Vicente Juárez
Una economía estable debe poner mayor atención al comercio interior que al exterior, aprovechar al máximo sus recursos para autoabastecerse sin depender del extranjero. México es un país con grandes recursos que pueden detonar el desarrollo. El fortalecimiento del mercado interno es la base para contar con una economía fuerte.
Aprovechar a cabalidad los recursos internos le dará trabajo a todos los mexicanos que lo requieran. Ampliar y trabajar las tierras de cultivo, aumentar las zonas de riego, desarrollar al máximo la capacidad instalada de la industria, impulsar la vocación económica de cada región, municipio y localidad. Sustituir importaciones, lograr la soberanía económica es la clave y la base para la soberanía política y la soberanía nacional.
Solo el desarrollo de cara al interior y apoyarse en sus propias fuerzas puede lograr que México tenga una economía que le dé bienestar a la población, la actual y las futuras generaciones. Desde luego que el país necesita un profundo contacto con todas las naciones del mundo y en primer lugar con los vecinos, pero tiene que establecer relaciones equitativas e independientes. Lograr la autosuficiencia y apoyándose en ella aportar a otros países su producción y diversos servicios y obtener del exterior aquellas mercancías que no tiene condiciones de producir en el país.
Es absurdo importar maíz y otros cereales, carne, leche, arroz, azúcar cuando bien se puede producir aquí en millones de hectáreas que están ociosas. México ya producía hace 40 años petróleo y gasolina, productos de la industria pesada, automóviles, barcos, trenes. Producía sus propias vacunas y lo que exportaba básicamente eran productos agropecuarios, mientras que los industriales los iba sustituyendo paulatinamente.
Basar el desarrollo económico de México en el mercado externo es suicida. Desde luego que debe exportar, pero sus excedentes y claro que ha de importar, pero solo lo que no tiene condiciones de producir en México. El mercado externo es un complemento muy valioso para la economía interna. Ha de ser un mercado diversificado, tener fuertes relaciones comerciales con muchas naciones. No depender de un solo mercado.
El neoliberalismo ha conducido a México a un callejón sin salida. El desarrollo actual se basó en las exportaciones, debilitando el mercado interno. Y en el mercado externo es peligrosamente dependiente de una sola economía, la de Estados Unidos con quien desarrolla el 80% del comercio. Este esquema ha conducido al país a una dependencia extrema con respecto a Estados Unidos, que se agudizó a partir de que Carlos Salinas de Gortari promovió el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
De hecho el modelo económico aplicado en el neoliberalismo por los gobiernos del PRI y del PAN, modelo dictado por los Organismos Financieros Internacionales controlados por Washington han colocado a México en una posición de absoluta subordinación con respecto al Imperio Yanki, que ha desarrollado en los últimos 50 todo un plan para la anexión de México a los Estados Unidos de las Corporaciones Norteamericanas, comenzando por el endeudamiento del país, para colocarlo bajo las órdenes del FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio lo que llevó al TLCAN, la integración económica y luego la integración política y la integración militar que está en curso.
Es hora de romper las cadenas de la dependencia y lograr la plena independencia y la Soberanía integral, para lo cual es necesario una profunda transformación de México, la cuarta, la de la liberación nacional y social.
Los golpes agresivos del gobierno de Donald Trump, amenazándonos con aplicar aranceles son un aviso claro de que es hora de cambiar de rumbo.