Por Itzcuautli Paz
El mercado de los productos alimenticios está altamente influenciado por la publicidad del consumo, tanto en México como en el mundo, las trasnacionales ventajosas con las puertas abiertas del orden económico del capitalismo, más que ofrecer un producto, se plantan como elementos que progresivamente van delimitando nuestros patrones de consumo, dañando la salud física y mental, devastando los recursos naturales como el agua.
Coca cola es una trasnacional que tiene alta influencia en todo el mundo, aunque existen otras trasnacionales refresqueras, esta representa la bebida acostumbraba, México es el segundo país donde más refrescos se consumen, siendo Chiapas la región donde más se bebe este refresco, al 3% de niños menores de seis meses, sus madres les dan Coca-Cola, existe un alto consumo sin ningún control, la cantidad de puntos de venta es excesiva. Justo en San Cristóbal de las Casas, Chiapas existe una gran explotación del agua por parte de la trasnacional, organizaciones y grupos defensores solicitan la intervención del gobierno para revocar la concesión de extracción de agua de esta corporación para la elaboración de sus productos.
En los ochenta esta bebida gaseosa se promocionaba como un tónico medicinal para los nervios y el cerebro, posteriormente se le adiciono el gas, hasta convertirse en uno de los refrescos de mayor consumo en muchos países. Con perversas estrategias comerciales y laborales, esta trasnacional se ha introducido, estimulando el consumo, incluso por encima del agua.
Comercializan una fórmula para la muerte. Esta bebida causa grandes afecciones a la salud, contiene alrededor de 10 cucharadas de azúcar, la tercera parte de cafeína que una taza de café, la misma cantidad de ácido fosfórico que un zumo de naranja, esta combinación genera que el cuerpo pueda retener el líquido, aunque la cantidad de azúcar es la necesaria para vomitar, contiene un colorante (4 MEI) que resulta cancerígeno, una lata de Coca Cola de 355 miligramos contiene 130 microgramos de 4 MEI, ocho veces más de lo permitido.
Minutos después de consumirla, el nivel de sangre se dispara, las pupilas se dilatan y la presión arterial aumenta. Similar a la heroína, el cuerpo produce más dopamina, neurotransmisor que controla los centros de placer en el cerebro. El consumo de altos niveles de azúcar trae como consecuencia diabetes, hipertensión, obesidad, entre otros.
Esta multinacional va sobre la explotación del agua y termina desabasteciendo a las comunidades para la producción de su bebida, utiliza una gran cantidad de agua, dejando sin la misma a las comunidades, aunque argumenta que solo se ocupa 1.9 litros de agua para producir un litro de Coca Cola, son muchos más los que se utilizan en todo el proceso de producción.
No solo se enriquece a costa del daño a la salud a sus consumidores, y el desabasto del agua, explota a sus trabajadores. En diciembre del año pasado despidió a 2 mil 200 trabajadores, 0.17% de su fuerza laboral en el mundo, desde agosto del año pasado empezó a persuadir a los empleados a solicitar su despido voluntario. La compañía dijo que utilizará sus ahorros para invertir en marcas en ascenso como Minute Maid y Simply, y financiará el lanzamiento de nuevos productos como Topo Chico Hard Seltzer, Coca-Cola Energy y el agua burbujeante Aha, a costa del despido de miles. Más factura millones de dólares al mes.
Este tiempo de pandemia nos ha dejado clara la importancia de mantener una buena, salud que es el resultado de buenos hábitos alimenticios, acondicionamiento físico, descanso y tranquilidad emocional.
Además del cuidado en la alimentación, el estado tiene la obligación de crear normas que regulen la comercialización o prohíban los productos alimenticios y bebidas nocivas, así como regular las campañas publicitarias, y poner freno a el uso excesivo del agua por parte de estas corporaciones, que revoque las concesiones actuales que dejan sin agua para la vida.
Ni el pueblo, ni su gobierno puede seguir permitiendo que se consuman refrescos en lugar de agua.