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DÍA DE REYES

Ana Arenas


El día 6 de enero se conoce como el Día de Reyes. Los niños les piden regalos a los Reyes y éstos sí pueden, generosos se los envían. Que contentos quedan las niñas y niños con los Reyes.


Recibí un meme que decía: Tú ¿Qué le vas a pedir a los Reyes? … la respuesta: ¡Que abdiquen!


Me hizo reír y pensar: Oh … si, eso de la monarquía es antigualla … creer en reyes, reinas y princesas ya es algo obsoleto.



Sabemos que originalmente se le entregaba la Soberanía al Rey que era “el soberano”, posteriormente se reconoció que el pueblo es el soberano pero que depositaba su soberanía en el Rey. Al derrotar a la monarquía y al colonialismo se llegó a concluir que el pueblo era el soberano.


En México el 6 de noviembre de 1813 el Congreso de Chilpancingo encabezado por José María Morelos desconoció al Rey de España y a la Monarquía e instituyó la República. En México quedaron prohibidos los títulos nobiliarios. Bien hecho porque los Reyes se adueñaron de nuestras tierras, saquearon plata y oro, esclavizaron a la población y realizaron un genocidio.


Los reyes que en cuentos de hada son buenos, generosos, magnánimos, en la historia mundial han sido crueles y despiadados. Instituyeron la Inquisición para quemar vivos a quienes pensaran diferente, nos cargaron de impuestos para beneficiarse y se impusieron a sangre y fuego.


A nivel mundial, han encabezado guerras, robos y masacres. Los reyes europeos se adueñaron de Asia, África y América y esclavizaron a su gente. En su nombre se estableció el colonialismo y se sometió a pueblos y naciones.


Monarcas europeos, franceses y austriacos invadieron México en 1862 y provocaron una guerra de liberación que causó muerte y sangre. Maximiliano decretó el 3 de octubre de 1865 pena de muerte al mexicano que defendiera a su patria. Su suegro el Rey Leopoldo, padre de Carlota mató a la mitad de la población del Congo a quienes usó para la producción de caucho. A quien no trabajaba al ritmo que exigía el Rey le mutilaban los brazos y hasta las piernas. Horrenda suerte que sufrieron miles de personas.


El siglo XX vio como los reyes eran derrocados por pueblos cansados de su despotismo, en Italia, Francia, Grecia, en Rusia, Rumania, Albania, Bulgaria, Yugoslavia, Islandia, Austria, Hungría, Alemania, Finlandia, Checoslovaquia, Polonia, Portugal. En España solo el fascismo restableció la monarquía por órdenes de Francisco Franco. Y en África y Asia los pueblos se liberaron de esos reyes. Quedan rezagos monárquicos en Inglaterra , en España y subsisten en medio de grandes escándalos, en Canadá que todavía tiene como Jefa de Estado a la Reina de Inglaterra. Pero aunque subsisten rémoras, en el siglo la monarquía pasó a la historia hace muchas décadas.


Pero en el imaginario social todavía se habla con la vieja idea. "Eres mi rey, mi hija la princesa, vistes como reina, es un príncipe". La cultura tarda siglos en evolucionar.


La monarquía se ha sustituido paulatinamente desde fines del siglo XVIII por una democracia que hoy encarna el sistema de partidos que por cierto ya es obsoleta también en todo el mundo y no ha resuelto los problemas que atravesamos en el siglo XXI.


La soberanía que antes se entregaba a los reyes es manipulada por el sistema de partidos. Hace falta la renovación democrática porque el régimen del PRI y el PAN legó un viejo régimen en el que financiamos con nuestros impuestos un sistema electoral obsoleto y a partidos a los que detestamos, con candidatos que luego se voltean, que prometen y no cumplen. Así fue desde Salinas hasta Peña. Elegimos representantes que sirvieron a sus intereses y no a los del pueblo. En 2018 cayó el viejo régimen. Es hora de que la soberanía popular sea efectiva. En México ya se inició una transformación hace falta una profunda renovación democrática, otro sistema electoral y político para que el pueblo mande y se cumpla la voluntad popular. Hay que dejar de financiar a los partidos y canalizar recursos para un sistema de elección democrático. Que sean los electores seleccionen candidatos no las cúpulas partidarias, elecciones, de programas y las propuestas no de dinero y publicidad de campaña sean de cumplimiento obligatorio, no promesas mentirosas. Hace falta la renovación democrática y tener la soberanía en nuestras manos, no en manos de los reyes, ni en el de sistemas que nos quitan soberanía.


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