El fracaso de los funcionarios federales, estatales y locales en Uvalde, Texas, muestra el racismo de larga data del gobierno de Estados Unidos.
Voz de la Revolución. junio de 2022
A medida que surge más y más información sobre el asesinato masivo en Texas de 19 niños y dos maestros el 24 de mayo, el racismo del estado de los Estados Unidos se vuelve más claro, al igual que la responsabilidad social asumida por los estudiantes de cuarto grado, sus maestros y muchos padres.
Los jóvenes estudiantes valientemente hicieron numerosas llamadas al 911, incluso mientras les disparaban. Tuvieron la idea de fingirse muertos para protegerse a sí mismos y a sus compañeros de estudios. Las dos maestras fueron asesinadas tratando de impedir que el tirador, Salvador Ramos, matara a sus estudiantes. Los padres llegaron inmediatamente a la Escuela Primaria Robb, esforzándose por intervenir para proteger a los niños solo para ser bloqueados por la policía, que los obligó a permanecer afuera, mientras que no hicieron nada.
Casi todos los primeros informes oficiales sobre el trabajo "sobresaliente” que hicieron las fuerzas policiales eran falsos. No intervinieron fuera del edificio, como se informó en un primer momento; no irrumpieron en la habitación, sino que esperaron afuera durante casi una hora; Ramos no tenía chaleco protector, pero no fue detenido; y así sucesivamente.
Muchas personas están indignadas y enojadas porque sus hijos fueron tratados como prescindibles y sus propios esfuerzos para intervenir rápidamente bloqueados. Alrededor de 200 huelgas estudiantiles se llevaron a cabo en todo el país el 26 de mayo en apoyo de Uvalde y las familias directamente afectadas. Miles de estudiantes estuvieron involucrados, todos exigiendo acciones para mantener sus escuelas y comunidades seguras. Estos incluían demandas como “consejeros no Armas”, que reflejaban la demanda del derecho a una educación de calidad para todos, no más militarización de las escuelas. Más acciones tuvieron lugar el 7 de junio y más de 450 manifestaciones ocurrieron en todo el país el 11 de junio.
Uvalde es un pueblo rural de clase trabajadora que es aproximadamente un 80 por ciento mexicano y mexicoamericano, al igual que el distrito escolar y Robb Elementary. Muchos tienen familia a ambos lados de la frontera, incluidos aquellos que han vivido en el área durante generaciones, incluso antes de que los Estados Unidos anexó violentamente Texas de México en 1845. También es una ciudad con una historia de lazos comunes y cultura que la frontera no puede evitar. Al igual que en otros lugares, ha habido una lucha contra la segregación impuesta por el gobierno.
Existe una creciente preocupación, especialmente entre los jóvenes, de que la violencia por parte de las agencias policiales, incluidas la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ambos bien conocidos en Uvalde, aumentará ahora en nombre de "proteger" a los estudiantes. Muchas familias en el área tienen miembros indocumentados que son blanco de ICE y de la Patrulla Fronteriza para su deportación.
La Unidad Táctica de la Patrulla Fronteriza (BORTAC), que según los informes finalmente mató a Ramos, ahora está siendo promovida como una fuerza "protectora", mejor que la policía local, etc. BORTAC, de hecho, se encuentra entre las fuerzas más racistas y brutales y es responsable de matar a inmigrantes y refugiados desarmados, incluidos los que se encuentran en México.
Activistas de derechos humanos e inmigrantes están con los jóvenes exigiendo la financiación completa del derecho a la educación, la desmilitarización de sus comunidades, el fin de las deportaciones y la expulsión de ICE y la Patrulla Fronteriza y las muchas tropas estacionadas a lo largo de la frontera de Texas. Cada vez se reconoce más que la violencia estatal es el peligro, y que la seguridad no radica en una mayor vigilancia policial, sino en intensificar la lucha por los derechos.