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Energías Limpias, resultan muy sucias.

Leona Guerrero  

A partir del sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988 a 1994) al de Enrique Peña Nieto (2012 a 2018), el poder ejecutivo se empeñó en el desmantelamiento de empresas paraestatales como Teléfonos de México, Altos Hornos de México, Productora Nacional de Semillas, la Productora Nacional de Papel Destintado y Ferrocarriles Nacionales de México; los mismos que reprivatizaron la banca, los que desaparecieron a la Comisión Nacional de Subsistencias Populares, los que se deshicieron de la televisión de estado, los que crearon el Fobaproa-Ipab, todos ellos “priístas”, todos “chicago boys”, aunque algunos, que no fueron formados en las grandes universidades estadounidenses, como Francisco Labastida, se suman hoy a otros neoliberales como Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa.



Zedillo Ponce de León continuó con el desmantelamiento de las empresas del estado y se benefició de estas, especialmente por la venta de Ferrocarriles Nacionales de México. Zedillo intento incorporar a la CFE al capital privado, a través de los llamados Contratos de Servicios Múltiples y, luego, del esquema de cogeneración de energía. 

Así es como, en el actual gobierno se da a conocer que, desde hace 16 años, nuestro país ha enfrentado pérdidas millonarias a causa de la compra de energía eólica, que es comprada a 6 compañías a casi 4 veces su precio de producción.


El director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, interpuso un recurso ante la CRE para terminar con el fraude cometido por empresas del sector privado que se dedican a generar la llamada “energía limpia”. La CFE exige terminar con el robo cometido por las grandes empresas del país como Grupo Salinas, Oxxo, Walmart, Soriana, Peñoles, Cinépolis y Kimberly Clark, entre muchas otras, que pagan precios muy bajos por la electricidad que consumen, ya que simulan ser socias de Iberdrola, de Enel Energía, American Ligth and Power y otras dedicadas a la generación eléctrica, lo que les permite utilizar gratuitamente la red eléctrica, como lo hacen las propias trasnacionales, que tienen plantas eólicas y fotovoltaicas.


Por ejemplo, Iberdrola simula ser socio de 18 mil tiendas de Oxxo, que mantiene prendida la luz día y noche, cuando son realmente sus clientes.

Además, de que las empresas generadoras de energía no desembolsan ni un peso por el respaldo que les proporciona la CFE. 


Los priístas se dedicaron a desmantelar las empresas del Estado, siguiendo la tesis de Milton Friedman, el padre del neoliberalismo tal y como lo conocemos, al día de hoy podemos ver que solo se presta para corruptelas de los grandes capitales, por la soberanía es urgente cambiar de modelo económico.


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