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TIEMPOS SECOS

Pablo Moctezuma Barragán


La población de la Cuenca de México, autoridades federales, de la Ciudad de México y del Estado de México han estado informando en estos meses sobre el incremento de las afectaciones por sequía en la Zona Metropolitana del Valle de México que se suma a la sequía del 2020, 2021 y 2022. Eso significa que las presas del Cutzamala están a la mitad, en general, de lo que deberían de tener almacenado” ha referido Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la capital del país.


La capital no es autosuficiente en la materia, además de que enfrenta una sequía prolongada, entre otras causas por la disminución de lluvias en estos meses, por eso es necesario cuidar y proteger las áreas verdes y zonas boscosas de la ciudad, en Tlalpan, Xochimilco y Milpa Alta, primordialmente, a fin de que se permita la filtración de agua de lluvia hacia el subsuelo para recargar los acuíferos. De hecho, Cuajimalpa y Milpa Alta, donde predomina el clima frío y semifrío subhúmedo, son las zonas donde más llueve en la CDMX al año (con 1,140 mm y 1,083 mm acumulados respectivamente), es ahí y en otras alcaldías con altas precipitaciones donde se debe cuidar la recarga de los mantos acuíferos y evitar que la mancha urbana elimine las áreas verdes para favorecer intereses de las corporaciones y sus megaproyectos.


Hoy dependemos del exterior para satisfacer las necesidades de agua de la ciudad porque el sistema Lerma-Cutzamala dota de agua potable a la capital en 35 por ciento; los pozos instalados en las 16 demarcaciones, en 60 por ciento, y un cinco por ciento proviene de otras fuentes, como son los manantiales. Por las políticas actuales, el problema se agudiza aún más, cuando es necesario implementar soluciones para que impulse la productividad y el bienestar social del país.


Por su parte, el director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Germán Arturo Martínez Santoyo, ha reconocido una condición crítica de almacenamiento y que existe una reducción en el volumen de agua entregado del Cutzamala a la capital del país, así como el Edomex. “Se está recibiendo 2.5 metros cúbicos por segundo menos que en el 2019, o sea, hace tres años que vemos un descenso en los almacenamientos y en la entrega de agua desde el punto de entrega más alto”, ha manifestado.


Esto afecta gravemente a la población, en el caso de México el Consejo Nacional de Evaluación de la política de desarrollo social CONEVAL emitió su informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social del que se desprende que 9.3 millones de personas carecían de acceso al agua mediante una toma en sus viviendas y sobre todo en el medio rural, de igual forma en las localidades rurales 85% de las viviendas están conectadas a la red hidráulica mientras en las urbanas el porcentaje asciende a 97.2 por ciento.


La existencia humana se ha desarrollado siempre alrededor de cuerpos de agua de la cual se depende para la producción de todo lo necesario para la subsistencia en la vida diaria. Sin agua no hay vida. Los periodos de sequía, si no hay una política hídrica adecuada y una conveniente planeación, pueden causar desabasto del precioso líquido y problemas de salud pública.


Ante problemas como el de la sequía es necesario el manejo adecuado del agua de lluvias, de ríos y lagos. Si se cuida y se aprovecha toda el agua disponible, a pesar de los pesares, habrá liquido suficiente en tiempos de sequía. Pero hacen falta políticas adecuadas, por ejemplo, la Ciudad de México que se encuentra en una zona urbana, con una temperatura promedio anual de 16.5 "C, con un índice de precipitación pluvial anual de 679.6 mm puede y debe ser autosuficiente, si no es así, es por diversas causas que hemos de analizar y organizarnos para resolver. Porque actualmente en lugar de aprovechar el agua de lluvia se extrae desde lejanos lugares de hasta 330 km de distancia provenientes de Michoacán y el Estado de México, despojando a los campesinos y pobladores rurales y urbanos de aquellas zonas. Pero ni así se logra dar el servicio necesario en la CDMX.


Por lo pronto, 29 colonias de la GAM y 19 de Azcapotzalco, han estado en crisis hídrica en estos meses por la mala planeación urbana, la desmedida construcción inmobiliaria que con torres, plazas comerciales y edificios de departamentos de lujo ataca a los habitantes de estas demarcaciones y los despoja del agua potable que llega por las tuberías del servicio doméstico que proporciona el SACMEX.


El problema no es solo de la CDMX, es grave en todo el país. Es cierto que hay periodos de sequía, pero la humanidad siempre ha buscado soluciones y planea alternativas. En México llueve cada año aproximadamente 1,489 millones de m3 de agua. Pero de esta cantidad, se estima que 73.2% se evapora, otro 22.1% se incorpora a ríos o arroyos y el restante 4.7% se infiltra al subsuelo y recarga los acuíferos, que son explotados para distintos usos. Afortunadamente hay medidas técnicas para aprovechar el agua antes de que se evapore, por otro lado, es necesaria con urgencia una política para evitar que las empresas contaminen ríos y arroyos y para que el drenaje no contamine los cuerpos de agua, aumentar la recarga de los acuíferos y evitar que se contamine el líquido.



Es prioritario estudiar la problemática y la importancia de los recursos hídricos de México y garantizar el derecho de las y los mexicanos al acceso al agua salubre. Para ello es necesario que la sociedad se responsabilice para controlar y tomar en sus manos la garantía del derecho al agua, movilizarse para exigir medidas urgentes para el aprovechamiento del agua y su dotación democrática y justa.


El calentamiento global golpea a nuestro país en el que durante 25 años se ha agudizado el problema de inundaciones, sequías e incendios. Situación causada por las políticas neoliberales con respecto al agua, la caótica urbanización, la ausencia de protección civil, la deforestación que genera condiciones presentes y futuras de gran peligro. Por lo anterior, se debe tomar conciencia y atacar a fondo los problemas; se debe cosechar agua de lluvia, recargar los mantos freáticos a través de un programa nacional de infiltración para la recarga de mantos acuíferos, producir y aplicar cementos y pavimentación permeable, lagos artificiales, tratamiento de aguas, reforestar los montes, implementar terrazas, gaviones para que las corrientes se escalonen, sumideros, pozos de absorción, que a la vez evitarían inundaciones y sequías. El tratamiento de aguas y potabilizarla para el consumo humano, Faltan grandes inversiones en un nuevo sistema hídrico, impulsar la Nueva Ley General de Aguas que desde 2013 el Congreso ha sido omiso en aprobar, y que puede prevenir las grandes carencias y desgracias que vivimos actualmente y que se agudizarán de no atenderse.


Hay que invertir para garantizar el derecho al agua. Para evitar inundaciones invertir en trabajadores para la reforestación de zona altas, evitar urbanización, en zona media defender el suelo agrícola, ordenamientos ecológicos contra urbanización en zonas de riesgo, alinear planes federales, estatales y municipales. Infraestructura de drenaje de aguas. Financiar un programa nacional desde las comunidades para combatir incendios de los bosques, para ello se debe dar empleo para la protección civil, frente a inundaciones, incendios o explosiones. Oír la voz de la población, rescatar el saber local, promover la participación en instancias de toma de decisiones.


Actualmente las corporaciones inmobiliarias son un grave problema como ha denunciado Alejandro Velázquez el 23 de marzo de este año en La Jornada. Desde hace 10 años el sector inmobiliario es el que más concesiones ha obtenido para la explotación de aguas subterráneas, como aseguró el integrante del Frente por la Defensa de los Derechos de los Pueblos y Barrios Originarios de la Cuenca del Anáhuac, “el total de líquido aprobado es de 4 millones 911 mil 776 metros cúbicos anuales”.


Velázquez ha afirmado que, de acuerdo con información del Registro Público de Derecho del Agua, esa cantidad representa más de la mitad de los permisos vigentes en la Ciudad de México, correspondiente a 13 proyectos inmobiliarios –aunque algunos cuentan con dos concesiones–, lo que “sería suficiente para otorgar 100 litros diarios a por lo menos 134 mil 569 habitantes”.


Según la investigación que realiza Velázquez, “la ubicación geográfica de los pozos de agua muestra la existencia de los procesos de acaparamiento. Los privados predominan en las zonas de mayor nivel socioeconómico” al encontrarse en las alcaldías Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, en las colonias Polanco, Ampliación Granada, Tabacalera, Santa Fe y San Jerónimo. Agua para los ricos, despojo para los pobres. “Sólo tres se hallan en zonas de un estrato económico más bajo, ubicadas en el pueblo de Santa Úrsula Coapa, en la colonia Granjas y en la colonia Guadalupe Tepeyac. Pero siempre para alimentar a los monstruos inmobiliarios que afectan a las colonias populares”.


Vivimos una situación de sobreexplotación del líquido que hay que resolver, ya que la extracción es mayor a la recarga, debido a la demanda creciente y a la reducción de zonas de captación. Se estima que por cada hectárea que se urbaniza, la recarga se ve reducida en promedio en 2.5 millones de litros de agua al año. El modelo actual de urbanización favorece a grandes corporaciones y afecta a la clase obrera y en general a la población.


El derecho al agua es universal, pero claramente podemos encontrar que las clases trabajadoras son las más afectadas, de hecho, existen motivos de discriminación, algunas personas resultan especialmente desfavorecidas en lo que respecta al acceso al agua por el género, etnia, religión, condición de nacimiento, idioma, nacionalidad, discapacidad entre otras. No habrá justicia y bienestar si no se garantiza este primordial derecho. Sin agua no hay vida.

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