Todo para oponerse a la producción de guerra y a las guerras de agresión y genocidio

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TML in the news. 22 de abril de 2025  https://cpcml.ca/

Un acto significativo y necesario en el Día de la Tierra es denunciar a la industria bélica y a la fabricación de armas de destrucción masiva como los mayores contaminantes del mundo. Las guerras de agresión, ocupación y genocidio dirigidas por Estados Unidos y la OTAN, y las industrias de guerra de Estados Unidos y Europa alimentan la destrucción de la Madre Tierra.

El Día de la Tierra sólo puede ser fiel a sí mismo si denuncia el despilfarro y el parasitismo de la industria bélica. Canadá paga miles de millones por armamentos y la guerra de poder de EE.UU. en Ucrania, así como por el genocidio israelí en Gaza y el despojo del pueblo palestino, pero dice que no hay dinero para la atención médica, la educación y los servicios públicos, el pago a los funcionarios públicos, la vivienda para todos o incluso refugios adecuados para las mujeres maltratadas, todo al nivel que la sociedad requiere. Garantiza las ganancias de los productores de armamento y de quienes causan daño a la Madre Tierra, pero no el derecho de los pueblos a vivir en un entorno natural y social seguro.

Se requiere desmantelar las agresivas alianzas militares lideradas por Estados Unidos, la OTAN y el NORAD, para detener la situación internacional en la que los países tienen que dedicar sus recursos a la militarización de toda la vida, los preparativos de guerra y los armamentos que no son para la defensa sino para la agresión. Al desmantelar la OTAN y el NORAD y oponerse al uso de la fuerza y a las amenazas de fuerza en los asuntos internacionales, los canadienses y los quebequenses pueden utilizar los recursos para que la humanidad pueda prosperar, en lugar de para la destrucción de otros pueblos y sociedades, que también destruye el medio ambiente natural.

Hay que rechazar el discurso de "ecologizar" la economía y las fuerzas armadas mientras se participan en la producción de guerras y guerras de agresión como un completo fraude y un grave peligro para la paz.

Una vez más, se han utilizado armas de uranio contra los pueblos palestino, libanés y yemení y toda la infraestructura de la Franja de Gaza ha sido destruida impunemente, mientras que los pueblos de todo el mundo son bombardeados en nombre de altos ideales. Hay que oponerse a la participación de Canadá en el apoyo a Israel y a las guerras de agresión y cambio de régimen de Estados Unidos, así como a la hipocresía y el fraude de las misiones de la OTAN y la ONU llevadas a cabo en nombre de la ayuda humanitaria, la paz, la libertad, la democracia y los desacreditados pretextos para la guerra, como la "responsabilidad de proteger", el "orden basado en reglas" y los "derechos humanos".

Todos los gobiernos de la élite gobernante, independientemente de su afiliación partidista, han demostrado en la práctica que se identifican plenamente con la estrecha postura de los intereses privados de los ricos y las demandas del gobierno de guerra en los Estados Unidos y su suplente en Canadá. Servir a estos intereses privados y al mismo tiempo expresar preocupación por el medio ambiente es absurdo.