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Brasil: "Va a aumentar el clima de violencia de cara al ballottage".

Mercedes López de San Miguel. Páginal 12. octubre 3 de 2022

Entrevista a Sonia Fleury Páginal 12


La politóloga destaca el surgimiento del bolsonarismo como actor político.

La intelectual señala que fue inesperada la magnitud de la ventaja del presidente en San Pablo y Minas Gerais. Por otro lado, sostiene que existe un sujeto político en las periferias que resiste los embates de la ultraderecha.

El bolsonarismo se fortaleció con el triunfo de candidatos a legisladores, entre ellos, varios exministros del mandatario ultraderechista. "Son casos emblemáticos, simbólicos, que muestran que el bolsonarismo se ha consolidado más de lo que preveían las encuestadoras, advierte a PáginaI 12 Sonia Fleury, cientista política del Centro de Estudios Estratégicos de la Fundación Oswaldo Cruz. Y agrega de cara al ballottage. "Va a aumentar el clima de violencia".

-¿Cuál es su primer análisis de esta elección?

- Esta elección mostró el avance del bolsonarismo más de lo que se preveía, ya que en el sudeste se esperaba algo más favorable a Lula da Silva, y fue inesperada la magnitud de la ventaja de Bolsonaro en San Pablo, el mayor colegio electoral, y también en Minas Gerais, el segundo colegio electoral. Se consolidó un Senado con candidatos bolsonaristas -se renovaba un tercio- La pastora evangélica Damares Alves, quien fue titular del Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, fue elegida senadora por el Distrito Federal de Brasilia y Teresa Cristina Correa, exministra de Agricultura, ganó una banca por el estado de Mato Grosso do Sul. Son casos simbólicos. El exministro de Justicia Sergio Moro fue elegido senador nacional por el estado de Paraná. El exfiscal Deltan Dallagnol ganó un escaño como diputado federal. (N.de la R: fue acusador de Lula y Moro el juez que lo condenó, en un proceso judicial viciado y parcial). En la Cámara de Diputados ganaron candidatos conservadores emblemáticos, por ejemplo, el exministro de Salud, general Eduardo Pazuelo fue elegido por Río de Janeiro. El exministro de Bolsonaro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, fue electo por San Pablo. Se esperaba un desempeño mejor del PT, del frente democrático.

-- ¿Es clave el control del territorio de las milicias en las periferias y la influencia de las iglesias evangélicas?

- La Universidad Federal Fluminense difundió recientemente el mapa de las milicias mostrando que hubo un crecimiento muy fuerte de su dominio territorial y poblacional, mayor que el de los narcotraficantes. Hoy tienen poder sobre una parte significativa del territorio en Río de Janeiro. Las milicias intentan controlar el voto, así como también los líderes de las iglesias evangélicas, a favor de Jair Bolsonaro. Sin embargo, hay muchos jóvenes que están organizados en colectivos, más culturales que políticos, con música, poesías, y ellos no están con Bolsonaro. Las mujeres en las periferias rechazan al presidente por el aumento del hambre, la pobreza y la violencia, y la manera en que se arma a la población, porque sienten que va en contra de sus familias. Antes las personas tenían vergüenza de decir que vivían en las favelas, además porque el mercado no los aceptaba, pero hoy existe un orgullo de ser de favela, negro, mujer, lesbiana, favelado. Todo eso es una construcción política de insurgencia contra el conservadorismo que privilegia una democracia para las capas medias y los sectores más pudientes. El derecho básico de la democracia de ir y venir no pasa en la favela: si sale un niño negro por la noche caminando en un centro comercial, inmediatamente la policía viene para ver si está robando. Los derechos sociales son denegados a esa parte de la población, que ahora empuja la construcción de una ciudadanía a partir de sus identidades.

- ¿Ese sector es clave para proteger la democracia?

- Es clave para hacer que la democracia se democratice, que no sean solo las élites las que sean elegidas. Marielle Franco, exconcejala asesinada hace cuatro años, es parte de esa construcción: provenía de la favela, era negra, lesbiana y construía un proyecto de salir de la favela, llevando la bandera de la favela. Cambiaron la práctica legislativa, en el Congreso crearon una figura que no existe oficialmente que son las mandatas, un grupo de personas que ejercen la legislatura juntos, aunque una sola es la elegida por ley. Trabajan con un mandato colectivo, en contraste a la práctica legislativa que es personalista al extremo. La propia presencia de esas mujeres impacta en la estética del Congreso: son negras, con sus vestimentas típicas, difícil para los parlamentarios blancos. Y más: Renata Souza y Dani Monteiro, oriundas de las favelas, este domingo fueron reelectas diputadas por Río de Janeiro.

- ¿Cómo prevé que será de acá a la segunda vuelta?

- Preveo un escenario violento, porque están convocando a las personas que están armadas. Ya hubo casos de muertes de simpatizantes del PT y va a aumentar. Toda la estrategia de campaña de Bolsonaro es aumentar el rechazo a Lula, todo el tiempo hablando de corrupción y con las fake news. También fomentar el miedo. Antes había muchas más manifestaciones de los electores, que exhibían su voto, ahora la gente no lo hace. Sólo los seguidores de Bolsonaro que se apropiaron de la bandera del país y de los colores y por donde hay banderas de Brasil son bolsonaristas. La gente que vota por Lula tiene mucho miedo a la violencia. El 67 por ciento de la población tiene miedo.


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Brasil: victoria de Bolsonaro y la ultraderecha

Eric Nepomuceno AFP 3 de octubre de 2022

La ventaja del expresidente de centroizquierda Lula da Silva sobre el ultraderechista y actual mandatario Jair Bolsonaro ha sido de alrededor de escasos cuatro puntos. Si los sondeos y encuestas indicaban una ventaja de entre siete y diez puntos, esa ha sido la primera victoria de Bolsonaro. Pero la segunda y más contundente victoria se dio tanto en la formación de lo que será a partir de 2023 el Congreso como en los gobiernos provinciales.

La verdad es que el abyecto y desequilibrado Bolsonaro sorprendió por cómo obtuvo resultados especialmente positivos en todo el país. A excepción del nordeste pobre, de donde Lula salió para seducir y conquistar todo el país, Bolsonaro ganó en todas las demás regiones. Exceptuando a Minas Gerais en el sudeste, el ultraderechista desmintió todos los sondeos que indicaban una ventaja de Lula que oscilaba entre razonable y amplia.

No hay manera de entender que el general retirado Eduardo Pazuello, que cuando fue ministro de Salud se reveló cómplice del proyecto genocida de Bolsonaro, distribuyendo toneladas de medicamentos que no solo eran probadamente ineficaces contra la covid-19 sino que también provocaban daños colaterales, al tiempo que rehusaba la distribución de vacunas de comprobada eficiencia, haya sido ahora el diputado provincial más votado en Río de Janeiro.

Tampoco resulta explicable cómo Sergio Moro, el juez venal y manipulador que llevó a Lula a la cárcel en un juicio basado exclusivamente en indicios y no en pruebas, salga ahora como el senador más votado en la conservadora provincia de Paraná. Y su cómplice en la manipulación, el coordinador de fiscales Delton Dalagnoll, haya sido electo diputado con los votos que consiguió.

Como senadora por Brasilia se eligió a la exministra de la Mujer, Ciudadanía y Derechos Humanos, Damares Alves. La misma que dijo que se hizo evangélica cuando, subida a un árbol de goiaba, recibió la visita de Jesucristo. Y que, cuando asumió el ministerio, determinó que "los niños se visten de azul y las niñas de rosa". La misma, además, que destrozó todo el aparato de defensa de la Memoria erguido en tiempos de Lula y Dilma como mandatarios.

La verdad es que por todo el mapa brasileño lo que se vio fue el crecimiento furioso o la confirmación de una base amplia y aparentemente sólida que oscila entre la derecha y la ultraderecha.

Sigue siendo bastante amplia la posibilidad de que en la segunda vuelta Lula da Silva logre derrotar a Bolsonaro y volver a la presidencia. Pero igualmente quedó claro que será una batalla bastante más difícil de lo que se preveía.

Y lo que realmente suena preocupante es que, si logra esa victoria, tendrá que gobernar con un Congreso que continuará plagado de aberraciones y con la mayoría de los gobernadores provinciales aliados al ultraderechista que Lula deberá derrotar para volver a la presidencia e intentar salvar el país.

Me permito concluir con una observación personal. La noche de este domingo ha sido una sorpresa y un golpe en mí ya un tanto exhausta alma. Jamás supuse que llegaríamos, luego de estos más de tres años y medio del peor y más asqueroso gobierno desde la redemocratización, a los resultados del domingo.

No se trata de situarse entre uno u otro bando. Se trató y se trata de situarse entre civilización y barbarie. Por más críticas que existan contra Lula, no hay comparación posible. Nunca jamás, siquiera en tiempos de la dictadura que duró larguísimos 21 años, este país ha sido tan destrozado y degradado.

Lula dijo al pronunciarse luego del resultado que no se trata de un final del juego, sino de una prórroga. Lo lamento, Lula. Mi temor es otro: que no se trate de un final del juego, sino de un intento suicida de fin del país.

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