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CUMBRES BORRASCOSAS

La OTAN, la CELAC y la Unión Europea ante la reconfiguración global


POR JORGE ELBAUM COHETE A LA LUNA JULIO 23, 2023


El último martes concluyó en Bruselas la 3ª Cumbre Birregional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y la Unión Europea (UE), en la que participaron un total de 60 países. El anfitrión del encuentro fue el español Pedro Sánchez, quien preside en la actualidad el bloque de 27 países europeos. La CELAC fue creada en 2010 y desde 2013 se llevan a cabo encuentros entre ambas asociaciones, con el objetivo de profundizar los niveles de integración y cooperación. La cumbre estuvo atravesada por cuatro ejes centrales: el conflicto bélico que se desarrolla en Ucrania, la necesidad europea por limitar la influencia de China y Rusia en Latinoamérica, la temática de la soberanía argentina de las islas del Atlántico sur y la legitimidad de Cuba, Venezuela y Nicaragua para ser parte de la Cumbre.


El encuentro desarrollado en la sede del Parlamento Europeo se concretó pocos días después de la reunión de la OTAN efectuada en Vilna el 11 y 12 de julio. En ese encuentro, se rechazó el ingreso de Ucrania a dicha asociación militar para evitar una generalización de la guerra en toda Europa. El mandatario estadounidense Joe Biden declaró en una entrevista ante la CNN, previo a su viaje a Vilna, que “la guerra de Rusia en Ucrania debe terminar antes de que la alianza pueda considerar la incorporación de Kiev a sus filas”. Agregó que su esperanza y expectativa se vinculan con que “Ucrania realice avances significativos en su ofensiva y que eso conduzca a una solución negociada en algún momento”.


Acomodándose a las advertencias de Moscú, la OTAN no fijó un calendario concreto para el ingreso oficial de los ucranianos, a pesar de que Volodimir Zelensky recordó que su país espera desde hace 15 años el ingreso a ese colectivo militar. La OTAN recibió la petición en la reunión de Bucarest de 2008 y no ha dado ninguna respuesta hasta la actualidad. Sin embargo, su apoyo logístico, sus armas y sus satélites se han desplegado de forma uniforme por todo el territorio ucraniano desde el golpe de Estado de 2014, promovido por Washington.



La frustración de los militares de Kiev y de variados funcionarios del Pentágono se vio ahondada en Bruselas con la negativa de la CELAC a recibir a Zelensky y a tomar partido a favor de la OTAN en el conflicto europeo. El propio Presidente ucraniano declaró que varios mandatarios latinoamericanos “se habían opuesto a su participación en la cumbre birregional con la UE, a la que había sido invitado por el actual presidente del bloque, Pedro Sánchez”. A pesar de este primer fracaso, los líderes del Parlamento Europeo intentaron arrastrar a la CELAC a una toma de partido a favor del atlantismo, condición que no se vio expresada –de forma terminante– en la declaración final.


El punto 15 del documento final de la Cumbre expresa “profunda preocupación por la guerra en curso contra Ucrania, que sigue causando un inmenso sufrimiento humano y está agravando debilidades ya existentes en la economía mundial, limitando el crecimiento, aumentando la inflación, perturbando las cadenas de suministro, incrementando la inseguridad energética y alimentaria e intensificando los riesgos para la estabilidad financiera”. Y sostiene: “En este sentido, apoyamos la necesidad de una paz justa y duradera”. La referencia a “una paz justa y duradera” remite a garantizar la seguridad futura de todos los actores involucrados, sin desatender –incluso– las amenazas que supone una OTAN que pretende intimidar a Rusia. La neutralidad fue el posicionamiento mayoritario exhibido por los integrantes de la CELAC, quienes se opusieron de forma categórica a condenar a Moscú, tal cual fue reclamado por los mandatarios de la UE.


El único latinoamericano que se alineó con Bruselas fue el chileno Gabriel Boric, quien catalogó al conflicto como una “inaceptable guerra de agresión imperial” de parte de Rusia. En una posición opuesta, la delegación nicaragüense se negó a firmar la declaración final por considerar que el conflicto bélico debía considerarse como el resultado de una provocación de la OTAN. En relación al posicionamiento de Boric, el Presidente brasileño consideró que el chileno “es un joven sediento y apresurado” y que carecía de experiencia en citas internacionales.

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