TML Monthly Núm 1. Enero de 2023
Hoy en día, uno de los mayores frentes en los que el Estado y sus agencias crean la mayor desinformación es sobre el tema de la democracia misma. Tanto en la izquierda oficial como en la derecha del espectro es común escuchar hablar de democracia relacionándola con cuán cerca o cuán lejos está del autoritarismo, la autocracia, el totalitarismo o el fascismo y cosas así. No están dando argumentos sobre si las concepciones, reglas, definiciones, constituciones, instituciones que dicen defender son adecuadas para el pueblo.
Los representantes de la clase dominante no reconocen que es el pueblo el que es la fuerza para el cambio. Esto se descarta en los argumentos ofrecidos sobre la democracia. También lo son sus intereses. Para ellos, los amplios movimientos de masas por la igualdad y los derechos, contra los gobiernos y prácticas racistas, contra los asesinatos policiales o los asesinatos de personas en hogares de ancianos o centros de atención médica como resultado de la falta forzada de personal, etc., no se consideran parte de un surgimiento de una democracia popular. También lo son los movimientos rechazados de naciones enteras que luchan por su derecho a ser.
La pregunta en la mente de millones de personas en todo el mundo cuando se trata de democracia es ¿Quién decide? con respecto a todos los asuntos de interés relacionados con la paz, la guerra, la economía, la política, la cultura. Cualquier intento de hacer esa pregunta, responder a esa pregunta o discutir asuntos de interés está bloqueado.
Las definiciones modernas de democracia reconocen la necesidad de poner los intereses individuales y colectivos a la par y tanto en relación con los intereses generales de la sociedad como de la humanidad, de tal manera que estos muchos intereses estén armonizados, se resuelvan de una manera que beneficie a todos y cada uno. Es este trabajo constante y continuo para las definiciones modernas, que incluye discutir las necesidades de la democracia hoy, lo que contribuye al avance de la batalla de la democracia.
Las numerosas batallas que los pueblos libran por el control de las decisiones que afectan a sus vidas, por su derecho a reivindicar a la sociedad poniendo sus derechos en primer plano, reflejan la urgente necesidad de forjar una democracia en la que el pueblo, la gran mayoría de los que han creado el avance de los poderes productivos más allá de todo lo concebido anteriormente, tienen el poder de gobernar y decidir.