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El sesgo educativo se asevera en la pandemia por Covid-19

Leona Guerrero


El pasado lunes 24 de agosto comenzó el regreso a clases en la educación básica, esto en el contexto de la pandemia fue de manera virtual.  Con clases a través de radio y televisión con el programa Aprende en casa. Un problema mayúsculo tomando en cuenta la desigualdad en el país y las complejidades entres las familias.


Aunque algunas instituciones como la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (COMIPEMS), han realizado exámenes de admisión de manera presencial como lo vimos el sábado 15 de agosto, el primer día de su realización se vivió un caos en las inmediaciones de las escuelas donde se realizó.


En el interior de los planteles se vio adecuada la organización, los aspirantes portaban los cubrebocas y las caretas requeridas, sin embargo, los padres de familia en el exterior se aglomeraron y concentraron en las salidas sin mantener distancia prudente a pesar de la epidemia de coronavirus, incluso muchos no traían mascarillas o se las retiraron poniéndose en riesgo para un posible contagio.


Sin embargo, aún asegurando que las clases se podrán transmitir por televisión, en muchos casos los padres de los alumnos salen a trabajar y no podrán ser un soporte pedagógico para el aprendizaje en esta modalidad.


En la conferencia vespertina que encabezó el secretario Moctezuma, horas después del lanzamiento de la estrategia, se preguntó respecto a este tema. Sin embargo, hasta el momento, la SEP no tiene prevista alguna acción para estas familias. “Estamos viendo, vamos a tener este fin de semana una propuesta para poder ver de qué manera se puede ayudar a las madres trabajadoras”, respondió.


Además, dijo, “a partir de las siete de la noche se van a repetir en los canales todos los programas de manera que habrá posibilidad también de estar viendo los programas en un horario más, digamos, cercano a la noche”.


Por otro lado, estas medidas terminan por iluminar la realidad de los muchos otros roles que la escuela ofrece además de lo académico. Ya que, para algunos, resulta ser una complicación incómoda, mientras que, para otros, la situación es aún más preocupante. En ciudades donde el 70% de los estudiantes viene de familias de bajos ingresos, llevar la escuela a casa significa enfrentarse a no poder ofrecer la tecnología o conectividad necesaria para el aprendizaje online.


Mientras que en muchas ocasiones la escuela legitimaba fracasos educativos y deserciones del alumnado cultural, lingüística y socioeconómicamente más alejado responsabilizando a desigualdades sociales preexistentes, con la pandemia hemos podido ver, vivir y sufrir lo que ocurre cuando la escuela huye de sus estudiantes, cuando no es el alumnado el que deserta, sino la propia escuela. El cierre masivo y repentino de las escuelas a lo largo de países enteros contribuye a profundizar en las desigualdades previamente existentes, algo que se incrementa aún más cuando las desigualdades coinciden con diversidades de tipo cultural, étnico o lingüístico, como en el caso de los pueblos originarios y las comunidades afrodescendientes en nuestro continente.


En Veracruz, como en el resto de México, existe un subsistema denominado educación indígena intercultural y bilingüe de escuelas de educación preescolar y primaria ubicadas en regiones rurales e indígenas que recurren tanto a la lengua originaria como al español como medios de instrucción (Dietz y Mateos Cortés, 2013). En ellas persiste un fuerte legado indigenista y castellanizador que se refleja en la aplicación desde hace casi un siglo de estrategias de bilingüismo sustractivo o de transición, para preparar al alumnado para que en el tránsito de la educación primaria a la secundaria ya no “necesite” su lengua materna para cursar los niveles escolares superiores. En educación secundaria y media superior no existe un subsistema bilingüe, sino que se ofrecen en algunas regiones, cuando hay reivindicaciones étnicas al respecto, asignaturas aisladas de “Lengua y cultura regional”, mientras que todo el resto de la enseñanza sigue el currículum nacional, un currículo que en México se mantiene fuertemente centralizado desde la Secretaría de Educación Pública (SEP) en los parámetros nacionales y en los libros de texto oficiales, menciona Laura Selene Mateos Cortés.


Mientras que, al sur del país, en Oaxaca el 45% no cuenta con las herramientas tecnológicas necesarias para estudiar en modo virtual, y en municipios alejados no llega la señal de T.V.

Muchos niños oaxaqueños se perdieron el comienzo del ciclo escolar 2020 – 2021. Y muchos televisores se apagaron en 2018 cuando la señal se volvió digital. A pesar de tener un decodificador, la pantalla siempre es azul cuando a pesar de varios intentos logra prender. 


Sin duda alguna, el regreso a clases marco aún más la desigualdad al acceso a la educación, mientras que en el preescolar, primaria y secundaria la herramienta principal será la T.V en la educación media superior y superior tienes que contar con computadora, internet y algunos softwares básicos como paquetería de office y en algunos casos hasta con impresora con scanner.


La educación en México se torna un privilegio en donde los hijos de las y los trabajadores no tienen completo acceso.


Por la soberanía del país, educación pública, gratuita, laica y de calidad en todos los niveles.


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