado por su familia y su comunidad. Fue un niño de campo. Lázaro tenía un burro al que quiso mucho. Toda su vida amó a los animales, a los árboles. Su familia también tenía sangre del pueblo originario purépecha, su tía Ángela, que mucho lo cuidó, le enseñó a amar a los indios.

De niño fue a la escuela oficial, con un maestro muy estricto de apellido Fajardo, Lázaro estudió hasta el 4º año. Una vez que se fue de “pinta” aconsejado por su amigo Francisco, el maestro fue a buscarlo a su casa y su papá se dio cuenta de la travesura y lo buscó hasta que lo encontró subido en un árbol con su amigo, los bajó a varazos y los persiguió pegándole a los dos, también al que lo sonsacó, quien desesperado volteaba gritando: “Yo no ero su hijo, yo no ero su hijo”…lo que sería recordado toda la vida por ambos amigos. 

A los 13 años dejó la escuela para ayudar a su papá, comenzó a trabajar en la oficina fiscal cobraba impuestos hasta que un triste día lo encerraron en la cárcel todo un día por una falsa acusación. Rápido se comprobó su inocencia. Pero al salir ya no quiso saber nada de la burocracia.

Entonces entró a trabajar a una imprenta, era muy serio y laborioso, le decían “el mudo”, por silencioso, cuando el dueño perdió el brazo en la prensa, puso en venta su negocio. Lázaro formó una cooperativa de 5 y le fueron pagando a plazos al dueño. Imprimían de todo, invitaciones a bodas, bautizos, quince años, volantes comerciales, etc. Pronto sufrió un gran golpe, su papá murió cuando él tenía 16 años y el muchachito queda a cargo de su mamá y sus siete hermanos. 

La situación del pueblo era insufrible, y estalló la Revolución contra Díaz y luego contra el usurpador Huerta. Corría el año de 1913 cuando Lázaro imprimió en su negocio un manifiesto revolucionario por lo que fue perseguido. Su mamá lo mandó a esconderse con un tío, pero el joven Lázaro de 18 años se escapó y se fue a la bola. A los 2 años ya era teniente coronel.

En 1914 ya comandaba un destacamento por Veracruz y Michoacán, por esas fechas, se atrevió a ir a visitar a su mamá y dos policías lo atraparon, ya lo llevaban preso cuando astutamente se les escapó, le dispararon dos balazos, pero no le atinaron. 

El 15 de julio, luego de los triunfos de Villa en Zacatecas y de Zapata en Cuautla y Cuernavaca es derrotado el chacal Victoriano Huerta. En agosto ya estaba Lázaro en la Ciudad de México, primero en Coyoacán y luego en Xochimilco. Conocer la gran ciudad fue para Lázaro una gran experiencia. 

Al año siguiente el joven de 19 años conoce a Plutarco Elías Calles quien lo apoyó mucho, le tomó aprecio y le decía “El Chamaco”. En 1918 se encontraba en Sonora cuando su mamá muy grave le pidió que se despidiera de ella, pero no le daban permiso, hasta que se le comisionó a Michoacán, pudo irla a ver y llegó el 21 de junio a las 11 am cuando su mamá ya agonizaba, sólo lo esperaba a él para morir. Se despidió ella, quien le dio sus últimos consejos y murió a las 4 de la tarde de ese mismo día.

En 1920 se rebelan Obregón y Calles contra el Presidente Venustiano Carranza quien el 20 de mayo se encontraba huyendo en la sierra norte de Puebla, le ordenaron a Cárdenas que alcanzara a Carranza para matarlo. Él se hizo guaje y pretexto que no podía pasar porque había crecido el río. El que lo mató fue Rodolfo Herrero, Cárdenas lo atrapó y lo llevó preso a la Ciudad de México, pero sus jefes lo reincorporaron al ejército. Cuando Lázaro llegó a la presidencia expulsó definitivamente a Herrero de las fuerzas armadas. 

Lázaro es trasladado a Michoacán donde ocupa provisionalmente la gubernatura y rápidamente decreta una Ley de Salario Mínimo. Con ánimo impulsa a Francisco J. Múgica a la gubernatura y él regresa a Sonora. Mujica realiza una Reforma Agraria muy radical que no le gusta al Presidente Obregón y en 1923 manda a Cárdenas a detenerlo y embarcarlo en un tren a México. En el trayecto le manda un telegrama a Lázaro pidiéndole que lo matara, ya en México los periódicos informaban de su muerte. Pero Cárdenas desobedece la orden y deja escapar a Múgica. El no obedecía órdenes injustas, aunque fuesen del mismísimo Presidente de la República.

En venganza Obregón manda a Cárdenas a combatir a Jalisco en diciembre de 1923 durante la rebelión de La Huerta con una columna poco numerosa y débil que fue atacada en Teocuitatlan y donde Cárdenas estuvo a punto de morir. Quedó gravemente herido y prisionero. Pero logró escapar de la situación. Era astuto. 

Cabe mencionar que ese año, Obregón cometió una grave traición con el fin de ser reconocido por el gobierno de Washington. Firmó el Tratado de Bucareli en el que acepta todas las condiciones que le impone EU y se obliga a no aplicar el artículo 27 de la Constitución, a proteger los terratenientes gringos y dejarles el petróleo, además de firmar convenios secretos en los que se comprometía a evitar el desarrollo industrial de México y en particular la fabricación de motores de aviación. Y por si fuera poco se comprometió a asesinar a Pancho Villa, odiado por Washington porque había atacado Columbia, con esta traición se aseguró el apoyo del gobierno de EU. 

En los años 1926 y 1927 el General Lázaro Cárdenas era comandante militar en la Huasteca veracruzana y se enfrentó a la problemática de las corporaciones petroleras que abusaban de las comunidades, saqueaban al país e imponían violentamente sus intereses. Siendo jefe de la Zona Militar, en una ocasión no lo dejaban entrar a una oficina en sus terrenos y esperó horas para poder acceder. Los extranjeros tenían sus feudos aquí en México. Doce años después salían del país dichas empresas extranjeras. 

Cárdenas llegó a la gubernatura de Michoacán en 1928 e hizo una Reforma Agraria muy profunda, en 4 años repartió más tierra que los 10 gobernadores anteriores además apoyó la organización sindical de los trabajadores. Entre las comunidades de los pueblos originarios purépechas era conocido como “Tata Lázaro”.  Impulsó el agrarismo aún contra la opinión del Presidente Calles.  

Ese año Álvaro Obregón, quien se había reelecto, fue asesinado mientras León Toral le hacía una caricatura con una mano y con la otra le descargó la pistola. Este hecho desató la rebelión escobarista, se le combatió y en estas campañas participó el general Lázaro Cárdenas. En Michoacán logró pacificar a los cristeros presentándose personalmente a convencerlos que estaban en desventaja y lo logró pacíficamente desmovilizarlos. 

Amalia Solorzano conoció a quién iba a ser su esposo cuando Lázaro era candidato a gobernador y en esa época se hicieron novios. Conoció a la jovencita en la huerta “Los Pinos”. El papá no aceptaba que su hija de 17 años se hiciera novia del General de 33. Se tuvieron que esperar. Cuando terminó su gobierno se casaron en 1932 aunque el papá de Amalia no aceptó que se casaran solamente por el civil. El resto de la familia Solorzano lo quiso mucho, el suegro también después de un tiempo. 

De 1928 a 1930 el general fue gobernador del estado mexicano de Michoacán. Luego fungió como secretario de Gobernación en el gabinete del Presidente Pascual Ortiz Rubio y posteriormente como dirigente del Partido Nacional Revolucionario.

Después el general fue nombrado secretario de Guerra, se acercaba la elección de 1934, muchos lo empezaron a candidatear para la presidencia, era muy popular, pero él no se movía. El “Jefe Máximo” Plutarco Elías Calles que era el verdadero poder tras el trono quería imponer a Manuel Pérez Treviño, pero a nivel nacional se movieron muchos los agraristas para proponer sus propios candidatos, Adalberto Tejada que era muy radical, Saturnino Cedillo que tenía mala fama y también a Lázaro Cárdenas. 

Ante este movimiento de los agraristas Calles calló, observó y al final no se le hizo mala propuesta la de Lázaro, que para él era “su chamaco”, según él inexperto, radical, pero a quien él podía controlar y dirigir. Dio su brazo a torcer deshecho a Pérez Treviño y apoyó a Cárdenas para la presidencia. 

La campaña de Cárdenas fue inusual, porque se dedicó a recorrer todo el país pecho a tierra, palmo a palmo, con penetrándose con los problemas de los pueblos originarios, de campesinos, trabajadores, pequeños productores. Era incansable y realizó una labor formidable y profunda. Nadie antes de él lo había hecho y ganó la elección de calle. 

El nuevo Presidente Cárdenas se presentó a su toma de posesión en traje de calle y no vestido de frac y corbata de moño como sus antecesores, canceló la acostumbrada cena de gala. Prohibió licores en su mesa y en lugar de vivir en el Castillo de Chapultepec se fue a vivir al Rancho “La Hormiga” a la que él bautizó como Los Pinos en recuerdo del lugar donde conoció a su querida Amalia. En una modesta casita se acomodó ahí. 

Comenzó su gobierno sujeto a Calles, los principales miembros de su gabinete eran callistas, hasta el hijo Carlos Calles era Secretario de Comunicaciones y Transportes y se pensaba que iba a ser otro dócil y obediente subordinado al “Jefe Máximo”. Entonces Cárdenas comenzó a apoyar los movimientos de huelga y las demandas campesinas y Calles lo criticó en junio de 1935 en El Universal, Excélsior y toda la prensa reaccionaria. Le jaló las orejas y lo llamó a terminar la “agitación”. 

Lázaro actuó con suma prudencia. Preparó el terreno, movió a todos los jefes de zona militar y una vez preparado a los 15 meses del inicio de su presidencia mandó al exilio a Calles, quien había sido su padre político, lo puso en un avión y lo mandó al extranjero. Hizo a un lado a todos los callistas. 

Cuando Cárdenas llega a la presidencia, los principales objetivos de la Revolución Mexicana no se habían cumplido. No se habían concretado. Por otro lado, México sufría los estragos de la crisis mundial que había comenzado en 1928. Había una gran crisis política y social. Las empresas petroleras, las grandes haciendas, eran dueños y señoras y el pueblo no había visto los frutos de sus luchas.

Su programa social fue impresionante, repartió 18 millones de hectáreas a los campesinos y destruyó el sistema de haciendas, impulsó el ejido colectivo como forma de propiedad. Fueron proverbiales las expropiaciones de tierra en La Laguna y en Yucatán. Rompió así con el sistema de Haciendas que se impuso en la colonia tras la invasión española y se consolidó en la dictadura de Porfirio Díaz. La justicia llegó por fin. 

En 1936 apoyo a la República Española y combatió a los fascistas Franco, Hitler y Mussolini, cuando comenzaron las invasiones de Italia contra Etiopía y Albania, de Alemania contra Polonia, Checoslovaquia, etc., el primer país que denunciaba valientemente la agresión era México, mientras las potencias EU, Gran Bretaña, Francia callaban cobardemente, México era un faro de luz que alumbraba al mundo.  

Luego aceptó en México a los refugiados de la Guerra Civil española. Cárdenas acogió a unos cuarenta mil exiliados republicanos y asiló a 456 menores, huérfanos de la guerra civil e hijos de combatientes que recibieron alojamiento, sustento y educación en la ciudad de Morelia. Se les conoce como “los Niños de Morelia”. 

En 1938 hizo algo impensable, pues apoyó a los trabajadores petroleros que habían estallado la huelga el 28 de mayo de 1937 y cómo las empresas no aceptaron la decisión de los tribunales, expropió y nacionalizó el petróleo mexicano.  

Las corporaciones no habían invertido en las instalaciones desde hacía 20 años, eran pura chatarra, además se llevaron a todos los técnicos extranjeros y a los mexicanos también. Solo quedaban los obreros y las maltrechas instalaciones.  

Los extranjeros juraban que Cárdenas en dos meses iba a pedirles, de rodillas, que regresaran. Pero Lázaro confió en los obreros y levantaron PEMEX la industria más grande de Latinoamérica. Además, logró producir gasolina, sin contar con la fórmula, los ingenieros mexicanos lograron la hazaña. 

Con Cárdenas hubo libertad de huelga y se crearon grandes sindicatos nacionales de industria, logrando la unificación del movimiento obrero en una central, la CTM, así como la de los campesinos. En esta labor se apoyó en los agraristas, los comunistas y sectores progresistas. Desgraciadamente en 1937 se apoderaron de la CTM, Fidel Velázquez y los que se convertirían en “líderes charros” entre los trabajadores. 

En el plano educativo, creó el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Colegio de México (ColMex). Para rescatar nuestras raíces creó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), impulsó la apertura de escuelas públicas, volvió mixta la enseñanza normal y democratizó el sistema universitario y apoyó las Escuelas Normales Rurales. 

Mantuvo la suspensión de pagos de la deuda externa y no recibió ningún crédito del extranjero, subió los salarios, bajó las tarifas eléctricas, desarrollo la agroindustria, creo el Banco de Crédito Ejidal, fomentó la irrigación, amplió la red de carreteras. Desarrolló la industria y el país asistió al principio de sustitución de importaciones a la vez que, al uso intensivo de la capacidad instalada, para no depender del exterior. Impulsó el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Gracias a las reformas cardenistas, México comenzó a crecer desde esa época, hasta la imposición del neoliberalismo, a una tasa de más del 6 por ciento anual. 

En 1938 comenzó a desarrollarse la reacción, primero enfrentó una intentona golpista encabezada por el general Saturnino Cedillo, apoyado por las compañías petroleras extranjeras, y los grandes terratenientes. El gobierno trató de dialogar por medio de su jefe del Estado Mayor Presidencial, el coronel Ignacio M. Beteta. Finalmente, Cedillo resultó muerto en combate.  

Luego con el fin de oponerse a sus políticas se organizó el Partido Acción Nacional (al modo de los partidos fascistas de la época y con el mismo nombre de un partido ultraderechista español), encabezado por Manuel Gómez Morin, abogado de petroleras extranjeras e industrias trasnacionales y del Grupo Monterrey, donde participaron banqueros, empresarios e intelectuales conservadores. 

Al terminar su mandato y cuando había el peligro inminente de que EU invadiera México con el pretexto de la Segunda Guerra Mundial para establecer bases militares en nuestro territorio aceptó estar al mando de la región militar del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial, y fue también secretario de la Defensa Nacional del Presidente Manuel Ávila Camacho hasta el fin del conflicto.

Durante 1941 en la Segunda Guerra Mundial, EU tenía tropas para invadir Baja California e implantar bases militares extranjeras en nuestro territorio y Lázaro Cárdenas se movió para impedirlo. Con tal fin movilizó no solo al ejército, sino a la población, hasta mujeres y niños para hacer un muro humano que detuviese la inminente incursión militar gringa. 

Terminada su presidencia siguió trabajando incansablemente y luchando toda su vida. Para desarrollar la industria nacional impulsó el proyecto de la Siderúrgica Las Truchas para lograr la autosuficiencia industrial de México. Encabezó la Comisión del Río Balsas para el desarrollo integral de la Cuenca y la Comisión de Temascaltepec y se dedicó a apoyar a las comunidades, construyendo escuelas, caminos, reforestando, introduciendo la ganadería. 

Apoyó el Movimiento de los trabajadores ferrocarrileros de 1958-59 y defendió a los presos políticos. Formó el Movimiento de Liberación Nacional en 1961 y apoyó la Revolución Cubana y el Movimiento Estudiantil Popular de 1968. Hasta pocos días antes de morir de un cáncer no dejó de recorrer la Mixteca Alta en Oaxaca y la zona tlapaneca de Guerrero, todas las comunidades de Michoacán.  

Casi no dormía, era madrugador e incansable y cuando lo hacía se acomodaba a dormir hasta en su coche o en el suelo. Ya enfermo no paró. Su amor a la gente fue infinito, escuchaba y resolvía durante horas los problemas de las comunidades. Era respetuoso y afable. Se ganó el profundo cariño del pueblo de México.  

El 19 de octubre de 1970 murió Lázaro Cárdenas. Trabajó por su pueblo hasta las últimas semanas. Hoy su ejemplo brilla más que nunca y sus enseñanzas nos impulsan a construir un país soberano e independiente. Él fue quien logró consolidar la tercera transformación de nuestro México. 


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