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ASESINATO DEL TLAHTOANI CUAUHTEMOC

Pablo Moctezuma Barragán


El 28 de febrero en dos años se cumplirá el 500 aniversario del asesinato del tlahtoani Cuauhtémoc, le rendimos homenaje al joven guerrero, símbolo de identidad y espíritu de resistencia en México. Cientos de peregrinos se congregan cada año el día 23 de febrero, en la fiesta tradicional de Ichcateopan. Celebrando con danzas al ritmo de los huehuetl o tambores, ondean las banderas , se oye el sonido de los ayoyotes, y los teoponaztlis, silban las flautas de carrizo y resuenan los caracoles . Antiguos instrumentos musicales del Anahuac mueven los corazones de los presentes mientras saborean el huauhtli o amaranto, alimento milenario y disfrutan de frutas y dulces, mientras se admira a los voladores de Papantla.


Cuauhtémoc nació el 23 y fue asesinado por Hernán Cortés un 28 también de febrero en 1525, allá lejos en la selva. No podían cometer el crimen en Tenochtitlan. Lo llevaron en la expedición de las Hibueras, encadenado, y en el camino en Campeche lo ahorcaron junto con los tlahtoanis de Tacuba Tetepanquetzal y Coanácoch de Texcoco, para así descabezar la triple alianza. También asesinaron a Fray Juan de Tecto por no informar lo que le dijo antes de morir Cuauhtémoc a quien le tenían miedo porque él había encabezado una gran alianza de pueblos contra la Invasión del Anáhuac, uniendo a mexicas, matlaltzincas, malinalcas y cohuixcas , tepanecas, a los de Cuauhtitlán, Tenayuca, Otumba, Cuautlalpan, Tlalnepantla y a los pueblos tlatelolcas en la defensa de su tierra y enfrentaron a Hernán Cortés y sus aliados indígenas a quienes el español engañó. Aprovechó que estos pueblos querían organizar una nueva alianza para sustituir la de México Tacuba y Texcoco y así lograr una nueva hegemonía en la región pero no podían siquiera imaginarse que iban a ser traicionados sometiéndolos a un gobierno español que iba a entregar la tierra al rey, a imponer su lengua y dominio para, saquear, violar, matar, monopolizar la economía y destruir su cultura.


Luego del asesinato de Moctezuma y de la muerte de Cuitlahuac nuestro joven abuelo, rondaba los 20 años, fue nombrado Tlahtoani por su valentía e inteligencia. Aquí no había monarquía, los tlahtoanis eran electos por el consejo o tlahtocan por méritos y nuestro joven guerrero demostró que los tenía al defender tenazmente MexicoTenochtitlan que a pesar de estar sitiados no cayó a la primera semana, ni al primer mes, la resistencia fue heroica. Luchaban día y noche, casa por casa. Presas de hambre, sed y enfermedades como la viruela que los diezmaba, seguían resistiendo. No había alimentos. Dice el poema en náhuatl traducido por Garibay: “Hemos comido palos de coloría/ hemos masticado grama salitrosa/ piedras de adobe/ lagartijas/ ratones/ tierra en polvo/ gusanos”. En ese extremo de necesidad no comieron carne humana, no era su costumbre ni siquiera en esa hora extrema.


Levantando el animo, con energía inagotable lucho el joven tlahtoani, convoco a todos a la defensa de su tierra. Lucharon niños, jóvenes, mujeres, ancianos, todos. A pesar de este esfuerzo sobrenatural, a causa de las grandes bajas sufridas, los combatientes comenzaron a escasear. Enfrentando la terrible situación, el 12 de agosto el Tlahtocan dio a conocer, a través de Cuauhtémoc, su último mensaje.



“Nuestro sol se ocultó


Nuestro sol se perdió de vista


Y en completa obscuridad nos ha dejado


Pero sabemos que otra vez volverá


Y nuevamente nos alumbrará


Pero mientras allá esté en la mansión del silencio


Muy prontamente reunámonos, estrechémonos


Y en el centro de nuestro ser ocultemos


Todo lo que nuestro corazón ama


Y sabemos que es gran tesoro.


Destruyamos nuestros recintos al principio creador


Nuestras escuelas, nuestros campos de pelota


Nuestros recintos para la juventud


Nuestras casas para el canto y el juego.


Que solos queden nuestros caminos


Y que nuestros hogares nos encierren


Hasta cuando salga nuestro nuevo sol.


Los papacitos y las mamacitas


Que nunca olviden conducir a los jóvenes


Y enseñarles a sus hijos mientras vivan


Cuan buena ha sido


Hasta ahora nuestra amada patria Anáhuac


Al amparo y protección de nuestros destinos


Por nuestro gran respeto y buen comportamiento


Que recibieron nuestros antepasados


Y que nuestros papacitos muy entusiastamente


Sembraron en nuestro ser.


Ahora nosotros ordenaremos a nuestros hijos.


No olviden informar a sus hijos


Cuán buena será


Cómo se levantará y alcanzará fuerza


Y cuán bien realizará su gran destino


Esta nuestra amada madre tierra Anáhuac.”


Este mismo mensaje se ha encontrado traducido a 13 distintas lenguas indígenas y resuena hasta nuestros días en el Anáhuac, dándole fuerza y esperanza a los mexicanos. Los mexihkas veían venir un ciclo negativo, el de los nueve señores de la noche, que duraría 468 antes de que volviera a salir el Sol en el Anáhuac. Ese ciclo ya se ha cumplido.


Los mexicas se replegaron a Tlatelolco, donde libran la última batalla. Cuando todo estaba ya perdido y para parar la mortandad. Cuauhtémoc se dirige a enfrentar a Hernán Cortés. Iba en su acalli (lancha) acompañado de Tecuixpo, pero es rodeado por una fuerza superior y capturado. Iba a enfrentar a Cortés acompañado por Tetlepanquetzal, tlahtoani de Tacuba, y Coannacoch, tlahtoani de Texcoco. Es decir, iban las cabezas de la triple alianza a cumplir la misión. Ya estando frente a Cortés sacó su puñal y se lo dio al español: mátame con él, le dice… si puedes… retándolo


La terrible y mortífera viruela que azotó a las tropas aliadas defensoras del Anáhuac, diezmándolas, las armas europeas: cañones, fusiles, armaduras, caballos, picas de acero, enfrentaron armas de madera y obsidiana, la falta de unión en el territorio, las tácticas traicioneras y mentirosas de Cortés, todo ello llevó a la derrota.


Al no tener ya alternativa alguna y para evitar más destrucción y muerte, el 13 de agosto de 1521 se rindió México Tenochtitlan, luego de 80 días de feroz resistencia que aún asombra a todo el mundo.


Inició el colonialismo, mismo que hoy se ha transformado en neocolonialismo. La historia nos la enseñan con la óptica española. Han pasado 500 años del asesinato de Moctezuma y todavía hay historiadores que niegan este crimen. Incluso durante la Colonia prohibieron investigar y divulgar la historia y costumbres del Anáhuac.


La mayoría de los historiadores se basa en los documentos coloniales, en los que se impuso la versión más favorable a los españoles, siempre bajo la más estrecha censura de la Corona y de la Inquisición. Por eso hay que recuperar la memoria histórica y poner todo en su lugar aunque los hispanistas se opongan.


Ya prisionero, de la manera mas víl, nuestro héroe Cuauhtémoc, fue sujeto a salvaje tortura, para que informara dónde estaba el tesoro pero valiente guardo silencio total, no le arrancaron una sola palabra a pesar de que le quemaron los pies en aceite hirviendo, y también las manos, lo que confirmó el doctor Cristóbal de Ojeda quien le curó las heridas al tlahtoani. Lo dejaron baldado, no podía moverse, ni comer solo. Pero Cuauhtémoc era un símbolo viviente de la resistencia y temían que encabezara una gran rebelión. Había que matarlo. En medio de la selva dejaron su cadáver colgado de una ceiba sin darle sepultura.


La tradición de Ixcateopan, trasmitida por 400 años vía oral y luego escrita, refiere que al cuerpo de Cuauhtémoc lo rescataron a escondidas, Tzilacatzin y una treintena de sus acompañantes y en el mayor secreto y arriesgando sus vidas, lo trasladaron a su lugar de nacimiento Ixchcateopan de donde era oriunda su mamá CUAYAUHTITALI, siendo su papá el mexica Ahuizotl hijo del tlahtoani Fray Toribio de Benavente, Motolinía llegó a Ixcateopan en 1529 buscando los restos de Juan de Tecto. Enterado del secreto, hizo que sigilosos enterraran a Cuauhtémoc nuevamente.


En Ixcateopan en 1949 los guardianes de la tradición dieron a conocer el secreto, el anuncio del hallazgo conmocionó a México. La arqueóloga Eulalia Guzmán la mejor paleógrafa, a quien el Doctor Salvador Rodriguez Juarez mostro un relicario con dos manuscritos firmados por Fray Toribio Benevente Motolinía en tinta invisible, comenzó la excavación y encontraron un entierro, , una placa de cobre que dice 1525.1529 Rey Coatemo, una punta de lanza y restos óseos con las extremidades quemadas, identificaron que un 85% de los diversos restos óseos encontrados correspondían a Cuauhtémoc. El gran forense y criminólogo Alfonso Quiroz Cuarón certificó la autenticidad del hallazgo. Por lo contrario, comisiones oficiales han negado que sean los restos de Cuauhtémoc con argumentos que rebatieron uno a uno. expertos como el Doctor José Gómez Robleda primer impulsor de estudios periciales de México.


En dos años se cumplirán 500 años del crimen, 500 años de resistencia y el símbolo de nuestro querido héroe Cuauhtémoc sigue inspirando la lucha por vernos libres y soberanos, independientes de todo dominio extranjero.


Las figuras y el ejemplo de los defensores del Anáhuac: Moctezuma, Cuitláhuac y Cuauhtémoc al frente de un pueblo indoblegable siempre seguirán siendo ejemplo en las luchas que hoy libra el pueblo de México contra los nuevos colonialistas. Nuestros héroes nunca serán olvidados.


La memoria histórica no puede ser ocultada, aunque los hispanistas se empeñen en negar la verdad no se puede tapar el sol con un dedo.


La noticia del hallazgo de los venerables restos de Cuauhtemoc, significó una explosión de entusiasmo que levantó el corazón de mexicanas y mexicanos. En este hallazgo jugó un papel fundamental Eulalia Guzman.


En este aniversario 500 del asesinato de Cuauhtémoc será importante recordar a una gran mexicana, que dio mucha luz sobre lo que verdaderamente sucedió a partir de 1519 en nuestras tierras. Eulalia Guzmán, maestra y arqueóloga mexicana es muy recordada en este 500 aniversario de la invasión española, ya que fue una pionera en el rescate de nuestra cultura. Se titulo en 1904 en la Escuela Normal. Desde la época revolucionaria participó en la lucha contra la dictadura al lado de Madero y siempre levantó la bandera de la reivindicación indígena, luego del asesinato de Madero se opuso al dictador Victoriano Huerta y junto con otras mujeres que integraron el grupo “Lealtad”, en plena dictadura llevaba flores al presidente sacrificado en el Golpe Militar auspiciado por el embajador de EU, Henry Lane Wilson. Además audazmente organizaba volanteo, conferencias, mítines y defendían presos políticos.


Se dedicó a la docencia durante décadas, luego estudió Historia y antropología. Entre 1920 y 1924 dirigió la campaña nacional de alfabetización, y diez años después estudió por su cuenta Monte Albán y Mitla. A los 55 años recibe su maestría en Historia. Estudió Filosofía en la UNAM y se doctoró en Massachussets. Organizó y fue jefa del Archivo Histórico del ENAH de 1937 a 1970. En 1934 fue nombrada Jefa del Departamento de Arqueología del Museo Nacional y recorrió parte de la mixteca alta. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas en 1937 a 1940 la SEP le encargó localizar información de la época prehispánica en universidades y bibliotecas europeas. En 1942 realizó diversas exploraciones en Chiapas. De 1940 a 1951 Eulalia Guzmán estuvo a cargo en Ixcateopan, Guerrero, sobre los restos del Tlahtoani Cuauhtémoc.


Fue una apasionada estudiosa del pasado indígena de México y pasó largas temporadas en el extranjero estudiando en las fuentes originales los códices y manuscritos de la historia mexicana. Estudió en las bibliotecas de Oxford, Berlín, Viena, Milán, Valencia y Francia. Su intenso interés la convirtió en la mejor paleógrafa que jamás haya existido en México.


Eulalia Guzmán fue una mexicana que participó en todas las grandes gestas del siglo XX, la oposición al dictador Díaz, la revolución, la lucha contra Victoriano Huerta, la lucha por los derechos de la mujer y su derecho al voto, la alfabetización, la expropiación petrolera y en el Movimiento de 1968 apoyó decidida a los estudiantes contra el autoritarismo del PRI-Gobierno.


Dio luz sobre muchos aspectos de nuestra cultura, cuestionando las historias sobre sacrificios humanos, sobre el papel de Moctezuma, Cuitláhuac y Cuauhtémoc, en la lucha de resistencia contra la invasión, en el sistema económico, político y social de la época precuauhtemica y la lectura de sus libros es imprescindible. Escribió alrededor de 20 libros, algunos como el de “Cartas de Relación de Hernán Cortés” son de lectura obligada.


En 1949 su anuncio de haber localizado los restos de Cuauhtémoc conmocionó a México, en 1962 su reportaje Bomba a la Historia, en la revista Impacto provocó gran polémica entre los avezados estudiosos de la antropología y la historia. De inmediato sus detractores los hispanistas oficiales se dieron a la tarea de negar su trabajo, ridiculizarla y callarla, pero ella hasta los 94 años continuó firme y decidida. Como dato curioso ella nació en 1890 en San Pedro Piedra Gorda, Zacatecas, en el municipio Cuauhtémoc.

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