Valentina Galeana
La Casa del Obrero Mundial (COM) se fundó el 15 de julio de 1912, en el contexto del ascenso revolucionario de las masas mexicanas, incitadas por el movimiento político encabezado por Francisco I Madero. Durante el primer semestre de aquel año, en el cual se desató una oleada de huelgas, la clase obrera planteó sus reivindicaciones y exigencias a los patrones, tras más de 30 años de dictadura porfiriana, mismas en las que padecieron un sinfín de represiones por parte del régimen.
Madero inició su campaña en 1910, se acercó al sector obrero prometiendo mejoras administrativas, sin mucha intención de cumplir con los ofrecimientos; aunque claramente Madero y sus allegados entendían el papel de los trabajadores, por esa razón intentaron cooptarlos y engañarlos por medio del Departamento del Trabajo para que le sirviera de base social.
Cuando esto no puede suficiente, el gobierno del “apóstol de la democracia” recurrió a la represión lanzada contra los trabajadores a mediados de 1912, lo que condujo a la radicalización del movimiento obrero, el resultado fue precisamente la fundación de la casa del obrero y su desarrollo como organización independiente.
En la casa del obrero se presentó un resurgir del anarquismo, ya que esta organización por un lado se alimentó de inmigrantes algunos procedentes de España y otros de Estados Unidos y del otro lado desde el punto de vista de la experiencia nacional hubo una importante, aunque indirecta influencia del Magonismo, algunos de sus exmilitantes estuvieron presentes en su surgimiento como el caso de Antonio Soto y Gama, Lázaro Gutiérrez Lara Manuel Saravia, Santiago R. de la Vega, quienes introdujeron algunas de las demandas usadas en las luchas de 1906 a 1907.
Uno de sus aspectos más progresivos fue la fundación de la Confederación de Tipógrafos de México. En 1911, aprovechando el derrocamiento de Díaz, de este proceso surgieron algunos de los más importantes líderes de la COM la cual llegó a tener su propio periódico El Tipógrafo Mexicano, como instrumento de propaganda, aunque con el enorme defecto de no buscar dialogar con la gran masa de asalariados, pues los obreros intelectuales de Ferres le dieron un enfoque muy filosófico. Buscaban impulsar la educación racional y el despertar del obrero, pero sin tener en cuenta las formas en que la mayoría de la clase pudiera comprenderlo.
Para julio de 1912, el crecimiento de los tipógrafos dio origen a la Confederación Nacional de Artes Gráficas, este cambio de nombre también reflejó una modificación en la orientación política, ya que la presión de la Revolución Mexicana llevó a esta organización apoyara huelgas. A pesar de la negativa de Ferres, al respecto es así que un sector influido por la lucha campesina presionó por el apoyo a métodos que enfrentarán al capital y al Estado, asimismo de que su organización fuera parte de la COM.
Entre 1911 y 1912 los tipógrafos contribuyeron a la conformación de sindicatos uno de los más importantes fue la unión de Canteros, mexicanos, donde germinaría el grupo Luz, este grupo fue fundado por el anarquista colombiano Juan francisco Moncaleano, un profesor universitario exiliado que llegó a México desde la Habana.
Pregonaba la Escuela racionalista una corriente del anarquismo, Moncaleano compartía la idea de la necesidad de la organización de la clase obrera, para construir su conciencia revolucionaria, así llegó a nuestro país para diseminar esas ideas y estimulado por la revolución maderista, por el trabajo político de la Confederación de Artes gráficas y por las noticias de los alzamientos agrarios, dirigido por Emiliano Zapata de inmediato se puso en contacto con los obreros de Artes Gráficas con quienes guardaron buenas relaciones pero no acordaban con sus enfoques, la insistencia de Moncaleano le llevó a ganar en su política importantes elementos anarquistas, como Anastasio Marín, Lorenzo Macías, Enrique H. Arce entre otros, también logró atraer a militantes del Partido Obrero socialista, con este núcleo de obreros revolucionarios logró insertarse en la Unión de Canteros. De forma clandestina comenzaron a organizar reuniones, ya que recibió la amenaza del gobierno de Madero de no realizar actividad política, ya que sería deportado por ser extranjero.
La casa del obrero frente al gobierno de Madero y Huerta despertó gran entusiasmo atrajo a cientos de obreros que querían organizarse y formarse políticamente para combatir contra los patrones, por otra parte, el grupo luz cosechó un gran prestigio de modo que aumentó su tamaño y la intensidad de sus actividades como formar nuevas uniones sindicales a nivel nacional fue en ese momento que cambió su nombre a grupo Lucha.
Existe una necesidad histórica de alianza obreros y campesinos y así preparar una sociedad justa y libre de opresión de este sistema capitalista.
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