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Trabajadores de Petrobras anuncian huelga indefinida: desafían el plan privatizador del Gobierno

Rocío Luna


La huelga de las Refinerías en todo el Brasil y diversas plantas comenzó desde el sábado 1ro de febrero en defensa de puestos de trabajo y contra la privatización de Petrobras.  La principal reivindicación de la huelga es la defensa de más de 1000 puestos de trabajo en la Fábrica de Fertilizantes Nitrogenados (Fafen) ubicada en la localidad de Araucaria, en la sureña provincia de Paraná;  aunque prensa vendida afirma que son solo 400 puestos. El 14 de enero, la dirección de Petrobras anunció los despidos y el cierre de la fábrica, y estimó que le llevaría entre 30 y 90 días despedir a todos los empleados, argumentando que la fábrica no es rentable, pero en  realidad el plan es pasar a  importar el 100 % de fertilizantes de empresas extranjeras. Y esto es inaceptable en un país con millones de desempleados, y con esta decisión pone a miles de familias en situación de riesgo económico solo para aumentar las ganancias de los accionistas extranjeros.


Existe todo un proyecto que incluye la entrega de reservas marítimas y la venta de la mayor parte de las refinerías, plantas así como oleoductos del país y va avanzar paulatinamente, iniciando con cierre de fabricas como este caso. A esto se suma el autoritarismo policial y judicial en cada refinería, donde hay una ostensiva presencia militar, como se vio el lunes por la mañana en la refinería Duque de Caxias en Rio de Janeiro y en varias medidas judiciales que buscan inhibir el derecho a huelga. Estas medidas incluyen la prohibición a los trabajadores de dejar sus puestos de trabajo y ejercer su derecho a huelga hasta que la justicia llegue con un “habeas corpus”, como pasó en la refinería Gabriel Passos (Regap) en la ciudad Betim, provincia de Minas Gerais.



La unión de distintos sindicatos de Rio de Janeiro y del Litoral Paulista, ligados a la minoritaria FNP muestra una disposición a enfrentar los planes entreguistas de Bolsonaro y los capitalistas. Al defender sus puestos de trabajo de planta y de los tercerizados en Paraná, los trabajadores están afirmando su lucha en defensa en Petrobras y oponiéndose al proyecto de entrega de riquezas nacionales al imperialismo.


La entrega de los recursos naturales al imperialismo es un proyecto que va mucho más allá de Bolsonaro, que vino para profundizar la sumisión a Trump, pero las privatizaciones ya habían aumentado fuertemente en el Gobierno de Michel Temer y todo el terreno de entrega del petróleo nacional empezó ya en el Gobierno de Dilma Rousseff, cuando recibía el eufemístico nombre de “desinversión”. Fue un intento de agradar a la burguesía antes de la consumación del golpe en 2016 fue el intento de acuerdo de Dilma con José Serra (PSDB) para modificar las reglas de explotación de las reservas marítimas conocidas como pre-sal, y ver si así aplacaba la insaciable sed de ganancias del capital financiero.


Los trabajadores consientes saben que no solo es la defensa de su trabajo por lo que están protestando, sino también es por la defensa de sus recursos naturales como el petróleo contra las privatizaciones. Se lucha  para que todos los recursos del Petróleo sean 100 % estatales, administrados democráticamente por los petroleros bajo control popular. Una Petrobras administrada democráticamente por los trabajadores podría garantizar la seguridad ambiental y de trabajo en las operaciones y que esos recursos sirvan a los intereses del pueblo brasileño.


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