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12 de octubre 

Pablo Moctezuma 

El 12 de octubre es el día del inicio de la invasión y de la resistencia indígena, negra y popular contra el colonialismo. Antes le llamaban “Día de la Raza” o “Día del Descubrimiento de América”. Peor aún en Europa hay quien le llama “Día de la Hispanidad”. Estos conceptos son hispanistas y caducos y hay que desecharlos. 


El Descubrimiento fue hace miles de años, nuestra población tiene 35,000 años habitando nuestro territorio, los pueblos originarios son milenarios, y asimismo el descubrimiento de México se realizó hace 35,000 años y cuando comenzó la invasión aquí ya había alrededor de 25 millones de habitantes y el continente tenía alrededor de 90 millones de habitantes. O sea que no se pudo seguir sosteniendo tal denominación. 

Por otro lado, no podemos decir “Día de la Raza”, como si con la invasión española hubiese surgido “nuestra raza”. El hecho es que ha habido varias razas, y los europeos han sido minoritarios, nuestra raíz es indígena. Veamos en 1810, tres siglos después del inicio de la colonización, había 3,700,000 indígenas, apenas 700,000 mestizos, alrededor de 900 mil criollos, unos 300 mil negros y alrededor de 650 mil afromestizos, españoles apenas había 60 mil. De modo que, en términos raciales, la raza dominante ha sido la de los pueblos originarios, y también hemos recibido sangre negra, asiática, árabe (los españoles que vinieron salían de 800 años de ocupación árabe y tenían de esa sangre) y también europea. De modo que no tenemos una raza “la raza” sino muchas razas en nuestro país. No hay el mestizaje de dos razas, “el español y la indígena” sino una sola raíz indígena con injertos africanos, europeos, asiáticos, árabes. 

Es tan ridiculo este concepto del “Descubrimiento de América “que cuando se conmemoraron en 1992 los 500 años del principio de la invasión, por Colón y su gente, los hispanistas trataron de darle un giro, que ellos consideraban más realista y hablaron de celebrar “El Encuentro de dos mundos”, como si hubiese sido una visita amistosa. Recordemos que en 1992 su celebración fracasó por completo. 

La Monarquía Española tenía programado en 1992 el viaje de las réplicas de las tres carabelas de Colón, pero por las protestas organizadas éstas no llegaron ni a Panamá, ni a México y se rechazó su llegada a Cartagena, Colombia. En Puerto Rico les quemaron la bandera española y sólo las recibieron en Nueva York. Hubo protestas en Ecuador, Bolivia y Chile, en Santiago los reyes tuvieron que entrar por la puerta de atrás del Palacio de la Moneda para visitar a Pinochet. En Pasadena, California, residentes mexicanos desmantelaron el carro alegórico que representaba la carabela de Colón”. En México se adoptó el lema de “500 años del viaje de Colón” y no el del “Encuentro de dos Mundos” como querían los organizadores. Y se eliminó la fiesta civil del 12 de octubre. 

En 1992 “Su Majestad” el Rey Juan Carlos, no se atrevió a venir a la ciudad de México, su visita a Tajín fue cancelada a última hora y el rey ni siquiera tocó el Puerto de Veracruz de tal manera que no pudo festejar la barbarie de hace 500 años. También el papa canceló su visita, ante la resistencia popular. 

A partir de 1992 se robusteció la resistencia popular, indígena y negra, insistiendo que la comúnmente llamada “la llegada de los españoles” fue en realidad una invasión, pero los hispanistas quieren disimular y que olvidemos la injustificada ocupación, y saqueo, que provocaron los europeos en nuestras tierras. Como si hubieran llegado pacíficamente de visita y no para apoderarse violentamente de personas, tierras y riquezas y destruido una gran civilización.  

Pero los pueblos originarios, siempre han mantenido su lucha. Como respuesta a 500 años de opresión y explotación estalla la rebelión indígena en Chiapas en enero de 1994, de nuestros hermanos tzeltales, tzotziles, tojolobales, choles y mames. 

El territorio llamado hoy América, ya había bautizado y conocido como el ANAHUAC, hasta Nicaragua por nuestros ancestros anahuacas, TAWANTINSUYO como llamaban los quechuas del sur de Colombia hasta el norte de Chile y ABYA YALA por el pueblo Kuna en Panamá y Colombia refiriéndose a todo el continente. Estas denominaciones fueron producto de siglos de civilización y forjadas por los propios pueblos. No por un puñado de aventureros. 

Pero los europeos se sintieron con derecho de imponerle un nuevo nombre a su capricho. Hace 500 años, el 25 de abril de 1507, una obra de 52 páginas fue publicada, en la cual aparecen los contornos de las tierras que recién conocían los europeos. Al mapa, Martin Waldseemuller siguiendo la costumbre de usar el latín, le puso Americae, y así se quedó. A partir de esa fecha existe “América” a propuesta de este cartógrafo de una pérdida provincia europea y desde entonces la historia retiene esa denominación producto de la imposición de los colonizadores europeos promotores del eurocentrismo. En el siglo XVI pocos sabían que Colón había llegado a nuestras tierras.  

Ni siquiera el mismo Cristóbal Colón logró entender a donde había llegado, pues creyó hasta su muerte, haber navegado entre las numerosas islas asiáticas y hasta su muerte en todos los mapas aparecían unidos Asia y América: Colón se dirigía a la India y topó con nuestro continente por un mero error. Tampoco Américo Vespucio descubrió este continente, era un comerciante y explorador que dio a conocer la masa continental, pero ni él ni Colón lo descubrieron. Varias migraciones llegaron a estas tierras descubiertas milenios antes, 35,000 años por lo menos, por lo que no era ya para nada un nuevo mundo. Aparte eran habitadas por 90 millones de personas en lo que hoy es Latinoamérica y el Caribe que lógicamente habían descubierto, poblado y civilizado esta tierra antes que Colón, pero hubo antes muchos exploradores aquí, los Vikingos de Escandinavia, los chinos de Beijing, portugueses en Puerto Rico y navegantes de las Filipinas.  

Los chinos por ejemplo habían salido el 8 de marzo de 1421, en la flota más grande – dice Gavin Menzies- que se había visto nunca: 107 juncos, algunos con casi 150 metros de estora para recorrer todos los mares y cartografiar todo el mundo. Los distintos almirantes de la flota visitaron y cartografiaron las costas americanas, setenta años antes que Colón, descubrieron Australia trescientos cincuenta años antes que Cook y circunnavegar con el globo cien años antes que Magallanes. Sin embargo, a su regreso en 1423, se encuentran con otra China, un rayo había incendiado el Palacio de Pekín, el emperador había sido derrocado – pensaron que el incendio era un castigo de los dioses por su ambición, y China regresaba al aislacionismo tradicional. Los mapas fueron guardados y el proyecto cancelado. 

A la postre, los mapas fueron a parar a manos de Juan el Navegante, rey de Portugal, que inició audaces expediciones. En su corte colaboraba Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal, que se hizo de los mapas y se los entregó a su hermano para que pudiera convencer a la Reina Isabel de que era factible otra ruta para llegar a la India. Esos mapas también llegaron a manos del papa Alejandro VI, que era ni más ni menos Rodrigo Borgia quien había nacido en Madrid y al dividir el mundo en dos en sus Bulas Alejandrinas para darle la mitad a España y la mitad a Portugal, conscientemente le dio la mejor parte a España. 

De modo que, para la época de Colón, en círculos especializados, ya eran conocidos varios mapas en Asia y Europa que lo prueban. En lo que sí fue pionero Cristóbal, fue en el secuestro de personas para irlas a exhibir y a vender a Europa, y lo que sí descubrió fue que era un buen negocio explotar a la gente y robar las riquezas de nuestros antiguos territorios. Igualmente descubrió el sistema de circulación de los vientos en el Atlántico, la que utilizó astutamente en sus viajes. Con Colón comienza el proceso que lleva su nombre el colonialismo y neocolonialismo que ha llevado a la expropiación masiva de sus tierras a las naciones indígenas originarias, al saqueo de nuestras riquezas, el genocidio de nuestra gente, para llevar a cabo el proceso de acumulación originaria de capital que dio inicio al capitalismo. De este modo su riqueza se cimentó en el saqueo, la explotación y la esclavitud, para extraer nuestro oro y plata, principalmente de México y Perú. Este fenómeno se produjo primero en América, y después en Asia y en África, y llevó a Europa a la Revolución Industrial y a la imposición de su dominio en el mundo entero. Actualmente, como ayer, sigue este proceso con el neocolonialismo y el neoliberalismo. 

Esto viene especialmente a cuenta porque actualmente se conmemoran los 500 años de la invasión europea al Anáhuac y hay quien sigue defendiendo a capa y espada la invasión violenta y genocida. Así como en 1992 surgió con fuerza nuestro movimiento de resistencia, en las actuales efemérides requieren que unamos fuerza, en particular el 13 de agosto de 2021 para denunciar el genocidio y la destrucción de nuestra gran civilización. Hoy está de moda decir que “fueron los propios indígenas los que hicieron la conquista” y no los españoles. 

Tras 500 años ya hay que abandonar la versión hispanista. España invadió todo el territorio del Anáhuac y estableció “La Nueva España”. Aquí tenían sus propias costumbres, entre nuestros pueblos acostumbraban a hegemonizar por medio de la Triple Alianza: México, Tacuba, Texcoco en 1519 que sustituyó a la de: Azcapotzalco, Texcoco y Culhuacán.  

Los tlaxcaltecas, huejotzincas, totonacas, pretendían establecer una nueva Alianza hegemónica en el Anáhuac, con equidad entre los aliados. Por eso se aliaron a Cortés quien los engañó e impuso el total dominio español. No se imaginaban que colaboraban con un Imperio Extranjero para establecer su dominio total y someter al Anáhuac

Cómo llegó Cortés sin permiso del Rey para conquistar, junto con Bernal y compañía tuvo que justificarse inventando que Moctezuma voluntariamente colaboró para entregar todo. Falso. En toda invasión hay aliados locales, hubo en la Independencia, quien se alió a los realistas, en la Invasión Norteamericana quien apoyó a los gringos y en la Invasión Francesa, quien apoyó a Maximiliano el que el ocupante tenga aliados locales no implica que no sea una invasión. De modo que negar la invasión española, porque tuvo aliados locales es ridículo. 

Hemos conmemorado hace tres meses un gran evento. Durante la noche del 30 de junio al 1º de julio de 1519, hace 500 años, tras el asesinato de Moctezuma por los españoles, se libró un combate en el que Cuitláhuac al frente de pueblo y aliados derrotó a los invasores. Los cronistas militares que acompañaron a Hernán Cortes le dicen “la noche triste”, para ellos triste, para nosotros la NOCHE VICTORIOSA. Este año reivindicamos estos hechos. 

Pero los hispanistas, luego de 500 años, repiten la historia colonial sin atender a los cronistas religiosos e indígenas que dicen que Moctezuma fue asesinado por los españoles. Por eso nosotros recuperamos nuestra memoria histórica conmemorando los 500 años de la noche de la victoria y denunciando que Moctezuma fue asesinado por los invasores. Asimismo, Cuauhtémoc fue asesinado de modo que estamos ante dos magnicidios. 

Sobre los 500 años, consideremos elementos que se ignoran. Tras que Moctezuma fue hecho prisionero les declaró la guerra a los españoles a su manera tradicional misma que sus captores no entendieron (Bernal: Verdadera Historia p.625). Moctezuma gestionó la liberación de Cuitláhuac y sacrificándose le dio la orden de dar guerra a muerte. El Tlahtoani fue obligado a subir a la azotea en medio del ataque y la lluvia de piedras, pero se negó a hablar. Los españoles lo asesinaron (lo dicen los cronistas indígenas y religiosos españoles) y aventaron su cadáver para huir mientras se le hacían honras fúnebres. Siendo la triple alianza de pueblos la forma de predominio en el Anáhuac, los aliados de Cortés pretendían establecer una nueva alianza hegemónica, nunca se imaginaron que los europeos someterían a todo el Anáhuac al dominio de la Corona Española. Lamentablemente todavía predomina la versión de Cortés y Bernal, militares que escondieron la verdad de sus crímenes. Y hoy cuando ya se terminaron todos argumentos, salen con que no fue una “conquista”, sino una “guerra interna entre nuestros pueblos”.

Este 12 de octubre de 2020 es ocasión de recuperar nuestra memoria y la verdad de los hechos a 500 años de los acontecimientos en los que Europa comenzó el dominio del mundo. Es paradójico que hoy que la pandemia de Covid-19 ha puesto a prueba los distintos sistemas de convivencia humana sea Europa y su sucursal en América que son los Estados Unidos los han demostrado que el modelo de sociedad y de sistema que nos han impuesto está fracasando para atender las necesidades de la gente. 


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