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La deuda es una soga puesta en el cuello de los pueblos.

Promotora Nacional por la Suspensión del Pago de la Deuda Pública

Pablo Moctezuma Barragán.

A los pueblos se les empobrece. Luego se les endeuda. Una vez endeudados les imponen una política que es contraria a las naciones y a los pueblos y favorable a los bancos, a las corporaciones y a las potencias mundiales.

La deuda de México creció de 1,600 a 3,600 con Diaz Ordaz, de 3,600 a 19,000 con Echeverría quien nos sometió al FMI y de 19,000 a 85,000 con López Portillo. Entonces, Salinas y De la Madrid nos metieron de lleno al neoliberalismo. Luego la deuda creció hasta llegar a 600,000 millones de dólares.


Hemos pagado desde entonces alrededor de 1.2 billones de dólares y mientras más nos endeudan más pagamos y mientras más pagamos más nos endeudamos. Con el endeudamiento el FMI y el Banco Mundial nos impusieron: bajos salarios, IVA, privatizaciones, libre comercio para destruir la economía nacional, subordinación económica y política, militarización y violencia. Además, desmantelaron el sistema de salud y la producción nacional de vacunas para privatizarlos.

En 2019 se pagaron 753 mil millones de pesos por la deuda. Con ese dinero se podría sacar adelante la economía nacional con un plan nacional de desarrollo para un proyecto de nación soberano. Mientras más pagamos más debemos. Hay que cortar por lo sano.

En tiempos de pandemia hay que suspender el pago de la deuda y dedicar todo el dinero a la salud y a la reconstrucción nacional. Si tienes a tus familiares enfermos, vas a dejarlos morir para pagar a tu acreedor o vas a optar por tu familia. Si México vive su peor crisis en 100 años vamos a invertir en salud y en salir de la crisis o engordar más a las corporaciones financieras extranjeras. La respuesta es clara: A suspender pagos de la deuda, hacerle una auditoría y renegociarla.

Todos los gobiernos progresistas de la historia de México han suspendido pagos de la deuda en una crisis. Morelos dijo que no había que reconocer la deuda española. Vicente Guerrero, Valentín Gómez Farías, Benito Juárez, los gobiernos postrevolucionarios hasta Lázaro Cárdenas suspendieron pagos de la deuda. Cuando se han reanudado pagos luego de una suspensión, ha sido ventajoso para México, en la República Restaurada a Juárez le cobraban 380 millones, negoció y quedó en 84 millones. Luego de la suspensión de pagos de la década de los cuarenta, tras la presidencia de Cárdenas, se debían 400 millones de capital e intereses y se negoció en 40. Como dice el dicho: “De lo perdido…lo que aparezca”. Cuando un gobierno se pone firme, el acreedor se flexibiliza.

ANTE LA CRISIS ACTUAL HAY QUE SUSPENDER EL PAGO DE LA DEUDA Y DEDICAR TODOS LOS RECURSOS A LA RECONSTRUCCIÓN.

Nunca en cien años habíamos tenido una crisis como la actual, estamos en una emergencia que requiere medidas de emergencia, además de suspender pagos de la deuda, podemos y debemos impulsar una reforma fiscal progresiva que haga pagar más a las corporaciones que acumulan más, un impuesto a las transacciones financieras y un impuesto a las grandes fortunas. Con estas medidas se podría contar con un billón y medio de pesos para enfrentar la crisis de 2021 y dar impulso a la recuperación y transformación del país.

En este tiempo de pandemia y crisis es importante que al centro estén la Salud y el Bienestar de la población, también hay que invertir en necesidades básicas como lo es el abasto de agua y una economía solidaria y soberana. Tenemos que tomar todas las medidas, y aumentar la capacidad económica para: Garantizar derechos a la mujer, los trabajadores, los pueblos originarios, los alimentos para todos. La educación, cultura, identidad, memoria histórica que nos dan fuerza y fe en el futuro. Para salir adelante necesitamos un Estado Soberano que impulse la soberanía alimentaria y financiera, lo que requiere la renovación democrática y una nueva constitución. En estos tiempos es básica la solidaridad internacional y el respeto a la soberanía de todos los pueblos.

Son momentos de adoptar medidas a fondo, de resolver problemas de raíz, a grandes males grandes soluciones, en el centro está la contradicción entre los intereses de las corporaciones y su estatus de privilegio y los intereses del pueblo y sus derechos irrenunciables.

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