"Terrorismo doméstico", órdenes ejecutivas y pena de muerte en DC

Fotos: TML Monthly Núm 9. Septiembre 2025

TML Monthly. Núm 9. Septiembre

Nueva York, 27 de septiembre de 2025

Las órdenes ejecutivas sobre "terrorismo doméstico", emitidas del 22 al 25 de septiembre, tienen como objetivo hacer cumplir la autoridad y los poderes policiales del ejecutivo contra todas las demás autoridades, como las estatales y locales, al tiempo que aumentan en gran medida la represión de la resistencia. La amplia resistencia que se opone a las redadas, la brutalidad y el racismo de ICE, en apoyo de Palestina y contra los asesinatos y la brutalidad racista de la policía está directamente en el punto de mira.

Las órdenes también están relacionadas con los objetivos bélicos del ejecutivo, incluida la obtención de apoyo para la guerra internacional y la lucha contra la posibilidad de una guerra civil violenta abierta en el país. Las órdenes se están utilizando para involucrar a todas las agencias policiales federales y militares en "juegos de guerra" en vivo dentro del país, siendo Portland solo el último. Estos continúan diariamente en la frontera sur. Tales acciones unificadas bajo el mando del ejecutivo son esenciales para que la presidencia tenga éxito con cualquier movimiento hacia un gobierno militar. La esperanza es preservar la "unión" y, en su defecto, tener a las muchas fuerzas armadas alineadas detrás de la presidencia.

Dado que el ejecutivo ha sido incapaz de controlar la firme resistencia, en Palestina, y el apoyo a la misma en los Estados Unidos, y eso contra el ICE, y la oposición es fuerte contra la invasión de México o Venezuela, la presidencia está tomando medidas para destruir la resistencia en casa, utilizando el reclamo de "terrorismo interno".

El 25 de septiembre, Trump emitió una orden ejecutiva "Contrarrestar el terrorismo doméstico y contrarrestar la violencia política". El mismo día emitió una orden para imponer la pena de muerte en Washington, DC por delitos federales considerados "delitos especialmente agravados". Cuáles son serán decididos por el ejecutivo. Trump ordenó a los fiscales "buscar la jurisdicción federal en la mayor medida posible para los delitos elegibles para la pena de muerte en Washington, DC". Dada la actual ocupación militar y el aumento de las redadas de ICE, el cargo de "delitos federales" y la pena de muerte pueden usarse más fácilmente. Junto con la afirmación del gobierno de que las protestas que involucran a ICE y edificios federales ahora son "terrorismo doméstico", uno puede ver fácilmente cómo se impondrá el castigo por estos "delitos" creados por Trump.

Las dos acciones están relacionadas, al igual que una tercera orden ejecutiva del 22 de septiembre, que identifica a "Antifa" como una organización "terrorista doméstica". Esto se hizo sabiendo que Antifa, o "antifascismo", según admite el propio gobierno, no es una sola organización, sino varios individuos y grupos descentralizados que actúan por su propia iniciativa. Ambas órdenes apuntan muy ampliamente a cualquier persona que el gobierno considere relacionada con lo que se llama "terrorismo doméstico".

Para Antifa, la orden establece: "Todos los departamentos y agencias ejecutivas relevantes utilizarán todas las autoridades aplicables para investigar, interrumpir y desmantelar todas y cada una de las operaciones ilegales, especialmente aquellas que involucren acciones terroristas, realizadas por Antifa o cualquier persona que afirme actuar en nombre de Antifa, o para las cuales Antifa o cualquier persona que afirme actuar en nombre de Antifa proporcionó apoyo material.  incluidas las acciones de investigación y enjuiciamiento necesarias contra quienes financian tales operaciones". Dada la naturaleza del grupo, el gobierno puede afirmar que cualquier persona está involucrada, como probablemente ocurrirá en Portland.

Las tres acciones están destinadas a intimidar y crear miedo, algo a lo que el movimiento ya está respondiendo con continuas protestas en las Naciones Unidas, en los campus, en los centros de detención de ICE, en todas las ciudades bajo fuego y más. El "terrorismo doméstico" se equipara con el "terrorismo extranjero", y son los mecanismos federales para los "terroristas" extranjeros los que se están utilizando. Lo que es significativo es que las órdenes sirven para eliminar la ley nacional y, en cambio, se basan en leyes relacionadas con "terroristas extranjeros" y "apoyo material" para "terroristas extranjeros". Se basan en las leyes de la guerra y están relacionadas con la continua "guerra contra el terror", que se lleva a cabo en el extranjero y en el país.

El uso de mecanismos para "terroristas extranjeros" también abre la puerta para el uso de la lista arbitraria del Departamento de Estado de "patrocinadores estatales del terrorismo". Esto incluye actualmente a Cuba, Irán, República Popular Democrática de Corea y Siria. ¿Las acciones en apoyo de Cuba, en oposición al bloqueo o en contra de la guerra contra Irán, por ejemplo, se considerarán ahora "terrorismo interno"? Las órdenes ejecutivas lo permiten.

Si bien el gobierno ha utilizado su "guerra contra el terror" para atacar a los musulmanes y la resistencia organizada, incluidas las organizaciones benéficas, como "terroristas" o que brindan "apoyo material" para el terrorismo, estas órdenes de Trump desencadenan más agencias policiales y militares a una escala mucho más amplia sin definir los delitos reales involucrados. Al igual que con la marca de "narcoterrorista", que se utiliza para hacer estallar barcos en aguas internacionales, matar a jóvenes y deportar a cientos, Trump se está dando a sí mismo y a su gabinete la autoridad para decidir el "terrorismo doméstico", sin pruebas ni juicio y ciertamente no inocente hasta que se demuestre lo contrario, eliminando todos los estándares de la ley nacional.

En caso de que haya alguna duda sobre el amplio alcance y el peligro de estas órdenes, la orden de terrorismo doméstico emitida el 25 de septiembre enumera los siguientes tipos de actividades como "terrorismo". También da luz verde a sus Fuerzas de Tarea Conjuntas contra el Terrorismo no solo para investigar y enjuiciar a la resistencia, sino también para "prevenir" la actividad antes de que ocurra. La orden establece: "El Fiscal General emitirá una guía específica que garantice que las prioridades del terrorismo doméstico incluyan actos terroristas motivados políticamente, como campañas organizadas de doxing, swatting, disturbios, saqueos, allanamiento, asalto, destrucción de propiedad, amenazas de violencia y desorden civil. Esta guía también incluirá una identificación de cualquier comportamiento, patrón de hecho, motivaciones recurrentes u otros indicios comunes a las organizaciones y entidades que coordinan estos actos para dirigir los esfuerzos para identificar y prevenir posibles actividades violentas".

Pocos han olvidado que las acciones del gobierno para "prevenir posibles actividades violentas" se han utilizado repetidamente para acusar falsamente y encarcelar a personas sin culpables de ningún delito, por trampas del FBI creando delitos y más. O el racismo y el anticomunismo de COINTELPRO (Programa de Contrainteligencia) dirigido contra el movimiento de liberación negra y las fuerzas revolucionarias. Estas órdenes son un paso cualitativo más allá de eso, ya que involucran agencias policiales mucho más diversas y ponen en marcha una mayor represión de las fuerzas revolucionarias organizadas.

Ya existen leyes relativas a "disturbios, saqueos, allanamientos, asaltos, destrucción de propiedades, amenazas de violencia". Lo que está ocurriendo aquí es eliminar la ley nacional y la presidencia convierte estos cargos menores, a menudo fabricados por las agencias policiales, en "terrorismo doméstico". El ejecutivo está creando los crímenes y el castigo, incluida la pena de muerte.

La gente ya tiene una experiencia considerable con el gobierno que usa cargos de "terrorismo" para etiquetar injustamente a las personas como "combatientes enemigos" sin derechos, sujetos a tortura y detención indefinida en Guantánamo u otros agujeros negros. Los campos de detención que ahora se están desarrollando en bases militares también se pueden usar fácilmente para la detención masiva de quienquiera que el gobierno diga que son "terroristas domésticos".

La Oficina del Presidente también está ampliando enormemente el contenido que el gobierno le está dando al "terrorismo", al intentar equipararlo con la "violencia política". La orden sobre "Terrorismo doméstico" utiliza ejemplos de asesinatos o intentos de asesinato de personas, como Charlie Kirk, que normalmente se encuentran bajo cargos de asesinato o intento de asesinato. Al describir el "terrorismo doméstico", se refiere a "disturbios en Los Ángeles y Portland" y "disturbios contra la policía y la 'justicia penal'", es decir, la resistencia decidida contra ICE y los asesinatos racistas policiales. También incluye a las instituciones educativas entre los que hacen "campañas organizadas" de intimidación.

Las órdenes utilizan un lenguaje sin definiciones ni delitos específicos para describir a los que están siendo atacados, diciendo: "Hay motivaciones e indicios recurrentes comunes que unen este patrón de actividades violentas y terroristas bajo el paraguas del autodenominado 'antifascismo'. Estos movimientos retratan los principios fundacionales estadounidenses (por ejemplo, el apoyo a la aplicación de la ley y el control fronterizo) como "fascistas" para justificar y alentar actos de revolución violenta. Esta mentira "antifascista" se ha convertido en el grito de guerra organizativo utilizado por los terroristas domésticos para emprender un asalto violento contra las instituciones democráticas, los derechos constitucionales y las libertades fundamentales estadounidenses. Los hilos comunes que animan esta conducta violenta incluyen el antiamericanismo, el anticapitalismo y el anticristianismo; apoyo al derrocamiento del gobierno de los Estados Unidos".

De esta manera, los muchos frentes de lucha por los derechos son calificados como "actividades terroristas".

Aquí vemos esfuerzos para resucitar la afirmación "antiestadounidense" macartista, que, como también lo está haciendo Trump, se utilizó para asociar cualquier resistencia como el trabajo y la influencia de un país o agente extranjero. La orden pide específicamente a la Fuerza de Tarea Conjunta contra el Terrorismo (JTTF) que investigue "a las organizaciones no gubernamentales y a los ciudadanos estadounidenses que residen en el extranjero o con estrechos vínculos con gobiernos, agentes, ciudadanos, fundaciones o redes de influencia extranjeros que participan en violaciones de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (22 U.S.C. 611 et seq.) o el lavado de dinero financiando, creando o apoyando entidades que participan en actividades que apoyan o fomentan el terrorismo doméstico".

La acusación de operar como agente de un país extranjero, que es a lo que  se refiere la Ley de Registro, ya se ha utilizado para atacar a los organizadores de liberación negra del Movimiento Uhuru. Ahora se le dice a la JTTF que persiga a las ONG y a cualquiera que decidan que tiene "vínculos estrechos" con gobiernos extranjeros. Esto también está relacionado con los objetivos de la guerra, para desacreditar a la resistencia y al mismo tiempo esforzarse por fomentar la ira hacia los gobiernos extranjeros.

El peligro que representan estos desarrollos incluye que el ejecutivo está creando delitos y castigos a medida que avanza, utilizando órdenes ejecutivas y poderes policiales para implementarlos, así como el alcance extremadamente amplio de actividades que ahora se consideran "terrorismo". Estos incluyen publicaciones en las redes sociales, consideradas de apoyo a la "violencia política", y lo que sea que el gobierno afirme que son "disturbios, saqueos, allanamientos, asaltos, destrucción de propiedad, amenazas de violencia y desorden civil". Como ya hemos visto con el ataque, incluido el despido de más de cien personas por publicaciones personales sobre Charlie Kirk, el uso de las redes sociales para etiquetar a las personas como "terroristas domésticos" está en la agenda. También lo es la represión más agresiva y brutal de todos los que defienden los derechos.

La dificultad a la que se enfrenta la Presidencia es que estos numerosos esfuerzos para bloquear, desviar y perturbar los movimientos populares por los derechos y contra la guerra están fracasando.