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Perú. Perú o las ‘nuevas’ lecciones de golpismo estadounidense

Carlos Santa María www.revistarambla.com

21 de junio de 2021 12:18

Definitivamente la incapacidad de asumir las pérdidas electorales para las o los candidatos neoliberales parece ser uno de los puntos más expuestos.

Definitivamente la incapacidad de asumir las pérdidas electorales para las o los candidatos neoliberales parece ser uno de los puntos más expuestos ya que a cada derrota se oponen basados en el Poder, los llamados al golpismo, las denuncias de fraudes sin pruebas, exhortando a detener el “comunismo” en el mundo…pese a que nunca ha existido.


Perú es el más reciente caso donde Pedro Castillo logra vencer a toda una estructura electoral fundada en el odio, las clases sociales, una fuerza inmensa de los Medios Masivos de Desinformación y, sobre todo, utilizando la herramienta del criminal nazi Goebbels: miente, miente, que siempre hay algún resultado pernicioso.

Sin adelantarse a los hechos, el maestro rural Pedro Castillo es el nuevo mandatario de la nación americana ya que la ONPE (Oficina Nacional de Procesos electorales), lo ha dado como ganador indiscutido por 44.058 votos con el 100% de actas escrutadas…a no ser que realmente haya un engaño colosal y arrebate ese triunfo de manera perversa, corrupta. La Asociación Civil Transparencia, todas las misiones internacionales de observación electoral, la Defensoría del Pueblo y la misma ONPE, corroboraron la inexistencia de fraude.

La trampa puede ocurrir con los jurados electorales especiales (JEE) que deberán analizar las impugnaciones interpuestas por Fujimori Higuchi básicamente. En conferencia exclusiva para la prensa extranjera en Perú, Castillo Terrones exhortó a la comunidad internacional a estar alerta ante un intento de manipular el resultado de la elección tras la presentación de 942 solicitudes de nulidad de actas electorales provenientes de las zonas rurales más pobres del país, lo que no sólo es inconstitucional manifestó, sino que pretende torcer la voluntad del pueblo.

Este hombre humilde soportó una inmensa campaña de desprestigio, sin evidencia alguna, tildandolo de guerrillero, promotor de Sendero Luminoso, comunista, castro chavista, polarizador, usando el odio, la ignorancia y el terror. Las élites aportaron millones de dólares para Fujimori, con compra de votos incluido, contra una votación del campo y mayorías indígenas, con una juventud despierta que propugnaba el cambio y la derrota de la corrupción.

Papel especial jugaron los Medios Masivos de Desinformación, todos en propiedad de las seis familias más ricas del país, para atemorizar, engañar y desorientar a la gente que deseaba una transformación de un estado corrupto. Lo delicado es que un sector de la gente más pobre de la capital y la clase política tradicional privilegiada se unió para impedir un proyecto de esperanza en la sociedad.

La OEA o Ministerio de las Colonias del Pentágono está trabajando ya para revertir los resultados y lo más peligroso ha sido el llamado de ex militares de alto grado a no reconocer al mandatario electo lo que se convierte en sedición, de modo muy similar a Bolivia donde una vez elegido Luis Arce se intentó organizar un golpe recurriendo al ‘aliado’ estadounidense. No sin razón, audios y documentos ya comprobados y filtrados revelan que el régimen de Áñez se preparó para dar un segundo golpe de Estado, donde el exministro de Defensa de Bolivia, Luis Fernando López, junto con Sergio Orellana quien fungía como comandante de las Fuerzas Armadas (los que huyeron de Bolivia posteriormente), planificaron con el apoyo de mercenarios de EE.UU. impedir la asunción de Arce para anular los resultados de las elecciones de octubre de 2020 en el país sudamericano, según información de la reconocida revista The Intercept.

La idea era contratar a un mercenario estadounidense, Joe Pereira, ex administrador civil del Ejército de Estados Unidos que tenía su base en Bolivia en el gobierno transitorio, para enviar cientos de mercenarios al país desde una base militar de EE.UU. en las afueras de Miami, muy similar al evento desestabilizador que organizó Guaidó con la CIA y el apoyo del gobierno colombiano, derrotado fehacientemente. La idea era formar una Junta militar tipo Pinochet e impedir la posesión soportados en la falsa noticia que el partido Movimiento al Socialismo (MAS), reemplazaría las Fuerzas Armadas y Policía de Bolivia por milicias, cubanos y venezolanos.

‘Extrañamente’ la gran mayoría de candidato(a)s y golpistas neoliberales están vinculados a la corrupción como es el caso de Keiko Fujimori en situación de permiso especial, pese a que ya estuvo recluida en la cárcel y cuyas presas desmintieron que hubiera hecho una buena amistad pues hubo trato especialísimo y nunca alternó con ellas, o la presidenta de facto Añez junto a su cúpula, vinculados a la represión y robos del erario nacional.

Lo preocupante es que el próximo año habrá elecciones en Colombia, por ejemplo, donde las familias más ricas del país, al igual que en Bolivia o Perú, saben que pueden perder las décadas de privilegios a costa de sumir a la población en la miseria y recurrir a todas las trampas electorales desde ocultar la verdad, desviar la atención, falsear la realidad, destruir al adversario, entre otros mecanismos llenos de odio y aversión, los que serán empleados.

Cabe la advertencia a los grupos deshonestos, neoliberales, golpistas, que los pueblos ya no tienen miedo y los estallidos sociales han permitido adquirir conciencia de que la transformación social viene y se consolidará. No obstante, hay que prevenir desde ahora los manejos en la Registraduría que maneja el software o programa de votación con datos totales, conocer de vigilancia frente a las mañas tramposas, concientizar de que los sectores trabajadores deben votar ya por sus propios aspirantes, en últimas, preparar la estrategia de justeza y derechos humanos para encarar a estas familias que han usufructuado y vendido a nuestras naciones. El cambio se avecina y la esperanza ya no demora.

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