Pablo Moctezuma Barragán
Para la lucha de Elvia y de las feministas, todo cambió en el gobierno del general Salvador Alvarado que gobernó Yucatán de 1915 a 1918. El gobierno de Alvarado patrocino el Segundo Congreso Feminista de Yucatán en el que Elvia participó con entusiasmo. En Motul se organizó el Congreso Obrero de Motul en la que Elvia también participó acompañada de su compañera de luchas Rosa Torre que también reivindicaba los derechos de la mujer y la equidad de género, pero para su gran sorpresa sus compañeros “socialistas” les negaron voz y voto por ser mujeres, así de dominante era el patriarcado en aquella época. Pero nada detenía a Elvia.
Por cierto, un año antes, en 1917 por segunda vez se había casado en Motul con Francisco Barroso, empleado público, de quien se divorció en 1925. En 1919, durante el gobierno de Venustiano Carranza, Elvia viajó a la ciudad de México y ahí fundó la liga feminista "Rita Cetina Gutiérrez" para impulsar que se incluyera en el debate en el Congreso la cuestión del voto femenino, pero no lo logró a pesar de que eran los legisladores que habían sido electos tras la aprobación de la nueva Constitución de 1917. Elvia ha llegado a ser conocida como “Monja Roja” por ser parte del grupo de mujeres mexicanas que luchaban por sus derechos políticos durante y después de la Revolución Mexicana.
Elvia había participado 8 años en una intensa lucha, pero como mujer no tenía derecho a votar. La liga, integrada por maestras tuvo como lema “Por la Instrucción, Progreso y Derechos de la Mujer.” Las maestras impulsando campañas de alfabetización, contra el alcoholismo, por el control natal y reivindicaban la capacitación técnica para la mujer. Daban clase nocturnas a obreros. En Yucatán se instalaron 67 ligas feministas locales.
Elvia comenzó a consolidar su trabajo en 1921, junto con sus compañeras maestras, entre otras, Rosa Torre, Nelly Aznar, Susana Betancourt, Eusebia Pérez, Delta Aguayo y Amalia Gómez, trabajaron intensamente en la alfabetización y por las demandas de las mujeres, y también de los hombres sin importar el nivel socioeconómico. Formaron sus ligas feministas locales para replicar el modelo de la "Rita Cetina".
También implementaron escuelas nocturnas para mujeres, de capacitación para maestros y por otra parte editaban las revistas, “Feminismo” y “Rebeldía.” Organizaban conferencias sobre los derechos de las mujeres, de los trabajadores, el control natal, cuidado de la salud, historia y otros muchos temas. La liga "Rita Cetina" se adhirió al Partido Socialista del Sureste e hizo campaña para llevar a la gubernatura de Yucatán a Felipe Carrillo Puerto.
Elvia, junto con su hijo Marcial asistieron al Congreso de Izamal, en agosto su hermano Felipe gana la candidatura y en las elecciones del 6 de noviembre arrasó el PSSE, tuvo 62,802 votos su contrincante más cercano el PYL no alcanzó ni 3,000 votos.
Los hacendados de Yucatán estaban espantados, el primer discurso de Felipe en su toma de posición el 1 de febrero de 1922 lo dio en lengua maya y prometió terminar con la explotación, la ignorancia, la miseria del pueblo. Prometió devolverles la tierra para que se adueñaran de los frutos de su trabajo.
El general Salvador Alvarado había sido muy de avanzada en cuanto a las reformas para reconocer los derechos de la mujer, Elvia había colaborado con él y Felipe siguió su ejemplo. Se continuó el trabajo que ya habían comenzado para apoyar a la mujer y a las y los trabajadores. Educación, alfabetización, campañas por el control de la natalidad y contra el alcoholismo, por una buena nutrición, enseñaron primeros auxilios e implementaron apoyo sanitario a las sexo servidoras. Se luchó por mejorar los salarios y por formar cooperativas de producción, consumo y servicios y se legalizó el divorcio.
Yucatán fue pionero en el reparto agrario se distribuyeron 664,835 hectáreas de tierra a 34,796 familias. Los pueblos originarios recuperaron tierras que eran de ellos desde tiempos ancestrales, antes de la invasión española y que acumulaban los hacendados henequeneros quienes eran verdaderamente esclavistas. Ante estas medidas de justicia, temblaban de ira los poderosos.
El 7 de junio de 1922, Elvia se divorció de Francisco Barroso, aunque dándole un poder a Amado Cantón Meneses porque Elvia no podía ir a Yucatán a efectuar el trámite. Ella estaba muy ocupada construyendo su Liga “Rita Cetina” y recolectando firmas para apoyar su gestión que iba a mandar al Congreso de Yucatán.
Elvia Carrillo Puerto luchó por el voto para las mujeres, y lo logró en 1922. Su lucha de recabar firmas incluso en la Ciudad de México para exigir el derecho al voto femenino fue ignominiosamente rechazado por el Congreso de Yucatán que tenía mayoría “socialista”. Entonces ella recurrió a su hermano el gobernador quien apoyó este movimiento por la equidad considerando que si bien la Constitución no incluía este derecho tampoco lo prohibía. Así Felipe Carrillo Puerto, sin base legal, pero con toda justicia dio pie a candidaturas de mujeres y en noviembre de 1922 Rosa Torres fue electa regidora de Mérida y un año después Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche y Raquel Dzib, candidatas del Partido Socialista del Sureste lograron el triunfo y ser las primeras mujeres electas en la historia de México. Si bien sólo se realizó a nivel estatal y municipal fue un paso histórico.
Elvia y Francisco se volvieron a casar en enero de 1923, sin importar por el momento que ella se ocupaba totalmente de la Liga y Barroso lo sabía muy bien. Pero en un par de años, en 1925 Francisco Barroso volvió a demandar el divorcio. Al igual que Vicente, el primer marido argumentó que “ella era muy desprendida de su hogar y no le daba las atenciones necesarias a las que tiene derecho un esposo” y que por eso sufría mucho y quería divorciarse. Para entonces ella ya estaba radicando definitivamente en la Ciudad de México.
Como parte del programa de la Liga, en agosto de 1923 se planeó establecer en Mérida dos clínicas para el control de la natalidad, una en el hospital para mujeres y niños y la otra se establecería en la zona de prostitutas, con esta medida se buscaba reducir el alto índice de enfermedades venéreas en Yucatán, pero poca fue la gente que veía con objetividad esta medida, en realidad las personas se sentían ofendidas. Pero de inmediato la reacción se hizo sentir con campañas de prensa a nivel nacional contra el movimiento de mujeres en Yucatán y su gobernador Felipe Carrillo Puerto. Se opuso la prensa, la Iglesia, el gobierno federal, las Cámaras de Comercio y hasta la Cruz Roja. Como reacción se instituyó el día 10 de mayo como “Día de la Madre”.
La lucha fue dura, para muchos y también para mujeres que a pesar de que se decían feministas era un crimen el control natal. En el Congreso Panamericano de Mujeres celebrado del 20 al 30 de mayo de 1923 con asistencia de 20 estados de México y delegados de EU y Cuba, participaron Elvia y su delegación y ahí propusieron el voto femenino lo que fue aceptado por el Congreso, en cambio fueron rechazadas las propuestas de control natal y amor libre y solo se aceptó plantear la lucha contra los altos índices de mortalidad infantil, y por ceremonias matrimoniales más sencillas.
En 1922 Rosa Torres había sido la primera mujer en ocupar un cargo de elección popular siendo presidenta del consejo municipal de Mérida. En 1923 Elvia Carrillo y Raquel Dzib consiguen una victoria contundente al ser elegidas para diputadas y defendieron los derechos de mujeres especialmente las indígenas y trabajadoras, y continuaron el fortalecimiento de las ligas que habían impulsado y que se multiplicaban.
Sin embargo, solo unos días pudo ocupar su curul: En enero de 1924, a dos meses de las elecciones que les dieron el triunfo a las mujeres, la oligarquía yucateca derrocó violentamente al gobierno estatal y Felipe fue asesinado junto con tres de sus hermanos: Benjamín, Edesio y Wilfrido que también fueron fusilados junto con su hermano mayor el mismo día, 3 de enero.
Golpe demoledor para Elvia, y brutal para el movimiento obrero, campesino y el de mujeres de Yucatán, que comenzaba a desarrollarse con fuerza causando el furor de todos los poderosos a nivel estatal y nacional que los acusaban de “comunistas bolcheviques”.
Para cometer su crimen los hacendados aprovecharon la lucha que había estallado a nivel nacional cuando Adolfo de la Huerta y gran parte del ejército se levantó contra el presidente Obregón y su candidato Plutarco Elías Calles. La rebelión nacional fue aprovechada a nivel local por la reacción yucateca que odiaba al gobernador, sus leyes progresistas y sus ideas socialistas.
Elvia, claro está, fue hostigada y perseguida por el gobernador sustituto, José María Iturralde Traconis y demás miembros de la cúpula socialista a fin de que abandonara su curul e incluso el estado de Yucatán. Ella platicaba más tarde que sólo alcanzó a cobrar tres quincenas como diputada. Por otra parte, en julio de 1924, también su compañera Rosa Torre fue "renunciada" de su cargo de regidora de Mérida por órdenes del entonces presidente municipal, Javier Erosa. Fue entonces que se desató el terror y la represión y las ligas campesinas tuvieron que pasar a la clandestinidad. En esas condiciones Elvia tuvo que exiliarse de Yucatán.
Elvia se exilió y vivió en la Ciudad de México, donde consiguió un trabajo en la Secretaría de Agricultura y Fomento. Pero incansable siguió su lucha por conseguir derechos políticos para las mujeres. En 1925 se logró el derecho al voto en Chiapas, ese mismo año con el apoyo del entonces presidente Calles, Elvia se instaló en San Luis Potosí donde se había reconocido el derecho al voto de las mujeres. Lanzó su candidatura a diputada, y ganó la elección. se movió mucho y la intrépida mujer logra candidatearse para diputada por un distrito en San Luis Potosí. En medio de la campaña sufre persecuciones y hasta un atentado, trataron de matarla y le dispararon ocho veces, afortunadamente no le atinaron. Hizo una campaña intensa y creativa, y ante la sorpresa de todos gana la elección. Pero como no estaba permitido legalmente que las mujeres ocuparan puestos de diputadas sus opositores se movieron legalmente para impedirle ocupar su curul.
No se desanima, ni la muerte brutal de sus cuatro hermanos la desmoralizó, ella siguió adelante. En 1925 funda la Liga de Orientación de Acción Femenil y participa como delegada a mediados de año junto con Cuca García en el Congreso de Mujeres de La Raza, que fue convocado por la Liga de Mujeres Ibéricas. En el Congreso muchas mujeres defendían abstractos “valores morales” mientras que ellas defienden que la mala condición de las mujeres se debe a su situación social y económica.
En 1927 realiza otro intento de organización e impulsa la Liga Orientadora Socialista Femenina que no sobrevive ante el acoso de la reacción patriarcal y de los “mochos”, por lo que tiene que optar por otra opción y funda la Liga de Acción Femenina.
El PNR, partido que luego se transformó en PRM y finalmente en PRI funda en 1929 el partido Feministas Revolucionario y el Bloque Nacional de Mujeres Revolucionarias, e invitan a la Liga a integrarse pero Elvia y sus compañeras se niegan a pertenecer a esta organización oficialista.
En 1931 participa en el primer Congreso Nacional de Obreras y Campesinas en que se impulsa la organización de las mujeres y aprovecha el foro para propugnar por el derecho de voto a la mujer. Sin embargo, la Guerra Cristera causó entre el oficialismo un gran temor a que el voto femenino favoreciera a los levantados cristeros.
En esos meses optó por ser diplomática con el gobierno y no ir a la confrontación abierta, las tensiones eran muy grandes y lo que ella buscaba era impulsar su idea, con la convicción que tarde o temprano triunfaría. Sabía de los obstáculos que enfrentaba, pero estaba segura de que no iban a poder seguir marginando a la mitad de la población. La Liga de Acción Femenina se abría espacios, incluso el 27 de julio de 1932 logró participar en la cámara de diputados para impulsar el derecho al voto. Por otra parte, era incansable organizando mítines y reuniones. De espíritu avanzado hizo alianzas con militantes comunistas como Concepción Michel y la profesora María del Refugio García.
Se organizan en 1934 en el anfiteatro Simón reuniones en las que participan diversas corrientes feministas para hablar sobre problemas como el de la prostitución. Los sectores más burgueses y atrasados únicamente plantean la “igualdad moral de hombres y mujeres”, mientras que Elvia y las comunistas plantean la solución a los problemas concretos de la mujer y aspiran a la liberación social. Por el sectarismo de los sectores conservadores obligan a la avanzada a retirarse. Continúan sus reuniones en el auditorio de la Universidad Nacional en las que se demanda el cierre de cabarets y casas de prostitución. Plantean la equidad salarial, la creación de guarderías para las trabajadoras, libros de texto gratuitos, desayunos escolares. Luego en septiembre de ese mismo año en Guadalajara, Elvia impulsa el tercer encuentro de Obreras y Campesinas donde aprueban impulsar una liga de masas de mujeres. Sin embargo, el enemigo sembró dentro del movimiento el fraccionalismo y la división y hubo grandes campañas para desprestigiar a las feministas y para polarizarlas entre sí y desgastarlas.
Elvia apoyó en Yucatán la campaña de Lázaro Cárdenas y moviliza a las mujeres de su Estado para impulsarlo, siempre con la idea de lograr el derecho al voto. Luego se integró en el Frente Único Pro-Derechos de la Mujer, que fue muy importante pues logró integrar a cientos de organizaciones de mujeres con decenas de miles de militantes. Elvia participa en esta agrupación. Cárdenas simpatizaba con la idea de reivindicar los derechos de la mujer. Durante el periodo del general Cárdenas, la lucha por el sufragio femenino cobró una fuerza y activismo inusitados.
Las organizaciones sociales, no sólo feministas, también las políticas y sindicales, levantaron la bandera de emancipar a la mujer de la discriminación y marginación. Cárdenas generó en 1937 una iniciativa de ley a favor del sufragio femenino; no obstante, a punto de convertirse en ley, el Congreso la congeló. El partido oficial tenía miedo de que el voto de la mujer fuera a fortalecer a la “reacción” conservadora. El candidato de derecha Juan Andrew Almazán era apoyado por agrupaciones de mujeres católicas. Ante la sorpresa y enorme desilusión de Elvia, mientras que el gobierno emite un decreto el 18 de noviembre de 1937 que da derecho a la ciudadanía de la mujer no concreta su derecho al voto, que ya se daba por un hecho.
En Ecuador en 1929, se había reconocido este derecho y en Chile y Uruguay en 1931. Pero en México no prospera el reconocimiento de este derecho fundamental. A pesar de esto el FUPDM termina fusionándose al PRM que dejó sin garantizar este derecho. En abril de 1938, Elvia se integra a la sección femenina del Frente Revolucionario Mexicano, y redacta sus documentos básicos. Que se pronuncian contra la desfanatización, la trata de mujeres, el abandono de bebés nacidos “fuera del matrimonio”. Por aumento salarial, seguro de vida, clínicas de control natal y otras demandas. El 5 de octubre de 1939, Elvia fue condecorada por segunda vez con el título de Veterana de la revolución por el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río.
En 1941, ya sexagenaria es atropellada por un automóvil, quedó muy grave y perdió la vista. Sin embargo, cada año el día del inicio de sesiones del Congreso de la Unión, Elvia, con otras feministas, se manifestaban a sus puertas en demanda del voto.
A Elvia le tocó vivir los frutos de su trabajo, consiguiendo la legalización del voto de la mujer que se logró en 1947 a nivel municipal. A nivel nacional ese derecho que se consiguió legalmente en 1953, entró en vigor en 1954 y el 3 de julio de 1955 votó por primera vez por legisladores y a nivel presidencial en 1958. En 1952, se había reconocido en la Cámara de Diputados a Elvia Carrillo Puerto como Veterana de la Revolución Mexicana, y se le concedió la medalla de honor al Mérito Revolucionario.
Elvia fue también a lo largo de su vida una convencida socialista, ella entendía bien que la mujer tendrá mejores condiciones en un sistema que elimine toda explotación y opresión entre los seres humanos. Sus últimos años sobrevivió dando clases de música, murió el 15 de abril de 1968 dejando un legado que no morirá nunca.
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