Oscar Alzaga* SomosMass99, viernes 15 de julio de 2022
Dos cualidades importantes de las luchas mineras han sido, y son, la perseverante resistencia de los obreros y partir de metas justas y precisas; en realidad se trata de un solo objetivo: pese al tiempo, llevar la justa lucha hasta el triunfo [1].
Los 1200 obreros de la trasnacional Teksid buscaron desde el inicio del conflicto -el 24 de abril de 2014- la solución inmediata y digna, pero ya en el sexto sexenio neoliberal la soberbia empresarial llegaba al tope, contando con el descarado y corrupto apoyo de los presidentes del país y sus degradadas autoridades.
La lucha inició con un paro de labores de toda la planta, según la empresa, cuando en realidad fue una protesta legal de los obreros porque la CTM y la empresa se negaron a dar a los obreros la información oficial de las utilidades anuales; el líder solo mostró una cartulina escrita a mano: “4 mil pesos”. La empresa mentía, pues, a la vista de los obreros, aumentó de modo considerable la producción anual del número de cabezas de motor de camiones de carga, para exportar.
La inmediata reacción de la empresa fue la violencia. Al citar a los obreros en la Junta Local de Monclova, que estaba cerrada, dejó en la calle a los líderes de la lucha y a un dirigente minero que los apoyó, ahí fueron golpeados sin que interviniera ninguna autoridad laboral o policiaca. En apoyó de la CTM de Tereso Medina y de la CTM local, de Galindo, salieron los golpeadores “aliancistas”, de Alonso Ancira, dueño de AHMSA.
Ante la firme protesta, al exigir las reales utilidades y seguir sin trabajar, la empresa reunió en sus oficinas a las autoridades laborales locales y a los líderes obreros surgidos en la lucha. Propuso una reunión conciliatoria, diciendo que Hacienda aún no entregaba el resultado oficial de utilidades, pero no lo aceptaron los obreros. Finalmente, un día después, se levantó un acta asentando que se daría respuesta oficial de las utilidades y no se tomarían represalias ni harían descuentos contra ningún obrero en lucha.
La semana siguiente pararon labores en Monclova más de 2000 mil obreros de Gunderson por la misma causa (las utilidades) y, a la semana posterior, una tercera protesta: paran labores 450 obreros de Pytco. En abril y mayo de 2014 se generalizan las protestas obreras, como fue en 2013 y 2015; se habían generalizado los robos a las utilidades, por empresas nacionales y extranjeras. Para los neoliberales se volvió cotidiano violar la Constitución.
Los obreros de Teksid, Gunderson y Pytco pidieron el apoyo del Sindicato Minero, por lo que este interpuso las tres demandas de titularidad de los contratos colectivos de trabajo (CCT), contra cada empresa y la CTM. La sorpresa fue que los 3 CCT estaban radicados en la Junta Local de Monclova, no en la Junta Federal como lo obliga la Constitución y la Ley Laboral: había un claro pacto de corrupción entre el empresario, la CTM y los gobiernos federal y estatal para incumplir la Ley y dejar en la oscuridad el “acuerdo”, en contra de los obreros y sus derechos.
Inmediatamente actuaron, coordinados por Ancira, “amo y señor de horca y cuchillo” de Coahuila, para impedir que el sindicalismo libre y democrático entrara a la entidad; tal política era acompañada de despidos arbitrarios, amenazas, represión y corrupción de los nuevos líderes obreros, etc.
La autoridad de la Junta Local en la primera audiencia permitió que 200 golpeadores uniformados de la CTM entraran al tribunal para impedir el curso de los 3 juicios, pero una denuncia a tiempo ante la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), evitó la agresión a los abogados del Sindicato Minero. Con amparos y después de 2 años se logró radicar el asunto de Teksid en la Junta Federal, no así los otros dos casos que por represión y corrupción suspendieron la lucha. Aun así, la Junta Federal dilató otros 2 años más en fijar la fecha del recuento de la votación, hasta el 28 de junio de 2018, en que ganó el Sindicato Minero, pese a la costosa corrupción que pagó la empresa en la compra de votos y autoridades.
Esa acción de dilatar el juicio por la Junta, controlada por la STPS, es la peor forma de negar el acceso a la justicia a los obreros: los empobrece, agota y desanima, ya que la autoridad sabe que los obreros que luchan son despedidos, sin salarios para resistir. Por cuenta de la presidenta actual de la Junta Federal (puesta por Arturo Alcalde) se dilató el juicio otros 4 años más, gracias a maniobras burocráticas, aun con la resolución de la Suprema Corte, en 2021, a favor del Sindicato Minero.
Se tuvo que recurrir al Tratado Internacional T-MEC, con el recurso de “respuesta rápida” y a la solidaridad sindical internacional, para obligar a la empresa a cumplir con la libertad sindical, con la sanción del cierre de frontera a su comercio con EU, para cumplir el derecho universal: no intervenir en los sindicatos.
Así, el 30 de junio de 2022 se retiró todo vestigio de la CTM, y en 8 reuniones en el proceso de producción se informó que el único titular del CCT era el Sindicato Minero y su sección 327; después, a la salida o entrada de los turnos, se realizaron 8 asambleas con la mayoría de las y los obreros de Teksid. Se logró la reinstalación de 37 dirigentes sindicales, incluido el comité ejecutivo seccional, y el pago del 100% de sus salarios caídos de tres años y otros logros más.
Ello, debido a que durante largos 8 años las y los obreros de Teksid estuvieron activos en su lucha, con un campamento a la entrada de la empresa los despedidos botearon y volantearon, hicieron reuniones de organización, asambleas unitarias, siempre al tanto de los juicios, en contacto con el comité nacional, recibiendo solidaridad del Sindicato Minero y la dirección del mismo, Napoleón Gómez Urrutia, que nunca cesó, desde el exilio de más 12 años, de dirigir el Sindicato.
Las luchas de Gunderson y Pytco no resistieron las agresiones de empresarios y autoridades, despidos, chantajes, engaños, etc. Nunca Morena, el PRD o la izquierda se acercaron y solidarizaron con ellos.
La CTM actual -igual que el PRI-, nada tienen que ver con la CTM y el PRI de antes, sus actuales líderes han perdido todo, y la caída de ambas organizaciones se deben exclusivamente a sus líderes, que traicionaron sus principios, la Revolución, la Constitución, el cardenismo, etc., para entregarse al neoliberalismo disfrazado de lo “nuevo”, de “libre mercado”, “competitividad”, etc. Antes, ellos combatían a los sindicatos patronales de Monterrey, ahora siguen ese modelo, pero detrás del PAN; antes, ellos defendían los intereses y derechos nacionales, todavía el PRI hasta 2013 en sus Estatutos prohibía la privatización de PEMEX y CFE, ahora ellos volvieron un negocio vil todo el patrimonio nacional.
En los sótanos de la CTM
Pocos lectores saben de las prácticas diarias que degradaron a la dirección de la CTM y a sus líderes. No a la base de la CTM, que eran sus víctimas. Por iniciativa y guía de los empresarios (complicidad de autoridades y gobiernos), los líderes de la CTM daban la cara (por el patrón) ante las y los obreros, aplicando las órdenes de los empresarios nacionales y extranjeros.
Son necesarios su conocimiento y el derecho a la verdad para evitar la repetición o retorno de tales actos ilegales y humillantes (algunos inverosímiles), ya que el olvido y perdón solo conducen a la impunidad y su repetición.
La CTM duró más de 22 años sin realizar una asamblea sindical, en la oficina no se informaba de nada, salvo aspectos parciales.
En 22 años la CTM negó la entrega de un CCT a cada miembro, ocultando así sus derechos a las y los obreros.
En más de 22 años la CTM se negó a elegir a sus lideres locales, se decidía a espaldas de la base.
Durante más de 22 años se revisaban la contratación colectiva y la salarial bianual y anual, respectivamente, con intervención de la CTM, a espaldas de las y los obreros, solo informaba de algunos aspectos; llegando incluso a no negociar nada en uno a más años.
De igual forma lo hacía la CTM respecto a las utilidades o al registro de los accidentes del trabajo, cuándo y cómo quería. Bajo la guía del patrón.
Los ingeniosos despachos patronales hicieron su parte: ofrecían a sus clientes variadas formas de no pagar el IMSS, el SAT, Infonavit, reformas laborales como la de 2012, con outsourcing, rebaja a los salarios caídos por despidos injustificados, etc. Presumían “portafolios profesionales” de ofertas de cómo hacer trampas a la Ley, a la vez que eran los “operadores” de los actos de corrupción entre patrones y autoridad y líderes de la CTM.
Estas son, entre otras, las prácticas cotidianas del peor sindicalismo de la Historia.
Nota:
[1] Esas cualidades del Sindicato Minero están presentes en las 3 huelgas de Cananea, Taxco y Sombrerete que llegan el 30 de julio a 15 años, en el exilio de más de 12 años de Gómez Urrutia y en tantos otros ejemplos más.
*Abogado del Sindicato Minero y la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT), miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL), y la Asociación Internacional de Juristas Democráticos (AIJD).