Leona Guerrero
Las crisis son fenómenos complicados y una gran variedad de fuerzas económicas les da forma en mayor o menor medida.
Mientras que, en los sistemas económicos anteriores, que era la escasez insólita, encontramos, en el capitalismo una forma peculiar de la crisis, la crisis de sobreproducción.
Sin embargo, debemos tener cuidado ya que la sobreproducción es el resultado de la crisis.
Marx, critica a la ley de Say, que dicta que en el sistema capitalista no hay posibilidad de una crisis generalizada de sobreproducción porque toda oferta crea su propia demanda. La objeción es la siguiente: si yo vendo mercancía a cambio de dinero nada me obliga a gastarlo, y si todos los individuos deciden o no pueden gastar se crea la posibilidad de una crisis de sobreproducción.
También escribe que una de las causas fundamentales a las crisis es la eliminación de trabajo, las crisis y depresiones toman su lugar como mecanismo capitalista específico para restablecer el ejército de reserva cada vez que se ha reducido a proporciones peligrosamente pequeñas.
La interrupción en el proceso de la circulación, que está condicionado por la separación de la compra y la venta de las mercancías, pero, este puede extenderse desde su punto de origen hasta afectar a toda la economía. Las causas de las crisis las podemos encontrar en por que el productor interrumpió el proceso de cambio de sus propios productos por los productos de otros. La velocidad con la que circula el medio de pago gesta la posibilidad de una crisis dineraria si los individuos no cumplen/pueden con sus deudas se paralizan los intercambios.
El atesoramiento también puede ser una causa de crisis, pero tiene lugar usualmente de modo gradual y en un largo periodo de tiempo. Pero es difícil advertir cómo podría el atesoramiento provocar esa crisis de carácter violento y súbito a que estamos acostumbrados en el mundo moderno.
Conclusión, la posibilidad latente de crisis es que los capitalistas vean una reducción en la tasa de ganancia entonces ellos dejarían de invertir.
Para que se puedan consumar los derechos laborales, de salud, alimentarios, educación, en México y en el mundo es necesario cambiar el sistema económico podrido que sirve a los grandes capitales.