Irene Sánchez, La Jornada noviembre 7, 2022
Unas 700 personas recorrieron varios kilómetros hasta la entrada principal de la planta de amoniaco, Gas y Petroquímica de Occidente (GPO), y colocaron en el acceso principal un letrero con la leyenda “Clausurado”.Foto La Jornada
Indígenas, mayo-yoreme, ciudadanos, pescadores y ambientalistas de Sinaloa y de Sonora, clausuraron simbólicamente la planta de amoniaco que se construye en la bahía de Ohuira, tras realizar una marcha pacífica desde la entrada de la ciudad de Los Mochis, hasta el puerto de Topolobampo.
Unas 700 personas recorrieron varios kilómetros hasta la entrada principal de la planta de amoniaco, Gas y Petroquímica de Occidente (GPO), y colocaron en el acceso principal un letrero con la leyenda “Clausurado”.
A la marcha salieron habitantes de las comunidades indígenas pesqueros de Paredones, Ohuira, Lázaro Cárdenas, que han emprendido la lucha legal ante la Suprema Corte de Justicia con amparos en revisión 497/2021 y 498/2021 para lograr que avance la construcción de la planta y se les restituya el hábitat natural de la bahía, al ser un sitio ramsar —humedal designado como de importancia internacional bajo el convenio del mismo nombre. La Convención sobre Humedales, conocida como la Convención de Ramsar, es un tratado ambiental intergubernamental establecido en 1971 por la Unesco, que entró en vigor en 1975— donde se rellenaron humedades y arrasaron 28 hectáreas de manglares.
Felipe Montaño Valenzuela, gobernador tradicional de Ohuira, anticipó que su "tierra vale sangre y no está en venta”, tras señalar que la construcción de la planta de fertilizantes es un “monumento a la corrupción”, y que no se han dado cuenta tanto el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como el alcalde Gerardo Vargas Landeros, porque han avalado a GPO.
Montaño Valenzuela, denunció que pese a las advertencias y amenazas de “muerte” que han recibido seguirán firmes en defensa de las tierras, porque los pueblos originarios han librado muchas batallas para conservar sus territorios.
Recordó que la lucha que defienden son sus raíces, la identidad, los usos y costumbres, la lengua de los mayo-yoreme que no está en venta, como sí lo hicieron algunos de los gobernadores tradicionales de los pueblos, y que atentaron con la vida, con la ecología, al canjearse por intereses económicos políticos.
Argumentó que los indígenas solo están buscando que se respeten sus derechos con justicia que siempre han anhelado, porque serán pescadores y ciudadanos los afectados al quitarles el sustento al destruirse el ecosistema de la bahía y con ello que emigren miles de familias de la región
Diversos grupos como Alianza Ambiental de Sinaloa, Sinaloa Despierte y Aquí No de Mochis, de Sonora, de las cooperativas de turisteros de Topolobampo, de Fuerza Mochomo de Guasave, CNTE de Guamúchil, de Culiacán, Mazatlán y de Movimiento de Unidad Socialista, de Camilo Valenzuela, se sumaron a la marcha.
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