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El pueblo de Colombia enfrenta a los poderosos.

Izcuauhtli Paz

Millones de hombres, mujeres, estudiantes, maestros, trabajadores formales e informales, empresarios, organizaciones y miles de colombianos, continúan tras un mes de movilizaciones no solo por la reforma tributaria, exigen solución en medio de un estallido, desde los ochentas y tras la reforma constitucional de 1991, los gobiernos han tomado medidas que han llevado al neoliberalismo, donde se han fraccionado diversos sectores como la educación, la salud, el empleo, la economía de todos los colombianos, donde el reparto de la riqueza es desigual y el gobierno se vale de los cuerpos policiacos para callar a su país.



Siendo más de 60 muertos, más de 2 300 heridos y cientos de desaparecidos en un mes, la violencia que ejerce el gobierno hacia las manifestaciones sigue, aunque deplorable e inaceptable, a finales del mes pasado Iván Duque, que hasta el momento sigue siendo influenciado por el ex gobernante Uribe y toda su doctrina militar, ordenó “el máximo despliegue de asistencia militar a la policía nacional en la ciudad de Cali” ya que esta es una de las ciudades más importantes y donde se observa mayor movilización, el viernes pasado desafortunadamente murieron 13 personas y cientos de heridos. El domingo marcharon miles de ciudadanos vestidos de blanco pidiendo “Paz”, regalaron flores a los cuerpos policiacos como muestra de paz.

Aunque se han estado reuniendo todos los días tanto el Gobierno de Colombia y el Comité Nacional de Paro, no hay acuerdos concretos, ya que el gobierno pretende seguir enriqueciéndose a costa de la miseria de todo un país, imponiéndose, del preacuerdo de inicios de semana en el que se establece con tema crucial las garantías para la protesta, desmilitarización, salud, economía, educación, el gobierno envió una serie de ajustes al preacuerdo, modificándolo no solo en texto si no las garantías ya habladas, dando como resultado que el Comité vuelva a convocar a paro nacional para el 2 de junio, indicando que el gobierno no ha querido establecer un proceso de negociación, debe de entablarse una mesa de diálogo real.

El gobierno mantiene un silencio en complicidad con él la fuerza policial, hasta Estados Unidos tiene bases militares en Colombia y cada día son más los muertos, heridos y fallecidos, y aunque el gobierno pide fin a las manifestaciones, no pone fin a los grandes problemas sociales, políticos y económicos que vive Colombia.

Si bien la pandemia dejo al descubierto un sistema decadente en el sector salud, una falta de profesionistas es decir falta de educación, se hizo más evidente el desempleo que en algunas ciudades ha aumentado al doble en el último año.

Internacionalmente se observa la violencia que se ejerce en Colombia, aunque los medios de comunicación que bien podrían informar más sobre lo que ocurre y la gravedad del asunto, es mediante las redes sociales Twitter, Facebook que han circulado los videos, fotos, audios, textos de voz de los propios colombianos sobre la represión violenta ante la actual manifestación. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), informó su visita a Colombia del 8 al 10 de junio, con la finalidad de verificar la situación de derechos humanos, escuchar a los ciudadanos y las violaciones a las que se les ha sometido. Deben ser sectores muy poderosos los que apoyan a Duque para permitir tal brutalidad hacia los colombianos.

Es absurdo que Duque pretenda que el paro culmine, con tan solo ofrecer alivios económicos a los jóvenes para que ingresen a la educación superior pública o adquieran una vivienda, cuando el problema es más que eso. Los jóvenes argumentan que ya no tiene nada que perder, ya que no tendrán acceso a un empleo, educación, el 30% de ellos no tiene ninguna ocupación, y son miles y miles de jóvenes que piden un cambio e indican “No nos vamos a dejar vencer”.

Se tiene que revisar en que se ocupa ese poder militar si realmente es para el control del narcotráfico o es para sus fines políticos, son los mismos sectores los que han estado gobernando que están enriqueciéndose de poder. sirviendo al imperio yanki y de espaldas a su pueblo. La situación tiene que cambiar a favor de los colombianos y no del capitalismo que trae de aliado a la tiranía.

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