¡Alto a la violencia machista contra las mujeres!
Hace apenas 25 años, en 1999, la ONU declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Que este flagelo se haya reconocido como un problema mundial de gran magnitud implicó un largo camino de las mujeres en la lucha contra la opresión y la desigualdad. Y aunque mucho camino se ha recorrido, también falta mucho por recorrer. Las desigualdades y los varios tipos de violencia contra las mujeres siguen estando presentes en todo el planeta, si bien, con diferencias significativas en las diferentes regiones. Y es que la economía capitalista y neoliberal, que domina el planeta, no sólo se sustenta en la explotación del hombre por el hombre, sino en la opresión de las mujeres por los hombres, con todo este trabajo de reproducción y cuidados no pagado impuesto a las mujeres, que nutre de abundante mano de obra al capital y le ahorra el pago de muchos servicios que no tiene que costear. Por ello, la discriminación, desigualdad y violencia contra las mujeres, desde que somos niñas, va de la mano del Capitalismo, porque es condición de su existencia. Y por ello, la lucha de las mujeres es doble: contra la opresión de género y la opresión del sistema capitalista.
La crisis mundial generada por el COVID-19 y la pospandemia, mostraron con mayor intensidad que la desigualdad para las mujeres persiste, y mostró, una vez más, que lamentablemente en cada crisis del capital, ambiental, económica, de salud, alimentaria… las mujeres somos quienes llevamos la peor parte. Por ejemplo, en 2022 había 388 millones de mujeres y niñas en extrema pobreza en el mundo y 372 millones de hombres y niños; y con el cambio climático, 158.3 millones de mujeres y niñas, 16 millones más en comparación con hombres y niños, están en riesgo de ser empujadas a la pobreza.Algunas de las muchas desigualdades que persisten contra las mujeres en el planeta se ven así:
- Las mujeres sólo tenemos tres cuartas partes de los derechos legales concedidos a los hombres; en América Latina es menor a 3 cuartas partes.
- En 153 países tienen leyes que discriminan económicamente a las mujeres.
- El salario de las mujeres es 24% inferior al de los hombres.
- Casi dos terceras partes de los 781 millones de personas adultas analfabetas son mujeres.
- El 71% de todas las víctimas de trata son mujeres y niñas.
En el caso de México, al panorama de éstas y otras inequidades, se suman los alarmantes números de feminicidios (la máxima expresión de violencia contra las mujeres). México no sólo es uno de los países más violentos del mundo (lugar 14), gracias a los flagelos de los carteles y el crimen organizado; también es altamente feminicida (2° lugar en Latinoamérica). Para las mujeres, al problema de la violencia generalizada en el espacio público, de la inseguridad en la calle, se suma la violencia en el espacio privado, en el hogar, la que genera la mayoría de los feminicidios.
Esta violencia y la amenaza de ella son vitales para mantener el sistema capitalista. Aún cuando es más antigüa que el capitalismo, ha persistido como una parte fundamental de su existencia. Mantiene dividido al pueblo trabajador frente a los que mandan en la sociedad; sostiene la ideología de que lo que se requiere para mejorar las cosas es que se controle la sexualidad, las opciones, la libertad de una parte de la mayoría de la población por parte de la otra, y que sin ese control las cosas se empeorarán. Es un pilar de la continuada existencia de una sociedad desigual, opresiva y cruel.
La arraigada cultura machista y patriarcal, se sigue reclamando dueña de nuestros cuerpos y nuestras vidas. Casos atroces, como el de la menor Esmeralda, indígena de Querétaro, violada y embarazada por un primo, quien además vivió el horror de enfrentar pena de cárcel e indemnización a su agresor por abortar el producto, por las acusaciones del fiscal de Querétaro; o el de Alejandra Rivas, jalisciense asesinada con su hija de 1 año, por el padre de la bebé, al viajar a Colima, a reunirse con éste; muestran lo mucho que falta para que los varios logros a favor de la igualdad de las mujeres en la Legislación, se vuelvan realidades que permitan a las mujeres mexicanas vivir libres de violencia.
Por ello, las colectivas debemos seguir luchando por mejores condiciones que eliminen la violencia y favorezcan la igualdad de las mujeres, pero especialmente para que las leyes existentes que ya nos favorezcan, se apliquen. Y esto pasa por construir un movimiento fuerte con la participación de cientos de miles, de millones de mujeres que tome en sus manos su propio destino, construya la sororidad, no solo en las leyes e instituciones, sino en la vida cotidiana, en sus barrios, centros de trabajo, escuelas, y hogares. Hasta ahora, hay una respuesta importante del movimiento de mujeres para rechazar esta violencia. Innumerables colectivos pelean en torno a casos concretos de mujeres violentadas y para evidenciar por medios artísticos, artesanales, políticos, y hasta religiosos la violencia que se sufre; grupos de mujeres buscadoras constantemente se empeñan en encontrar a sus seres queridos; distintas agrupaciones presentan iniciativas para contrarrestar la violencia general y la que se ejerce en razón de género, y se levantan cada vez más voces de protesta contra todas sus manifestaciones.
La llegada de una mujer, Claudia Sheinbaum, a la presidencia, con varias mujeres en su equipo, no necesariamente significa “llegamos todas”, aunque podría ser un factor de progreso en la agenda feminista. Pero definitivamente serán las mujeres organizadas en sus colectivas: estudiantes, obreras, empleadas, trabajadoras domésticas, sexoservidoras, indígenas, campesinas, racializadas, madres buscadoras...quienes pueden lograr que se haga realidad en México el, “Es tiempo de mujeres”.
Sin embargo, el verdadero tiempo de mujeres será cuando hayamos logrado una sociedad libre de explotación, una sociedad en la cual el objetivo no sea la ganancia, sino el bienestar de las personas de todos los géneros, es decir, una sociedad socialista. ¡Hagámosla realidad!
¡Juntas y organizadas contra la violencia¡
¡Cero impunidad para los feminicidas!
¡El capitalismo oprime, el feminismo libera!
¡Contra la guerra, Palestina libre!
Movimiento Socialista del Poder Popular (MSP)
#25noviembrediainternacionalcontralaviolenciadegenero
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