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¿FRACKING? O ROMPER NUESTRO PEQUEÑO PLANETA

Daniela Anguiano


El Presidente, el Lic. Andrés Manuel López Obrador, en su campaña prometió que se iba a prohibir el fracking, o fractura hidráulica. Pero ¿qué es eso? Desde su nombre suena a nada bueno. Pues resulta que ahora los pozos, o perforaciones para obtener los jugos de la tierra no solo se hacen hacia abajo sino que ahora la tecnología permite dar vuelta en las profundidades de la tierra y perforar horizontalmente hacia los lados. A esto le sumamos lo que se conoce como fracking o fractura hidráulica que consiste en inyectar por estas perforaciones agua a alta presión a la que se han agregado sustancias como metanol, ácido clorhídrico y destilados de petróleo y otros componentes para fracturar la roca y extraer el gas natural atrapado en esta llamado gas Shale o gas de esquistos. Lo curioso es que no haya alguna preocupación por el hecho de fracturar las rocas sobre las que estamos parados y a las que les tomó millones de años formarse y nosotros las rompemos así como así y así se quedarán, fracturadas, hasta que el hombre se extinga y aún más. Pero otra preocupación a la que se le ha puesto mayor atención es saber que ocurre con todas estas sustancias que se inyectan en la tierra y se desparraman por todas las cuarteaduras que el mismo fracking produce y otras que hallan existido previamente, si estas sustancias llegan a los mantos acuíferos, de donde obtendremos el agua para beber, para la agricultura, para el uso en nuestras casas y el la industria. ¿Acaso tenemos que exprimir nuestro pequeño planeta al máximo y sacarle hasta la última gota de sus recursos como si fuera una naranja que exprimimos hasta dejarla seca? Realmente creo que la naturaleza nos brinda muchas alternativas para obtener la energía que necesitamos sin necesidad del gas Shale. Un nuevo estudio de la Universidad Boulder de Colorado sobre cientos de químicos encontrados en el fracking muestra que al menos 15 son preocupantes como potenciales contaminantes del agua subterránea basándose en su toxicidad, movilidad, persistencia y frecuencia de uso.


Los riesgos que presenta el fracking son la desviación de recursos hídricos, dada la demanda de agua para esta práctica (se usan entre 11 y 18 mil litros por pozo) y la prioridad que los gobiernos neoliberales dieron a esta industria sobre la seguridad o intereses de los habitantes de las zonas que se desean explotar, la ya mencionada contaminación de suelos, aguas superficiales, mantos acuíferos y atmósfera, los daños a la salud causados por estos contaminantes en agua, aire y alimentos, sismos causados por la inestabilidad del suelo fracturado, hundimientos en las viviendas, como se ha visto en poblados de Nuevo León y otros estados, problemas sociales por la preponderancia de los intereses de las empresas de fracking sobre los intereses de la sociedad en sus campos y terrenos. Es tal la expansión de esta nefasta industria que por ejemplo, en Estado Unidos cerca de 18 millones de personas viven cerca de áreas de extracción de gas Shale. Estudios muestran que en estas áreas se degrada la calidad del aire, el agua superficial y subterránea, el suelo se contamina, existe una mayor exposición al ruido y la contaminación por luz. Las personas que viven a menos de 1.5 kilómetros de estas áreas tienen mayor riesgo de ser hospitalizados por diversas razones como problemas neurológicos y cardiacos, cáncer, asma y en estas áreas se ha detectado mayor incidencia de nacimientos prematuros, bajo peso al nacer, defectos en el tubo neural y defectos cardiacos congénitos.


Las consecuencias del fracking se hacen evidentes en todas partes. En áreas como Oklahoma han aumentado los terremotos y esto se atribuye probablemente al fracking. En la Confederación Mapuche de Neuquén en 2014 ocurrió un derrame de residuos tóxicos que hasta el día de hoy no se ha podido resolver. En Colombia, en la vereda Pita Limón de San Martín, Cesar, se encontraron rastros de una sustancia aceitosa en el agua extraída de pozos subterráneos para consumo doméstico en un área de extracción por medio de fracking.

Los países que han prohibido el fracking son Francia, Bulgaria, Alemania, Reino Unido, República Sudafricana, República Checa, España, Suiza, Austria, Irlanda del Norte, Italia, República de Irlanda.


En México se han perforado pozos de fracking en varios estados como Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Veracruz. A pesar de la decisión del presidente de prohibir el fracking, hay proyectos aprobados para la extracción no convencional de hidrocarburos que implican el fracking. Ya se han presentado iniciativas para prohibirlo en las cámaras del congreso que están en proceso. Urge su discusión, aprobación e implementación y decir adiós para siempre a esta práctica nefasta y destructiva que la ambición desmedida de seres enfermos de avaricia quieren aplicar a toda costa por todo el mundo. Esta política extractivista que pretende sacar todos los recursos naturales de la manera más rápida posible, solo puede dejar destrucción y desolación del medio ambiente y daños a la salud y la calidad de vida de la gente.


Celebramos las políticas del Lic. López Obrador en el tema del fracking pues México no es abrevadero de la ambición de consorcios insaciables.


Nota: Recientemente la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) aprobó un plan de Pemex para usar ‘fracking’. Es para la exploración del campo AE-0387-2M-Humapa, entre Veracruz y Puebla, que contempla recursos no convencionales de aceite y gas en lutitas. (La Jornada. 25/6/19). Sin embargo el Presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que no habría fracking.


Algunas organizaciones que se oponen al fracking en México son las siguientes, a las cuales te puedes adherir pues solo unidos lograremos frenar a las sedientas transnacionales:











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