PMLQ -Quebec. Marxist-Leninist Party of Quebec. 18 marzo 2018.*
Hoy en día oímos hablar de soberanía sin fronteras ni de soberanía política en una economía sin fronteras. Como pueblo que lucha por la soberanía basada en la afirmación del derecho a la libre determinación en el contexto de la lucha por una República independiente de Quebec desde el siglo XIX, esta noción es difícil de comprender. Sin embargo, veamos lo que esto podría significar para el mundo neoliberal.
Hoy en día, los grandes monopolios, supervisados por un consorcio cuyo capital financiero es internacional y prácticamente no tiene límites, controlan una parte significativa de todos los recursos energéticos y minerales del planeta, como la energía y los hidrocarburos, y están endureciendo su control en todas las demás áreas, incluyendo agua, servicios hospitalarios y equipos, alta tecnología, alimentos e industrias farmacéuticas.
Estos grandes intereses financieros internacionales se han apropiado de los suelos y subsuelos para sus intereses privados, mientras que todos los seres vivos de la Madre Tierra dependen de sus recursos para su desarrollo y supervivencia. Esta privatización de los recursos naturales del pueblo incluye la monopolización de las instituciones públicas, los fondos públicos y la riqueza social, que se utilizará estrictamente para intereses privados. En la práctica, esto significa el uso del aparato estatal al servicio de los intereses privados y la imposición del derecho de monopolio a expensas de los derechos de los seres humanos y sus sociedades.
Canadá se encuentra entre los países donde se produce esta monopolización de las instituciones públicas por intereses privados. Hay una feroz competencia por los recursos, pero también por el aparato estatal, los fondos públicos, los órganos decisorios de la sociedad civil y, por supuesto, el sistema militar, policial y judicial.
¿Es esto lo que queremos para nuestro amado Quebec, que sueña con convertirse en un miembro igualitario de la comunidad de naciones soberanas de todo el mundo? La realidad es que el mundo de hoy está asistiendo a un choque entre los que están a la espera y los que están en contra de la creación de sociedades donde el interés público debe prevalecer. En este sentido, la batalla por el control de los recursos humanos y naturales aparece como una de las batallas más grandes y brutales de principios del siglo XXI. O bien los grandes monopolios imponen su dominio a través del chantaje internacional, la guerra y la destrucción económica y social de los pueblos por intereses privados, o el pueblo establece autoridad sobre el medio social y natural. Es una cuestión de guerra y paz, y de destrucción y sumisión, frente al desarrollo armonioso y la prosperidad para toda la humanidad.
Una cosa es cierta: es la clase trabajadora la que debe constituir la nación. La clase trabajadora es aquella en cuyo interés es ver que nuestros recursos se utilicen para beneficiar a nuestro pueblo y a otros pueblos, y no a los intereses privados destructivos. Hoy en día, las elecciones se utilizan para seleccionar al campeón de los intereses privados, el que les dará poder de decisión y poder de Estado para asegurar que nuestros recursos estén disponibles para ellos en su rivalidad en el mercado internacional. En todas las elecciones, debemos asegurarnos de que a cualquier partido que sea tan defensor de los intereses privados se le niegue una mayoría.
Este artículo fue publicado en 2018, se reproduce por su interés actual.