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Cuba lidera lucha mundial contra pandemia de Covid-19

- Isaac Saney -*

TML Monthly Núm 8 - marzo 21 de 2021

*Isaac Saney es especialista en Cuba en la Universidad Dalhousie en Halifax y copresidente y portavoz de la Red Canadiense en Cuba.

Cuba sigue recibiendo reconocimientos internacionales por su singular papel en la lucha global contra la pandemia COVID-19. Esto se ilustra con las numerosas nominaciones del contingente médico internacionalista de Cuba -la Brigada Médica Internacional Henry Reeve contra Desastres y Epidemias Graves- para el Premio Nobel de la Paz 2021.


Muchos países se basan en la experiencia de Cuba en la lucha contra el COVID-19. Casi 4.000 médicos de al menos 39 países y territorios han participado y participan en la primera línea de la lucha contra el coronavirus en América Latina, el Caribe, África, Asia, Europa y Oriente Medio. El Caribe y América Latina se han beneficiado particularmente, con brigadas médicas cubanas en Jamaica, Barbados, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Haití, Santa Lucía, Surinam, Granada, Dominica, San Cristóbal y Nieves, México, Belice, Venezuela y Nicaragua. El personal de atención médica de Henry Reeve está organizado en brigadas dependiendo de la solicitud local. Hasta la fecha, 55 brigadas de este tipo han servido en el extranjero durante la pandemia, y varios países han solicitado la asistencia de una segunda brigada cuando su carga de casos se disparó.

Cuba también ofrece regímenes de tratamiento, algunos de los cuales no están disponibles en los Estados Unidos. Un componente clave de los protocolos que se utilizan en la isla y en las misiones médicas es el Interferón Alfa 2B Recombinant (IFNrec) de Cuba. Revistas científicas como The Lancet y la World Journal of Pediatrics han reconocido el impacto de IFNrec. Se ha utilizado contra diversas infecciones virales para las que no hay terapias específicas disponibles, habiendo demostrado su capacidad para activar el sistema inmunológico del paciente e inhibir la replicación viral. En Cuba, el IFNrec se ha utilizado con éxito para combatir los brotes de fiebre hemorrágica del dengue y conjuntivitis, así como para tratar la hepatitis B y C. También demostró eficacia en la lucha y la protección contra las infecciones causadas por varias versiones del coronavirus, como el SARS-CoV (el coronavirus del brote de 2002) y el SRAS y el MERS-CoV (coronavirus del brote de 2012).

Ifnrec es una parte crucial de los protocolos de tratamiento cubanos y también se utiliza como una medida preventiva para proteger a los trabajadores de la salud del contagio. Varios países han incorporado Ifnrec en sus protocolos nacionales y directrices clínicas para el tratamiento covid-19, donde es un componente crucial del tratamiento antiviral para combatir el coronavirus. Interferón nebulizado Alfa 2B también se recomienda como tratamiento para niños y mujeres embarazadas con COVID-19. Si bien IFNrec no es una panacea, ha demostrado una promesa considerable como respuesta terapéutica al COVID-19 para impulsar la respuesta del sistema inmunitario. Además, a itolizumab y biomodulina T, desarrolladas en Cuba, se les ha atribuido la reducción del número de muertes por COVID-19 y la aceleración de la recuperación, especialmente en pacientes de alto riesgo.

Cuba también está probando cuatro candidatos a la vacuna COVID-19: Soberana 1 y Soberana 2, desarrolladas por el Instituto de Vacunas Finlay, y Mambisa y Abdala, producidas por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología. Hasta la fecha los resultados han sido muy alentadores. En el momento de escribir, tres de los candidatos se encuentran en la fase 1 o fase 2 de los ensayos clínicos. Soberana 2 ya está en fase 3 de pruebas, con Abdala listo para comenzar a finales de marzo. Estas etapas de prueba evalúan la eficacia y la seguridad. Todos los candidatos deben pasar las pruebas de fase 3 en las que la eficacia y la seguridad se confirman aún más mediante ensayos ampliados que abarcan a miles de personas. Si pasan con éxito esta etapa, Soberana 2 y Abdala estarán muy cerca de la aprobación final para su uso en Cuba y el mundo. La Habana ya está haciendo preparativos para la producción en masa.

La isla caribeña tiene una considerable experiencia en el diseño, desarrollo y fabricación de vacunas. Actualmente, la industria biofarmacéutica de Cuba ya produce ocho vacunas que son parte integral del programa de inmunización de la isla. En la década de 1980, desarrolló la primera vacuna contra la meningitis y, también, produce una vacuna contra la hepatitis B.

El gobierno cubano planea vacunar a todos los cubanos contra el COVID-19 a finales de 2021. Las vacunas también estarán disponibles para los visitantes. La Habana también tiene la intención de producir 100 millones de dosis de vacunas para su uso en todo el Sur mundial, y varios países ya han reservado dosis. La exportación de productos farmacéuticos cubanos se gestiona a través de la empresa estatal BioCubaFarma, que actualmente distribuye más de 300 productos a por lo menos 50 países. Rolando Pérez Rodríguez, Director de Ciencia e Innovación de BioCubaFarma, destacó el objetivo de La Habana: "En el segundo semestre del año, podremos inmunizar a toda la población, y también proporcionar dosis a los países que lo requieran. Se trata de compartir con el mundo lo que somos, la respuesta que Cuba puede dar al problema de la pandemia".

Impulsar la producción de vacunas de Cuba no es sólo la determinación de proteger y preservar la salud del pueblo de Cuba y del mundo, sino también el ejercicio y la defensa de la soberanía y el derecho de autodeterminación. Por ejemplo, Soberana significa soberanía en español, mientras que Abdala lleva el nombre del famoso poema de José Martí, héroe nacional de Cuba y principal intelectual, autor y organizador de la guerra de 1895-1898 para liberar a Cuba de la dominación colonial española. Mambisa es una referencia directa a los combatientes de liberación nacional de Cuba durante las guerras por la independencia del siglo XIX.

En este tiempo de pandemia, el humanitarismo médico internacional de Cuba refleja la historia y dedicación de la isla en las últimas seis décadas para concretar la solidaridad internacional. Bajo el liderazgo de Fidel Castro, Cuba estableció un legado incomparable del internacionalismo: apoyar activamente y participar en las luchas anticoloniales y de liberación nacional y las aspiraciones de desarrollo social y emancipación de los países del Sur global. Desde principios de la década de 1960, más de 400.000 trabajadores sanitarios cubanos han prestado servicio en 164 países. En el sur de África, más de 2.000 cubanos dieron su vida para derrotar al régimen racista del apartheid en Sudáfrica. Nelson Mandela nunca lo olvidó. Después de salir de prisión, uno de los primeros países fuera de África y el primer país de América Latina que eligió visitar fue Cuba.

Hoy en día este compromiso con la humanidad se refleja en los miles de médicos y educadores cubanos que continúan sirviendo en todo el mundo. Muchos de los médicos que ahora participan íntimamente en la lucha contra el COVID-19 forman parte de la Brigada Internacional Henry Reeve, especialmente entrenada, que se distinguió en la lucha contra la epidemia de ébola 2014-2016 en África Occidental.

Como La Habana proporciona una valiosa asistencia internacional, también está participando en su propia lucha contra el COVID-19 en la isla. Lo está haciendo ante una implacable guerra económica librada por Washington contra el pueblo de Cuba, una guerra que limita el acceso de la isla a los equipos y otros artículos necesarios para preservar la salud de los cubanos. Bajo el régimen de Trump, la guerra económica de Estados Unidos contra Cuba alcanzó niveles sin precedentes con más de 240 medidas distintas dirigidas contra la nación insular.

Hay que destacar como el epítome de la duplicidad fue la designación de Cuba por los Estados Unidos como patrocinadora del terrorismo de Estado. Es Cuba, desde 1959, la víctima de todo tipo de ataques terroristas que se han llevado a cabo con la complicidad, participación y patrocinio de Washington. Muchos de estos actos de terror fueron lanzados directamente desde y/o planeados en los Estados Unidos. Unos 3.478 cubanos han muerto y 2.099 han resultado heridos como consecuencia de estos actos de terrorismo.

Esta última medida del régimen de Trump reflejó el fracaso de Washington para aislar a Cuba en las relaciones internacionales y la opinión pública. Este fracaso es conmovedoramente subrayado por el creciente movimiento global -que abarca parlamentarios, figuras prominentes del mundo, académicos distinguidos y múltiples peticiones- para otorgar a la Brigada Internacional Henry Reeve de Cuba el Premio Nobel de la Paz 2021. Estas nominaciones argumentan en cambio que es Cuba la que muestra al mundo un modelo de relaciones internacionales que se opone diametralmente al terrorismo.

A pesar de la continua agresión estadounidense, Cuba sigue priorizando la salud y la vida de sus ciudadanos. Por ejemplo, a pesar de tener una población similar en tamaño al condado de Los Ángeles en los Estados Unidos, Cuba tiene más de 70 veces menos muertes por COVID-19. En el caso de la ciudad de Nueva York, la tasa de mortalidad de Cuba es más de 100 veces menor. El gobierno cubano afirma y defiende que la atención médica es un derecho humano y coloca el bienestar de su pueblo en el centro de sus políticas y decisiones políticas. Cada cubano es visitado regularmente por un médico y tiene acceso gratuito a todos los protocolos de tratamiento disponibles en la isla.

Hay un creciente reconocimiento de que el ejemplo de Cuba necesita ser globalizado. Una pandemia es por definición global. Sin duda, frente a esta amenaza mundial, ahora es el momento de la cooperación médica internacional y la solidaridad. Un momento para los esfuerzos conjuntos para hacer frente al COVID-19. Un momento para dejar a un lado las diferencias políticas para salvar vidas. Como declaró el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, el 27 de marzo de 2020: "La humanidad enfrenta un desafío común. Esta pandemia no respeta fronteras ni ideologías. Amenaza la vida de todos, y es responsabilidad de todos abordarlo".

Esto es especialmente imperativo, ya que las fisuras y abismos sociales, las desigualdades históricas y prevalentes, las desigualdades y disparidades, particularmente en el sistema de salud, no sólo han estado marcadamente expuestas, sino también amplificadas. Reconociendo este imperativo, 15 ciudades, estados y consejos laborales estadounidenses, en la actualidad, han aprobado resoluciones que piden colaboración médica y cooperación con Cuba.

Las misiones médicas internacionalistas cubanas son la expresión vivida de los dreamcatchers simbólicos. Así como los dreamcatchers sólo permiten que pasen buenos sueños, evitando pesadillas, también las misiones internacionalistas médicas cubanas hacen todo lo posible para evitar que las pesadillas de la enfermedad lleguen a la gente. Frente a la pandemia COVID-19 que asola el mundo, en un mundo plagado de peligros de la conflagración planetaria, las brigadas médicas cubanas demuestran que las relaciones entre las naciones y los pueblos del mundo no tienen que estar determinadas por el interés propio y la búsqueda del poder y la riqueza. Nos sostienen el ejemplo inspirador de que es posible construir relaciones basadas en una solidaridad humana genuina.

Cuba también se encuentra en medio de un importante proyecto interno de rectificación y renovación económica. El contexto inmediato es la unificación monetaria y la reciente expansión significativa del sector no estatal, es decir, el autoempleo y la actividad económica privada. El contexto más amplio es la serie de medidas económicas de más de una década para abordar las ineficiencias y distorsiones del modelo económico cubano. A medida que se están implementando los nuevos acuerdos, el gobierno cubano ha reafirmado repetidamente su compromiso de que nadie será abandonado o dejado para valerse por sí mismo. Todas las garantías sociales siguen vigentes, incluyendo la atención y educación sanitaria gratuita universal y una serie de otros programas sociales.

El objetivo de la reestructuración es fortalecer los programas sociales, no privatizarlos ni desmantelarlos. Como afirmó el expresidente cubano Raúl Castro, el objetivo es lograr un socialismo sostenible y próspero. Sin embargo, no es una pequeña hazaña para ningún país superar la crisis económica mundial de una manera que favorezca a su pueblo, no a los monopolios globales. Naturalmente surgen una serie de preguntas: ¿Cómo se verá afectado por las nuevas políticas económicas el compromiso histórico de la Revolución Cubana con el objetivo de la igualdad -- especialmente el género y la equidad racial?? ¿Estas medidas implican salidas fundamentales de la praxis anterior de la Revolución Cubana?

En toda Cuba, un eslogan frecuente adornado en vallas publicitarias es: "Cada día en el mundo 200 millones de niños duermen en las calles. Nadie es cubano." Tal vez, en estos tiempos inciertos, frente a inmensos desafíos, esto resume mejor lo que Cuba representa y se esfuerza por ser.

(Stabroek News, 8 de marzo de 2021)

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