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Chile y la lucha por sus recursos naturales

Rocío Luna


Chile está tomando conciencia de que el capitalismo, patriarcal y extractivista debe ceder para dar paso a los creadores de una nueva sociedad, ya que han vivido en una historia donde el antagonismo existente, entre la clase abusada y desprotegida y la clase abusadora y en el poder, y que se la organización del pueblo va a ser la base para tomar un nuevo rumbo ya que  es imposible de resolver este estado desfavorable para ellos desde la institucionalidad vigente, pues ésta busca perpetuar y ajustar con acuerdos interburgueses, y saben que su lucha va contra aquellos que quieran  intentar  adormecer al pueblo para mantenerlo al servicio de los designio del mercado, con mayor explotación laboral y el aumento del extractivismo de sus recursos naturales.



La clase político-empresarial chilena con sus cómplices externos (multinacionales), buscan adormecer  y moldear el imaginario público de quienes se reúnen y protestan contra sus abusos, utilizando todos los medios posibles, desde la prensa servil oficialista, hasta leyes represivas, como la ley anti Barricadas, ley Anti Capucha, ley Anti Protesta y la idea o proyecto de ley Contra el Derecho a Reunión, por mencionar algunas. Todas estas leyes  proyectan mantener todo un sistema sustentado en la teoría neoliberal, base de todos los abusos que vive el pueblo chileno en educación, recursos naturales, salud, salarios, etc.

Entre las voces que quieren silenciar son aquellas que luchan en contra de la privatización del agua que se enmarca en un contexto histórico de consolidación permanente de una economía extractivista, basada en la explotación intensiva de los recursos naturales, dirigida hacia los mercados internacionales y hacia la producción de ganancias. Y que como consecuencia del favoritismo al mercado capitalista ha traído situaciones de despojo, usurpación y contaminación de los territorios chilenos, mediante la instalación de enclaves productivos, que tienen como única finalidad enriquecer a empresas nacionales y transnacionales a costa de la pérdida de soberanía territorial de los pueblos.


Entre otras protestas de los chilenos está la que se opone a la gran explotación de la minería que  ha sido uno de los ejes productivos del norte de Chile, así como también en menor escala en las zonas centro, sur y austral, siendo el principal causante de diversos desastres socio ambientales, del deterioro de la calidad de vida de los habitantes y de la destrucción de los ecosistemas; y estás industrias mineras actúan sin ninguna restricción del gobierno de lo contrario se ven favorecidos con concesiones de exploración de este recurso natural que le pertenece al pueblo chileno . Lo mismo acontece con la agroindustria y su conformación en agro-negocio en la zona centro y sur, mediante el uso de plaguicidas, semillas transgénicas y el acaparamiento de los derechos de agua, y con la presencia de forestales y salmoneras, entre otras actividades que lo que hacen es el despojo de los recursos naturales chilenos para hacer más ricos a los ricos.


Ahora bien debido al cambio climático, Chile se enfrenta a un estado de estrés hídrico y hoy ocupa el lugar 18 entre los países con riesgo extremadamente alto de carencia de agua. A pesar de la crítica situación, el agua en este país está bajo el control de empresas privadas desde la época de la dictadura de Augusto Pinochet. La consecuencia de la privatización de este bien común, indispensable para la manutención de la vida, es avasalladora: muerte de miles de animales, desplazamiento de poblaciones y condiciones de vida híper precarizadas, especialmente en los sectores más pobres de la sociedad. No obstante, entre las principales actividades económicas de Chile están la mega minería y la agricultura intensiva que como mencioné favorece económicamente a unos pocos ambas demandantes de grandes cantidades de agua para su desarrollo y tienen como consecuencia contaminan el agua. Entre los más afectados por éstos procesos se encuentran los pueblos originarios, en particular la Nación Mapuche que siempre ha presentado resistencia y ahora participa muy activa y enérgicamente en los grandes movimientos.


Si bien el presidente chileno ha presentado una cara amable en el tema de la conservación de los recursos naturales a  nivel internacional, en su país sobran las denuncias y tiene muchos detractores, entre ellos grupos ambientalistas, politólogos y otros expertos, que lo acusan con pruebas de favorecer a las corporaciones y estar de espaldas al pueblo y  la naturaleza en materia ambiental.


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