EL PARTIDO DE LA CLASE OBRERA TIENE UN ROL QUE CUMPLIR
Adrián Juárez
Siendo millones los trabajadores, decenas de millones los sectores populares y de mexicanos que somos oprimidos, abusados, sometidos, ¡¿Cómo no podemos vencer al grupúsculo de corporaciones que los dominan?! Claro que podemos, tenemos todo el potencial para transformar las cosas.
La unión de decenas de millones de mexicanos nos haría invencibles. Ya logramos derrotar a la dictadura del PRIAN, ahora necesitamos la Cuarta Transformación, rompiendo el neo liberalismo y el neo colonialismo.
La estrategia del Imperio es la de dividir explotando todo tipo de divisiones, raciales, de origen nacional de sexo y género, edades, nivel socioeconómico, partidos políticos, religiones, estilo de vida, etc. Pero además busca dividir y confrontar toda organización social, política, sindical y de todo tipo.
La nuestra es la unidad del pueblo en su lucha por la soberanía, contra las corporaciones y el Imperio Yanki, por la liberación nacional y social. La unidad de todo el pueblo por encima de divisiones contra una ínfima minoría de rapaces y grandes explotadores que acumulan la riqueza y acaparan los recursos naturales a costa de todos. Contra éstos intereses, por muy poderosos que sean puede más la unidad del pueblo.
Esta lucha la dan todos los sectores, sindicatos, organizaciones campesinas, colectivos de mujeres, de jóvenes, maestros y normalistas, grupos artísticos y culturales, intelectuales, movimientos sociales de comerciantes, solicitantes de vivienda. Al interior de las organizaciones debe siempre buscarse la unidad.
Para estar unidos, hace falta necesariamente la toma democrática de las decisiones y el ejercicio transparente en las negociaciones y en la administración de recursos. La corrupción divide y desmoraliza.
La organización política, forma superior de organización tiene como tarea unir, para lo cual es primordial unirse a su interior. Todo un trabajo que implica la más amplia participación, los acuerdos precisos y el esfuerzo conjunto por llevar adelante esos acuerdos. El objetivo: la solución de los problemas más urgentes y la fuerza para encaminarse a resolver los más necesarios.
Todo lo que atente contra la unidad lleva a la derrota por lo que hemos de recordar el poema de León Felipe que dice: “Voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo, porque no es lo que importa llegar primero y solo, sino con todos y a tiempo”.
UNA DIRECCIÓN QUE GARANTICE LA UNIDAD DE PENSAMIENTO Y ACCIÓN.
Conjuntar esfuerzos, encauzar la discusión de los problemas y de sus soluciones, perseverar en el cumplimiento de las tareas, estimular el trabajo, la creatividad, la participación es tarea de una dirección. Sin una dirección capaz los esfuerzos no se realizan ni se logran victorias.
En el partido de la clase obrera, el colectivo tiene un fin: lograr terminar con la opresión y la explotación entre los seres humanos. El objetivo es muy grande. Pero decía Lenin “solo los grandes objetivos despiertan grandes energías”.
Para unir voluntades para la acción hace falta la más amplia participación e involucramiento en la toma de decisiones de toda la base, los cuadros medios y la dirección. Que todos los miembros del Partido asuman su responsabilidad en cumplir los acuerdos con creatividad y tenacidad, y hace falta una dirección eficaz que conjunte todos los esfuerzos, que asuma también plenamente su responsabilidad como dirigentes para hacer valer la voluntad colectiva, para aplicar en la lucha cotidiana la línea aprobada por el Partido, con tenacidad, energía y paciencia.