El 10 de abril de 1919 fue asesinado a traición Emiliano Zapata. Durante la Revolución mexicana jugó un papel determinante en el derrocamiento de la dictadura de Porfirio Díaz al tomar Cuautla y de la dictadura de Victoriano Huerta al ocupar Cuernavaca. Al vencer la Revolución, los zapatistas se negaron a desarmarse tal como ordenaba Madero. Una vez que éste tomó el poder el 6 de noviembre de 1911, al no cumplir con los compromisos que había asumido en el Plan de San Luis y negarse a devolver la tierra a los pueblos, Zapata firma el Plan de Ayala el 28 de noviembre de 1911 y se levanta en pos de sus demandas agraristas, exigiendo tierra para los pueblos que habían sido despojados por los hacendados. Posteriormente, al no reconocer Carranza el Plan de Ayala, Zapata se alía a los villistas y continúa su lucha implementando en la zona que liberó, leyes obreras muy avanzadas y leyes que le daban el poder al pueblo de abajo a arriba y todo un sistema de gobierno popular y democrático.
Zapata fue asesinado a traición en la Hacienda Chinameca por los carrancistas un 10 de abril de 1919 pero su ejemplo y su figura han crecido, no solo en México sino en el mundo entero pues fue un mexicano que cumplió con los compromisos que hizo con el pueblo y nunca lucho por fines personales sino por México y su pueblo. Él llamó a la alianza obrero-campesina como factor del triunfo revolucionario y alertó sobre el Imperio yanqui, declarando “Los Estados Unidos se echarán contra nuestra nacionalidad”. A 100 años de su asesinato ¡…Zapata vive…la lucha sigue…!
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