Pablo Moctezuma Barragán
La firma del Tratado de Bucareli culminó en 1923 el esfuerzo de Washington para revertir los efectos de la Revolución Mexicana sobre los intereses de Estados Unidos y su control de nuestro país. El 21 de mayo de 1920, es asesinado Venustiano Carranza, luego de la llamada “huelga de los generales” contra su gobierno, las compañías petroleras extranjeras furiosas a causa del impuesto que acordó en 1918 al petróleo y a sus enormes extensiones de tierra apoyaron el complot que encabezaron Avaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Una vez asesinado Carranza, el grupo Sonora tomó el poder, años después fundarían el PNR (hoy PRI).
5 de septiembre de 1920. Se llevan a cabo elecciones para la presidencia de la República. El resultado favoreció a Álvaro Obregón, quien fungió como primer mandatario de México entre 1920 y 1924. Durante este periodo Obregón buscó a toda costa congraciarse y obtener el reconocimiento de Estados Unidos quien ponía condiciones muy gravosas.
La primera: Reconocer la deuda externa, luego de 9 años de suspensión de pagos, la segunda: quitar de en medio a Pancho Villa quien había atacado Columbus y mantenía su presencia aun cuando Washington para capturarlo había enviado en 1916 al famoso General Pershing, este orgulloso general quien posteriormente dirigiría los ejércitos de EU en Europa durante la Primera Guerra mundial fracasó rotundamente en su empeño, y la tercera exigencia fue la firma de un tratado secreto que garantizara los intereses de los capitales norteamericanos.
El 14 de septiembre de 1922 para preparar el Tratado de Bucareli, se firma el convenio Lamont-De la Huerta, en el cual se renegocia la deuda externa, aceptando una cifra muy por encima de la real, además se comprometen a indemnizar a todos los norteamericanos afectados por daños en la Revolución. La deuda heredada de la dictadura de Porfirio Díaz era de 442 millones de pesos. Álvaro Obregón reconoció esa deuda y las León de la Barra y de Madero por 40 millones de pesos más 16 millones de libras esterlinas obtenidas en Europa por el usurpador Victoriano Huerta. Acepta la inadmisible y estratosférica suma de 1,450 millones de pesos.
Pancho Villa fue asesinado el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua a los 45 años de edad. Le dispararon 150 proyectiles de los que le tocaron 13 balazos. La venganza estaba cumplida.
El 13 de agosto de 1923 fue firmado el Tratado de Bucareli entre Estados Unidos y México. En el tratado se comprometen a no aplicar retroactivamente el artículo 27 de la Constitución lo que dejaba intocadas las propiedades petroleras. A indemnizar las propiedades agrícolas expropiadas a estadunidenses. A no desarrollar industria petrolera, bélica, marítima, aérea en los próximos 75 años. Desde el 8 de enero de 1910 se había iniciado el desarrollo de la aviación mexicana con el vuelo de un kilómetro y medio a 25 metros de altura efectuado por Alberto Braniff en el Distrito Federal en los llanos de Balbuena.
México desarrolló hasta 1923 la industria aeronáutica, lo que quedó cancelado, se comprometió a comprar productos ya manufacturados de Estados Unidos, a no fabricar motores. El Tratado de Bucareli nos quitó la soberanía industrial y tecnológica. Es claro que las negociaciones entre gobiernos y más aún si se trata de EU se deben realizar abiertamente, de cara al pueblo, pero en este caso se estableció una cláusula de confidencialidad por 100 años.
Un 13 de agosto de 1521 comenzó el colonialismo español, en esa misma fecha y no por casualidad el 13 de agosto de 1923 se dio un paso importante para imponernos el neocolonialismo norteamericano.
Históricamente los tratados secretos con EU han tenido consecuencias nefastas. Este Tratado de Bucareli se sumó a la lista de tratados que han afectado la soberanía de México como el Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848); el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (1994), nuevo Tratado de Límites y Aguas México-Estados Unidos (2000), la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (2005) Acuerdo para la Exploración y Explotación de Yacimientos de Hidrocarburos Transfronterizos (2012) y el T-MEC (2020) que pretende integrarnos a la “región norteamericana” en detrimento de la soberanía mexicana.